Es año olímpico y no es el mejor inicio posible. Un cuadro de gripe ha trastocado todos los planes, dejándole fuera de toda la gira asiática, que incluye los importantes Abiertos de India, Malasia e Indonesia. Regresa de manera individual a un torneo en el Abierto de Francia, y cae en cuartos de final ante la décima del mundo. Las sensaciones no son las mejores.
Carolina Marín es una estrella del deporte español, pero hace años que vive lastrada por las dos graves lesiones de rodilla que frenaron su espectacular carrera. Era la número uno del mundo, campeona olímpica y tres veces campeona mundial. Su objetivo no podía ser más ambicioso: «ser la mejor de la historia». Un milagro del deporte español si tenemos en cuenta las escasas licencias en bádminton en este país, en comparación con los gigantes asiáticos. Solo hay que echarle un vistazo al ranking para comprobar que es la única europea entre las 19 primeras (la 20º es la danesa Mia Blichfeldt).
La onubense lleva toda su carrera peleando contra las coreanas, las chinas, las japonesas, las indonesas, las indias, las tailandesas… Pero, con su segundo cruzado, se vio obligada a bajar un escalón. Desde su regreso a la competición en abril de 2022, Carolina ha ganado tres torneos: el Europeo, los Juegos Europeos y el Masters de Orleans. En ninguno de los tres tuvo que enfrentarse a rivales del top-5. En ese tiempo, ha estado cerca de ganar títulos importantes, como el de las finales del circuito BW el pasado mes de diciembre, el único que falta en su palmarés, pero perdió la final ante la cuarta del mundo, la taiwanesa Tai Tzu Ying.
Era, sin embargo, la demostración de que no estaba ni mucho menos lejos de ellas: en el mismo torneo le ganó hasta dos veces a la nº2, la china Chen Yu Fei. El 2024 prometía ser ilusionante con los Juegos Olímpicos de fondo, pero la gripe le frenó en el peor momento. Quizá por ello tiene más mérito lo logrado en el prestigioso All England, un torneo que no ganaba desde hace nada menos que ¡nueve años! Venció a la 9ª del mundo en octavos, a la 2ª en cuartos, a la 3ª en semifinales y a la 4ª en la final. La nipona Yamaguchi se acabó retirando, pero el dominio de Carolina era claro (24-26, 1-11).
Hacía años que no lograba un éxito así. Concretamente, desde enero de 2021, cuando conquistó dos torneos en Tailandia de forma consecutiva venciendo a las mejores del planeta, entre ellas una número 1 que fue arrollada (21-9 y 21-16). Sus lágrimas, el emocionante abrazo con su madre… todo estaba más que justificado. Carolina ha vuelto en el mejor momento posible, a unos meses de París 2024, donde ahora más que nunca sueña con su segundo oro. Es su hora.
Contenido patrocinado por Iberdrola
