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Roger, Rafa y Juan Martín

El español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer mantuvieron su pulso en la lucha por el número uno del mundo al clasificarse hoy a los octavos de final del Abierto de Estados Unidos, donde el argentino Juan Martín del Potro mostró credenciales para ser considerado también como candidato al título.

Nadal, máximo favorito del torneo, volvió a correr desde atrás en el marcador tras encontrar una dura oposición por parte del argentino Leonardo Mayer en los primeros dos sets, hasta que pudo quebrarlo para ganar por 6-7 (3-7), 6-3, 6-1 y 6-4 en tres horas y 15 minutos.

Federer, en tanto, se regaló una noche tranquila después de los dos sustos iniciales al derrotar por 6-3, 6-3 y 7-5 al español Feliciano López. Más temprano, Del Potro dio una exhibición de su mejor tenis para vencer por 6-3, 6-3 y 6-4 al español Roberto Bautista Agut.

En la pista central de Flushing Meadows, con el techo retráctil cerrado por la lluvia que cayó en la tarde-noche neoyorquina, otra vez Nadal mostró una faceta vulnerable durante una hora y media de juego, como la había exhibido en las rondas iniciales.

Pero a diferencia de los dos encuentros anteriores, el déficit estuvo esta vez en la concreción de las ocasiones. «Hoy no tuve un comienzo lento, porque las oportunidades las tuve. Son oportunidades que tú te has creado. Incluso generé más de las usuales», destacó el español, que recién quebró el servicio de Mayer por primera vez en su décimo cuarta posibilidad, cuando ya había perdido el set inicial.

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Cuando vio como una derecha de Mayer se iba ancha, Nadal lo celebró con la plena conciencia de lo que significaba: apretó el puño, lo revoleó un par de veces y se golpeó pecho, acompañado de un «vamos» para descargar.

«Después de conseguir el break me solté y jugué en alto nivel. Cada vez que perdía una oportunidad, los nervios y el stress iban en aumento, pero como seguía generando, me mantenía positivo y esperando que el break se concretara, ya sea por una doble falta del rival, un fallo o un tiro mío con el marco«, graficó el español sobre el particular momento que se vivía en el juego.

Mayer también supo lo que quería decir ese quiebre y bajó la intensidad. Entonces, con un Nadal lanzado, con más confianza y con un rival desmoralizado, el resto fue historia.

Ahora Nadal jugará con el ucraniano Alexandr Dolgopolov, que avanzó al superar 6-1, 6-0 y 6-4 al serbio Viktor Troicki. «Es un jugador con mucho talento, que cuando juega bien, es muy peligroso. Y aquí está jugando muy bien«, remarcó el uno del mundo.

Como posibles rivales en cuartos por ese lado del cuadro aparecen el belga David Goffin, que venció por 7-5, 5-1 y abandono al francés Gael Monfils, y el ruso Andrey Rublev, que derrotó al bosnio Damir Dzumhur por 6-4, 6-4, 5-7 y 6-4.

Por la noche, Federer vivió una jornada menos tensa después de los dos sustos iniciales. Tras tener que jugar diez sets en las dos primeras rondas, Federer encontró una victoria más sencilla en una hora y 46 minutos.

«Estoy muy feliz porque hoy jugué muy bien, mejor que en las primera rondas«, reconoció el suizo de 36 años, que se mostró preciso con su servicio y mandó con su derecha, ante un adversario que sufrió por su alta cantidad de errores no forzados.

Frente un rival como Feliciano que no es propenso a los peloteos largos, el tercer favorito pareció sentirse más cómodo que como se había mostrado en las fases previas con el local Frances Tiafoe o con el ruso Mikhail Youzhny. «Es una gran sensacion haber ganado en tres sets a Feliciano», destacó el helvético, que estiró a 13-0 su ventaja en el historial ante el español.

En la siguiente ronda, Federer se medirá ante el alemán Philipp Kohlschreiber, que batió 7-5, 6-2 y 6-4 al australiano John Millman.

Más temprano, Del Potro dio una exhibición de su mejor tenis para vencer a Bautista Agut en dos horas y diez minutos, en un estadio Grandstand poblado con una buena cantidad de aficionados argentinos.

«Jugué mejor que en los partidos anteriores. Enfrente tenía un gran jugador como Bautista Agut, contra el que si no jugás bien no le ganás«, dijo Delpo, que llegó a cuarta ronda sin haber cedido sets.

«Pero fue un partido más, no lo tomo como algo extraordinario. Es natural esta evolución. En el próximo partido voy a tener que jugar mejor si lo quiero ganar«, remarcó en busca de bajar la euforia.

Lejos de la versión edulcorada de los primeros partidos, Del Potro mostró gran parte de su repertorio, con un servicio poderoso que le permitió lograr 14 aces, con su imponente derecha lastimando cuando viajaba cruzada y con un revés más que aceptable, de acuerdo a lo que puede golpear tras las operaciones de muñeca a las que fue sometido.

«Sabía que si no jugaba bien no ganaba, que si el partido era largo tenía pocas chances de ganar y que si los puntos se estiraban era todo a favor de él», resaltó Del Potro.

Bautista Agut, undécimo favorito y campeón la semana pasada en Winston Salem, se vio desbordado por la potencia del argentino, que siempre lo puso a la defensiva.

El rival de Del Potro en octavos será el austríaco Dominic Thiem, sexto favorito, que se impuso por 7-5, 6-3 y 6-4 al francés Adrian Mannarino. En el historial, el argentino se impone 2-0, después de haberle ganado en Madrid 2016 y el año pasado en el US Open, cuando el siete del mundo se retiró por una lesión.

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