La Real Federación Española de Atletismo anunció este martes a sus primeros representantes en los Juegos Olímpicos de París 2024, los maratonianos. Hasta seis integrantes, tres hombres y tres mujeres, que correrán los 42,195 que separan el Ayuntamiento de París de la Explanada de Los Inválidos. Nadie repite respecto a Tokio 2020: equipo completamente nuevo que debutará en una cita olímpica. En este caso nos centraremos en las tres que competirán en categoría femenina.
La expedición la lidera Majida Maayouf, atleta de origen marroquí asentada desde hace 12 años en el País Vasco, los diez últimos en la provincia de Álava. En Marruecos tenía que andar cuatro kilómetros para llegar al colegio, así que un día le pareció divertido que mejor los haría corriendo. Así empezó su pasión por el atletismo, deporte que empezó a practicar muy joven. Sin embargo, y por culpa de un entrenador que le hacía entrenador toda la mañana y toda la tarde, acabó sufriendo una anemia severa y estuvo cinco años sin poder competir ante la falta de recursos de su familia para curarse (tenía siete hermanos y su padre alternaba rachas trabajando con desempleo).
«Una anemia prácticamente severa, se volvió crónica. No podía correr porque me ahogaba y me desmayaba. Me hacía sentir muy mal», ha explicado en más de una entrevista. Maayouf decidió viajar a España para empezar un tratamiento que finalmente le funcionó. En España volvió a competir en atletismo, aunque para pagar el alquiler y su subsistencia tenía que compagirlo trabajando en una tienda deportiva. En 2019 llegó a disputar un Campeonato de España de Cross a las 9:00 de la mañana después de llegar a Cáceres a las tres de la madrugada. «Recuerdo que lloraba sin parar porque veía cómo otras personas podían correr bien y yo tenía que correr sufriendo. Ahí fue cuando me di cuenta de que si quería correr tenía que dejar de trabajar», confesó en una entrevista en 20 minutos.
Se casó y tuvo una hija. Juntos apostaron por el atletismo, con el marido como única fuente de ingresos. Fue duro, pero el sacrificio tuvo su recompensa, logrando grandes resultados. En el Maratón de Valencia de 2022 firmó su mejor marca, 2h21:01. Un año después, también en la capital del Turia, logró mejorar el récord de España de Marta Galimany en cinco minutos. Era su debut como atleta española tras lograr unos meses antes la nacionalidad. Ese registro le valió para cumplir con la mínima olímpica que le llevará a París 2024 a sus 34 años.
Ester Navarrete y Meritxell Soler
Las otras dos integrantes españolas lograron el pasaporte a París en el Campeonato de España celebrado en Sevilla el pasado mes de febrero. Ester Navarrete (33 años y también madre), hacía su debut en la larga distancia y logró lo impensable: victoria, segunda mejor marca de la historia de nuestro país (2h24:40) y mínima olímpica. La viguesa, de profesión enfermera (ahora en excedencia) y que había competido en cros, pista y ruta antes que en maratón, sorprendió a propios y extraños, incluso a ella misma, que unos meses antes ni siquiera estaba entrenando para este tipo de pruebas, y que jamás había superado los 100 kilómetros corriendo a la semana. La auto-disciplina, el apoyo de su marido y el gran trabajo de su entrenador, Manolo Vigo, hicieron el resto.
Meritxell Soler fue segunda en ese Campeonato de España de Sevilla, donde logró la tercera mejor marca de la historia de nuestro país y de paso la mínima olímpica. La barcelonesa, natural de Sant Joan de Vilatorrada, ya había sido campeona de media maratón en 2022. En el Mundial de Budapest del pasado año fue la mejor española, acabando en 27º posición. Es la más joven de las tres (31 años) y la única que compagina su trabajo en una clínica de odontología con los duros entrenamientos. Como Ester, ha estado una década compitiendo en pruebas de distancias más cortas, sobre todo en 1.500 y 5.000 metros, pero los éxitos llegaron en el maratón. Estaba todo pensado, como recoge Runner’s World en una entrevista con la catalana: «Han sido años de entrenamiento pensando que en el futuro subiría y me ha salido bien. No soy muy rápida, soy más resistente que otra cosa, pero saltar pronto al maratón es complicado y hasta peligroso. La paciencia ha funcionado».
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