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Tokyo 2020

María Xiao, la paciencia como virtud

El tenis de mesa es un deporte absolutamente dominado por China. En el ránking mundial masculino los cuatro primeros palistas son chinos. En el femenino, seis de las siete primeras son chinas. El gigante país asiático ha logrado 53 medallas desde que se incluyera en el programa olímpico en Seúl 1988 (sale a más de seis preseas por edición). El 87,5% de las preseas de oro que se han repartido en los Juegos han ido a parar a manos chinas y solo un europeo, la leyenda sueca Jan-Ove Waldner, ha conseguido proclamarse campeón olímpico. Fue en Barcelona 1992 y compartió podio con el francés Jean-Philippe Gatien en un hito sin precedentes. En categoría femenina no hay color: todas las campeonas son chinas y casi todas las subcampeonas (salvo China Taipéi en 1996 y Corea del Norte en Atenas 2004). 

En España hay gran tradición en la práctica del tenis de mesa, llamado coloquialmente ping pong (o pinpón), pero más como entretenimiento que a nivel competitivo. Sin participantes en las dos primeras ediciones de los Juegos Olímpicos, la atención la acaparó en las siguientes un chino veteranísimo, nacionalizado español y cuyo nombre impronunciable (Zhiwen He) hizo que le adoptáramos como ‘Juanito’. Llegó a Granada con 28 años tras brillar en su país y disputó hasta cuatro campeonatos olímpicos representando a España, los últimos en Rio de Janeiro a la edad de ¡54! Desafortunadamente, su mejor actuación no pasó de tercera ronda (Londres). Con más pena que gloria fueron también olímpicos Alfredo Carneros (Pekin) y Carlos Machado (Londres).

Curiosamente, la participación femenina española ha sido ligeramente mayor con hasta cuatro palistas distintas, si bien la barcelonesa Sara Ramírez es la única nacida en nuestro país. En Pekin 2008 formaron parte de la expedición hasta tres jugadoras, dos de ellas chinas nacionalizadas (Yanfei Shen y Fang Zhu Jin) y Galia Dvorak, de origen ucraniano aunque afincada en España desde los dos años de edad. Shen, que fichó por el UCAM Cartagena en 2002 y obtuvo la nacionalidad en 2008, logró en Londres la mejor participación olímpica del tenis de mesa español al alcanzar los octavos de final. Llegó a ser la número uno de Europa y figuró en el top-10 mundial.

Esos mismos pasos quiere seguir María Xiao, nacida en Calella (Barcelona) pero de padres chinos, ambos palistas profesionales que aterrizaron en la ciudad condal en 1992, el año de los inolvidables Juegos Olímpicos. Como en el caso de Galia (de la que escribimos hace unas semanas), María estaba predestinada a la pala ya no desde la cuna, sino del mismísimo vientre: su madre, Yao Li, disputó y ganó la Copa del Rey en Cartagena en 1994 estando embarazada de cuatro meses.

Cuando todavía era una niña la familia emigró a Portugal, y en Madeira, con apenas cinco años, María cogió la pala por primera vez. Como ha recordado muchas veces, el trabajo duro y la exigencia de sus padres marcaron su infancia y su adolescencia. “Querían que me entrenara más que las demás”. 2012 fue un año especial para la joven jugadora, pues formó parte del equipo reserva de Portugal en los Juegos de Londres, viviendo una experiencia inolvidable aunque sin llegar a disputar un minuto. Ese mismo año volvería a España, su país de nacimiento y un lugar donde gozaría de muchas más oportunidades para crecer. Fichó por el UCAM Cartagena, equipo en el que militaba Yanfei Shen, y pronto se consagró como una de las mejores jugadoras júnior del mundo. 

Compaginando los estudios al tiempo que se instalaba en la élite del tenis de mesa, Xiao se proclamó campeona de España a los 20 años de edad, derrotando por 4-2 en la final a su compañera en el UCAM, la también china Zhu Fang, con la que logró además el título en dobles venciendo a Galia Dvorak y Paula Bueno. Ya representando a España, su sueño no fue otro que el de disputar los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Para ello tenía que asegurarse un lugar entre las mejores palistas del país, un hito al que se iba acercando cada vez más (en 2015 y 2016 volvió a proclamarse campeona nacional).  Sin embargo, no logró superar el preolímpico de Halmstad (Suecia) y se quedó con una espina clavada: a Brasil sí viajaron Yanfei Shen y Galia Dvorak, esta última en una llamada de última hora.

Llegó un nuevo ciclo olímpico y María Xiao comenzó a colocar su nombre y apellidos en el escaparate nacional. Considerada desde hace años la mejor palista de España (y actualmente la 72º en el ránking mundial), en 2019 ganó un triplete histórico con el UCAM, para después hacer un paréntesis en el Irún Leka Enea. Volvería a la que considera su casa, Cartagena, en plena pandemia (abril de 2020). La catalana, que se hospedaba en la residencia Joaquín Blume, se vio sin medios para entrenar cuando el Centro de Alto Rendimiento cerró. Fue acogido entonces por su entrenador, el internacional español y director del UCAM Cartagena, Jesús Cantero, en su casa. Además, la Región de Murcia le facilitó material para que pudiese entrenar en condiciones durante los meses de confinamiento. 

El sueño de estar en Tokio seguía vigente, aunque para ello tuviera que llevarse una última decepción. Fue en la final de la repesca del Preolímpico mundial de Doha, en marzo, donde cayó ante la tailandesa Suthasini Sawettabut por 4-1. Fue un mazazo que le obligó a levantarse rápidamente, tal y como le enseñaron sus padres, de cara al último torneo con oportunidad de sacar billete, el pasado mes de abril en Portugal, precisamente la tierra en la que cogió la pala por primera vez. En el Preolímpico continental firmó una actuación más que brillante, derrotando en una ajustada final a la eslovaca Barbora Balazova (4-3) después de haberse adelantado 2-0 y verse forzada a un desempate donde los nervios no le pudieron: se llegó a colocar 9-2 antes del definitivo 11-6.

Así, María Xiao, española de nacimiento, de padres chinos y crecida en Portugal, tendrá la oportunidad de disputar sus primeros Juegos, emulando a su excompañera y referente Yanfei Shen y soñando con hacer historia y lograr el mejor resultado de la historia del tenis de mesa español. Faltaría, eso sí, una guinda en forma de clasificación en la modalidad de dobles-mixtos junto un Álvaro Robles que también ha logrado el pasaporte individual a Tokio. Juntos conquistaron el Open de Omán (resultado sin precedentes en nuestro país) y juntos se dieron a conocer a todo el país en noviembre cuando fueron invitados al programa La Resistencia, de David Broncano. Esperarán su oportunidad desde la reserva, algo que María conoce muy bien. Ya sabe que ser paciente da sus frutos.


Imagen de cabecera: ImagoImages

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Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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