Estalló el bombazo. Lo que fueron rumores durante el verano ahora se ha hecho realidad. Aún es difícil de creer y de asimilar. Lewis Hamilton vestirá de rojo a partir de 2025. Creo que no somos conscientes de este movimiento, de lo que implica. La escudería más laureada de la historia de la Fórmula 1 con el piloto con más títulos mundiales de la parrilla. Son 16 campeonatos de Ferrari y 7 de Hamilton. Una auténtica barbaridad. Es el fichaje del siglo.
Sin embargo, este movimiento tiene un sabor agridulce, al menos para los españoles. La llegada del piloto británico implica la salida, por fuerza, de Carlos Sainz, un hombre que lo ha dado todo por la escudería italiana, que se ha dejado el alma en cada Gran Premio y que sentía una conexión especial con los tifosi. Pero lo más triste de todo ha sido cómo se ha producido su salida: de manera fría y prácticamente sin respeto alguno por el piloto español. Pero Sainz es un profesional por encima de todo. “Aún tenemos por delante una temporada larga y lo daré todo por el equipo y por los tifosi de todo el mundo”, escribiría en sus redes sociales.
Cuando el mejor de la parrilla llama a tu puerta no le puedes negar la entrada. Al final, los mejores pilotos del mundo han pasado alguna vez por Maranello. Vease Fangio, Ascari, Schumacher, Prost, Alonso o Vettel, quien ya dijo en su momento: “Todo el mundo es fan de Ferrari. Aunque algunos digan que no, son fans de Ferrari”. Sin embargo, entre estos nombres falta el de Ayrton Senna, quien tenía un preacuerdo apalabrado con el Cavallino Rampante, un apretón de manos que, lamentablemente, nunca fue más allá.
Ahora Ferrari contará con dos gallos en un mismo garaje. Leclerc no está hecho para ser un segundo piloto. Hamilton tampoco. No ha empezado la temporada y el 2025 ya genera muchísima expectación. Habrá que ver si la dupla entre el monegasco y el británico realmente funciona o no. Y entre toda esta expectación, está Carlos, que naufraga entre todo este sinsentido sin avistar tierra. Al menos por ahora.
Lo que sí es seguro es que el futuro es incierto, y al piloto madrileño se le puede abrir un abanico de opciones de cara al próximo año. Suena Mercedes, no con mucha fuerza, pero suena. Quizás sea él quien ocupe el asiento que ha dejado libre el británico. Otra opción de la que se ha hablado es que Piastri corra en la escudería alemana y Carlos vuelva a McLaren, la que fue su casa durante dos años, y se reúna de nuevo con Lando Norris. Aunque para mí, la idea que de alguna manera mejor cala es la de ver a Sainz en 2025 en Alfa Romeo, a la espera de que un año más tarde se transforme en Audi, escudería completamente nueva e independiente en cuanto a motorización. A partir de aquí son todo especulaciones, pero quién sabe qué sucederá. Quizás la marca alemana haga campeones a padre e hijo: uno en el Dakar y otro en la Fórmula 1.
Se ha hablado ya de que Sainz pueda ser uno de los futuros pilotos de Mercedes, pero la realidad es que hay más nombres que suenan para ocupar esa plaza, como Albon, piloto de Williams, o Ocon, piloto de la escuela de Mercedes. También se ha hablado de Mick Schumacher, quien es su actual piloto reserva. Otro de los nombres que ha sonado es el de Kimi Antonelli, todo un prodigio. Piloto italiano, también de la escuela de Mercedes, que debutará esta temporada con Prema en la Fórmula 2. A sus 17 años de edad ya ha demostrado lo que vale. Lo ha ganado casi todo.
Pero si hablamos de todos estos pilotos, también hay que hablar de Fernando Alonso, que termina contrato con Aston Martin a finales de 2024. Simplemente, la idea de ver al piloto asturiano conduciendo el Mercedes en 2025 enamora. No solo lo pienso yo, Jenson Button también: “Me encantaría ver a Fernando Alonso ahí. Sería una alianza bonita que iría bien para las dos partes”. Aunque todo está por ver y probablemente el rendimiento del Aston Martin esta temporada tenga mucho que ver.
El caso, y lo importante, es que Hamilton se marcha a Ferrari. La unión hace la fuerza y cuánto poder habrá en Maranello dentro de un año. Es simplemente la unión de la mejor escudería de la historia con el piloto más laureado de la parrilla. Se dijo antes, ¿quién no querría pilotar para Ferrari en la Fórmula 1? “Ahora tengo la oportunidad de cumplir otro sueño de la infancia. Conducir en rojo Ferrari” decía Lewis Hamilton. Será extraño ver el número 44 grabado en el monoplaza rojo, pero qué bien se verá. Es sencillamente el fichaje del siglo.