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Tokyo 2020

Zero zica

Por ahora, el zika sólo estuvo en boca de todos en los Juegos Olímpicos cuando Hope Solo tenía la pelota. «Ole, ole, ole, zika, zika«, sonaba en el estadio. Una forma que encontraron los hinchas brasileños para vengarse de la arquera de la selección de fútbol de Estados Unidos, que cayó en cuartos ante Suecia.

A través de las redes sociales, Solo alentó un miedo innecesario al virus, según consideraron los brasileños. En el invierno sudamericano hay muy pocos mosquitos del tipo Aedes aegypti, que son los principales transmisores del virus del Zika. La Organización Mundial de la Salud (OMS) no registró hasta ahora ni un solo caso de zika durante los Juegos. Y eso que antes se llegó a debatir incluso una suspensión de los mismos.

Según los brasileños, Hope Solo contribuyó a generar el pánico. En Twitter publicó una imagen en la que mostraba una cama llena de insecticidas para su viaje a Río. En otra imagen aparecía ella con una máscara de protección anti-mosquitos. Incluso analizó suspender su participación en los Juegos porque quiere ser mamá y el virus puede generar malformaciones craneales en los bebés (microcefalia).

Las estimaciones de casos en Brasil llegan a hasta 1,5 millones, pero muchas infecciones ni siquiera se notan y por lo tanto no se realizan las pruebas. El Ministerio de Salud de Brasil confirmó oficialmente 174.000 casos de zika desde el estallido de la epidemia en abril de 2015. «Eso supone 85,1 casos por cada 100.000 habitantes», dijo un portavoz.

Sin embargo, en el estado de Río de Janeiro, con 278,1 casos por cada 100.000 habitantes, la cuota es más elevada.

Está comprobado que el zika genera graves daños neurológicos. Según el Ministerio de Salud, de octubre a mediados de julio hubo 1.709 casos de microcefalia confirmados. Pero sólo en 267 de esos casos se pudo constatar sin dudas el contagio del virus del Zika durante el embarazo. Otra razón de la microcefalia puede ser el consumo de alcohol durante la gestación.

El Ministerio de Salud de Brasil creó, mientras tanto, una categoría informativa propia sobre «mitos y verdades» del zika. Pero, ¿fue inteligente desde el punto de vista de las relaciones públicas enviar a los comandos antimosquito -en la fase más alta en febrero- con trajes de protección amarillos de tipo marcial? Esas imágenes dieron la vuelta al mundo y fueron reflotadas para los Juegos Olímpicos, incluso aunque la situación ahora sea otra.

Para los expertos es probable que tanto Río de Janeiro como todo Brasil tengan que vivir permanentemente con esta presencia de virus.

Los especialistas siguen considerando que una de las principales causas de la propagación del virus es el mal estado del sistema de aguas residuales.

Según las investigaciones, el 55 por ciento de los hogares no dispone de acceso a cloacas o de una conexión insuficiente. La peor situación se da en las zonas rurales del norte y el noreste. Allí, donde el zika fue identificado por primera vez como epidemia por la médica Adriana Melo, uno de cada dos hogares no dispone de cloacas, un sustrato ideal para el mosquito, que utiliza lugares húmedos para poner sus huevos.

El gobierno hizo todo lo posible por reducir el crecimiento ilimitado de la población de mosquitos. Pero campañas como la de «zika zero» son consideradas ilusorias, por ejemplo, por el profesor Alberto Arbex, de la Escuela Superior de Medicina (Ipemed) de Río de Janeiro.

La falta de cloacas sigue siendo el desafío más importante por el riesgo que supone de propagación de nuevas y viejas enfermedades infecciosas, sostiene. Como el zika. Y como antes el dengue.

Más allá de eso, también porque hay indicios de que el mosquito se propaga más rápidamente debido al cambio climático.

La fiebre del dengue ocupa a Brasil desde inicios de los 80. Oficialmente hasta ahora hubo diez millones de brasileños contagiados con dengue en el transcurso de los años.

Río y Brasil invierten demasiado poco en mejorar el sistema de aguas residuales, subraya Arbez. «Eso se puede ver bien claro en la bahía de Guanabara (donde se disputa la vela) o en Barra da Tijuca (donde está el Parque Olímpico), donde los canales de aguas residuales van a parar directamente al mar«.

A partir de octubre, cuando con las temperaturas más elevadas estén de regreso los mosquitos y se propaguen velozmente sobre todo en las aguas cloacales, aumentarán otra vez los casos de zika y dengue.

Pero: Dado que uno se puede contagiar sólo una vez de zika, muchos ya han sido inmunizados. «Esperamos que la actual epidemia haya sido superada en tres años«, señaló Neil Ferguson del Centro de Análisis Epidémicos del Imperial College de Londres en la revista «Science».

(DPA)

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