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El Getafe vive, probablemente, el mejor momento de su historia. Y eso que en otro tiempo llegó a disputar dos finales de Copa del Rey y protagonizó un partido histórico ante el Bayern Múnich, con el Coliseo a reventar y el Rey Juan Carlos presenciando un espectáculo que acabó en tragedia.

Lo más curioso es que entre ese equipo azulón que sorprendió a Europa y este que marcha tercero en la Liga hay una diferencia de estilo de juego que prácticamente se mide en años luz. Tras el ascenso del club en 2004 (con cuatro goles de Pachón en un día histórico), por el banquillo pasaron diferentes técnicos, la mayoría con la misma premisa: jugar bien al fútbol. Quique Sánchez Flores, Schuster, Laudrup, Víctor Muñoz, Míchel… librillo parecido, aprovechando sobre todo un centro del campo que también destilaba calidad. De la Red, Parejo o Granero eran jugadores más de perfil creativo que destructor.

Cuando la necesidad del Getafe por mantener la categoría se convirtió en prioritaria, el librillo pasó a un segundo plano. Contra, Escribá y luego Esnáider precedieron al actual técnico, un José Bordalás tantos años en la sombra del fútbol modesto. Supo exprimir al máximo a sus futbolistas en una temporada donde el ascenso a Primera era un objetivo cada vez más lejano. Lo consiguió en el play-off, y con ello la renovación. Iba a ser su debut en la máxima categoría del fútbol español, a pesar de la discrepancia de aquellos que veían inexperiencia y un estilo demasiado tosco para la élite.

En estos años Bordalás ha demostrado que en Primera se siente como en casa, y que son precisamente los rivales los que viven incómodos cada vez que se enfrentan a él. Algunos se van tan indignados cuando pierden ante este Getafe que se lanzan directamente a la yugular: “Esto no es fútbol, es otra cosa, por mucho que me lo quieran vender», decía Setién, actual técnico del Barça, cuando dirigía al Betis. Pronto le colocaron la etiqueta de ‘sucio’, siendo el equipo que más faltas realiza, el que más tarjetas ve, el que más tiempo de juego pierde y el que menos tiros a puerta concede de las cinco grandes ligas. El pasado sábado en el Camp Nou hicieron 29 faltas, récord en Europa este curso.

Sin embargo, y a pesar de las críticas, el Getafe siempre consigue salir bien parado. El año pasado rozó los puestos de Champions League y este año va camino de conseguirlo por primera vez en su historia, liderando la clasificación de los mortales por delante incluso del Atlético de Simeone. El pasado 8 de febrero endosó un espectacular 3-0 al Valencia en la mayor demostración de intensidad y potencial ofensivo. En el Getafe prevalece la solidez defensiva, pero con balón siempre tienen claro qué hacer y cómo hacer daño al rival a base de transiciones rápidas y una presión muy alta. Un juego que también tiene su atractivo, por supuesto. “El Getafe juega bien al fútbol, aunque algunos se empeñen en etiquetarnos de lo contrario con afirmaciones que son falsas y no se corresponden con la realidad. Mi equipo es ofensivo, osado y atrevido, le gusta presionar en área rival y compite en todos los campos de Primera. No se le puede reprochar nada”, decía Bordalás en una entrevista en ABC. 

Con la propuesta de la Superliga europea todavía sobre la mesa, muchos de los que están a favor usan al Getafe como mayor ejemplo de equipo que no debe aspirar a disputar competición europea. Esta semana, el cuadro azulón tiene la oportunidad de demostrar que se equivocan con otro llenazo en el Coliseum ante un equipo que precisamente maravilló al mundo con su ‘fútbol total’, la antítesis de lo que propone Bordalás. Lo curioso es que en este Ajax que alcanzó las semifinales de Champions destrozando a Madrid y Juventus se le tiene más respeto al Getafe del que se le profusa en propio país.

“Luchan por cada pelota y realmente lo dan todo. Físicamente son muy fuertes y van más allá de los límites si es necesario. Se atreven a presionar muy arriba, a veces ni siquiera dejan que el portero empiece con la construcción del juego. No crean mucho juego, pero son guerreros y luchadores. Será un partido muy interesante”, dijo Dusan Tadic, uno de sus jugadores más importantes, en una entrevista reciente. La del Coliseum tiene pinta de guerra de las buenas.

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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