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'El Tigre' anda suelto, por fin, otra vez

El Mónaco dejó buenas sensaciones en la ronda previa a la Champions ante el Villarreal. Dominó ambos partidos y mostró que tiene gran capacidad competitiva sin su delantero estrella: Radamel Falcao. ‘El Tigre’ regresó, como capitán, a Wembley para comandar la victoria de los suyos y alzarse con el liderato del Grupo “E”.

«El partido de un atacante no se mide solo por los goles que marca. Él ha sido importante para nuestra fase de construcción, nos ha permitido crear desde atrás, tener un punto de apoyo. Ha defendido mucho en este partido». Estas fueron las palabras de su técnico, Leonardo Jardim, analizando el partido del colombiano. No marcó, pero no solo por los goles se valora a un delantero. Falcao ejerció de líder, un líder es aquel capaz de comandar la victoria de su equipo aunque no tenga la mejor actuación individual posible. Y eso lo hizo Radamel. Su presencia, como titular, fue clave para fijar a la defensa del Tottenham y sus compañeros lo aprovecharon para hacer daño en otras zonas de influencia.

Pero no solo eso. ‘El Tigre’ mostró ese punto de trabajo, lucha y sacrificio que contagia a sus compañeros. Abandonó su posición para echar una mano donde fuera necesario; para construir jugadas cuando la fluidez del mediocampo no lo permitiera, a defender en la zona que así lo requiriese y ejercer de capitán. Jugó 80 minutos y todavía no pudo mostrar esa chispa que diferencia un delantero de primer nivel en un crack mundial pero demostró estar recuperado de su lesión, no tener ningún trauma de sus pésimas últimas temporadas y, a sus 30 años, las ganas de triunfar de un debutante.

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‘El Tigre’ quiere volver a sentirse importante, a sentirse futbolista después de dos temporadas en el ostracismo absoluto. Abandonó el Atlético de Madrid en su mejor momento y su inicio de curso en el Mónaco confirmó sus capacidades; hizo goles a la cabeza de la candidatura a romper con la dictadura del PSG en Francia hasta que llegó su lesión. Aquella fatídica entrada de Ertek en aquel fatídico partido de Copa Francesa ante el Chasselay. Su rodilla dijo basta, se truncó su sueño de jugar el Mundial de 2014 con Colombia y nunca volvió a ser el de antes.

Su paso por Old Trafford y Stamford Bridge no hicieron sino confirmar la triste realidad; Falcao no es el que era. Ya no es ese delantero voraz, sobrado de recursos y con un olfato goleador y una definición como pocos en el mundo del fútbol. Una sombra de lo que fue. Un jugador que vive de recuerdos para firmar por dos clubes tan importantes como son el Manchester United y el Chelsea pero que no es capaz de depositar en el terreno de juego la confianza puesta en él en los despachos.

Pero todo es pasado. Radamel Falcao ha vuelto. Un cambio radical en su vida, en un equipo de menor entidad que sus dos últimos, lugar perfecto para volver a sonreír. Se cortó el pelo pero no ha perdido la fuerza. Su inicio de temporada invita al optimismo y el dios del fútbol es muy justo. Tan justo que le devolverá a Falcao aquello que le arrebató cruel y fortuitamente. Volveremos a poner la famosa señal; en dias de partido… ‘El Tigre’ anda suelto, por fin, otra vez. El gol será su mejor medicina y su sonrisa, la muestra de la recuperación.

1994. Tanos, Cantabria. Estudiante de periodismo. @SpheraSports y @FCBsphera “Esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al fin del partido”.

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