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La parte azul de Roma tiene un nuevo Emperador

Con casi dos terceras partes de la Serie A concluidas, la Lazio asoma la cabeza en una lucha en la que apenas nadie contaba con ellos a principios de temporada. Juve-Inter, Inter-Juve, parecía ser la bicefalia que esta campaña iba a dirimir el campeonato italiano. Y es que la presencia de Conte, el buen inicio de los milaneses y el simple hecho de que alguien deberá destronar de una vez a una Juventus, que con Ronaldo puede desviar alguna de sus fuerzas a la Champions League, hacían presagiar una lucha sostenida durante las 38 jornadas entre ambas fuerzas, pero el club de la capital se ha inmiscuido en ella.

El mayor culpable de que la Lazio esté a solo un punto de la cabeza y que este fin de semana remontase al equipo que había comenzado la jornada como líder es Ciro Immobile, que está escribiendo un capítulo nuevo y posiblemente imborrable en las páginas del libro de historia de los blanquicelestes. El punta italiano suma 26 goles en apenas 24 jornadas, más de un gol por partido que le catapulta como líder en la lucha por la Bota de Oro. El título de goleador europeo se podría antojar como el más barato de los últimos tiempos, porque Messi aún no ha engrasado la máquina y Cristiano Ronaldo lo ha hecho quizás algo tarde. En cambio, Lewandowski supone una amenaza hasta la última jornada y los números de Ciro, en esta progresión, se situarían más cerca de los 50 que de los 40 tantos. De locos.

20 años después del último título lazial y en el 120 de su aniversario, motivo por el cual el equipo juega con una camiseta réplica de aquella en la que se llevaron el Scudetto, sueña el Olímpico con volver a ver a un equipo capitalino levantando el máximo trofeo del país. El último fue de la Roma, en la 2000-2001, solo un curso después de que su eterna rival, con jugadores de la talla de Nedved, Simeone, Verón, Nesta o Salas lo lograra. En esa plantilla, además, jugaba Simone Inzaghi, el hoy técnico de la Lazio. Entonces, la Lazio se acabó imponiendo en lo más alto de la clasificación con solo un punto de diferencia respecto a la Juventus.

Y es ese conglomerado de situaciones, más la continuación de un proyecto que ha ido perdiendo fichas importantes como la de Felipe Anderson, pero que ha mantenido el bloque, la que da el resultado que hoy se ve. La Lazio se acoge a los goles de un punta que vive en un estado de gracia. Immobile es un jugador para la Serie A, da igual el equipo, pero para estar en un entorno que le sea favorable y donde sea comprendido, entendido, donde pueda ser Ciro. Muy lejos quedan sus dos aventuras fracasadas en Dortmund y Sevilla para un jugador que ya supera las 200 dianas en su carrera profesional, cifra que otros delanteros sueñan con lograr y que él ha sobrepasado antes de llegar a los 30.

Immobile, que ya fue máximo goleador de la Serie A en 2014 con el Torino (22 goles), y recuperó su cetro en 2018 (29 goles) está muy cerca de conseguir el tercer trofeo, rompiendo además su mejor cifra de goles en una temporada. También lo fue, aunque en Serie B, en 2012, cuando hizo 28 goles en un Pescara que contaba con Insigne y Verratti en sus filas. En apenas tres temporadas y lo que va de esta, Immobile suma 115 goles en las filas de la Lazio en 165 partidos (ha repartido 31 asistencias), lo que le coloca ya dentro del Top5 de máximos goleadores de la entidad y a poco más de 30 de la cabeza, los 148 de Silvio Piola.

La Copa de 2019 y las Supercopas de 2017 y 2019 ya le colocan como uno de los hijos predilectos de la Lazio actual. Quedarse apenas un año más en la entidad le podría alzar, con los promedios que actualmente tiene, como el máximo goleador histórico del club. Eso suele animar a la propia Juventus o al Inter a llamar a su puerta en los últimos mercados. Es uno de los jugadores más importantes de Roberto Mancini para recuperar el prestigio de la selección. Se disputa un puesto junto a Belotti, aunque incluso podrían llegar a jugar juntos, para una Eurocopa 2020 en la que Italia se ha de resarcir de haber quedado eliminada en la previa del pasado Mundial.

Immobile, que tras recuperar su mejor versión ha vuelto a tener ofertas de equipos un peldaño por encima de la Lazio, sabe de la importancia que tienen el entorno y la estabilidad en su rendimiento y su fútbol, y que a veces es mejor ser cabeza de ratón que cola de león. De obrar el milagro de acabar doblegando a la Juventus en el 120 cumpleaños del club, le convertiría en un jugador eterno. En un nuevo Gladiador de Roma.

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