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Tanteo entre los gallos con la llegada de los Alpes

Enrique JULIÁN GÓMEZ – Poco movimiento entre los favoritos en el primer día de Giro en los Alpes. Tras la contrarreloj de Barolo en la que Rigoberto Urán amplió diferencias de manera importante sobre sus rivales, el terreno montañoso sirvió para tantear las fuerzas y posibilidades de cada uno. La llegada al Santuario de Oropa, donde Pantani hizo saltar la carrera hace 15 años o Ugrumov atacó a Indurain hace 21, fue la primera piedra de toque.

Antes se subían dos puertos, Alpe Noveis, que se superó con suma tranquilidad, y Bielmonte, más largo y tendido pero con una parte central comprometida. Allí movió el árbol Europcar, activísimo en esta Corsa Rosa el equipo francés. Ataque en pareja, con un excepcional Bjorn Thurau, que realizó una gran ascensión conduciendo a Pierre Rolland. A ellos se unieron Ryder Hesjedal, Gorka Izagirre, compañero de Quintana, y Riccardo Zoidl para hacer camino.

Ya en el ascenso final a Oropa, fue de nuevo el AG2R de Domenico Pozzovivo quien tomó la iniciativa en el grupo. El excepcional trabajo un día más de Vuillermoz y Dupont redujo el pelotón de favoritos a una docena de ciclistas, dejando en bandeja el ataque del lucano, que aceleró a 3,7 kilómetros de meta. Pegado a su rueda, Nairo Quintana, que hace dos días acusó problemas respiratorios y no le dio un relevo hasta meta.

Urán sufrió bastante. También Evans, pero sobre todo el líder colombiano, que a pesar de todo redujo pérdidas gracias al trabajo de su gregario estrella Wout Poels. Al final, partiendo del tiempo en meta de Quintana, a 4 segundos llegaron Aru y Pozzovivo; Kelderman y Majka a 8 segundos; Evans a 20 segundos y Urán a 25 segundos. Diferencias limitadas pero diversas sensaciones. Un Pozzovivo que es el más fuerte en montaña ahora mismo, Quintana en crecimiento de cara a la última jornada, Majka y Kelderman muy regulares, Evans agarrándose y Urán que deja la duda de si este es un rendimiento aislado o se verá de nuevo en los próximos días.

Por delante estuvo la lucha por la etapa. Un grupo de 21 fugados se destacó con algunos nombres importantes como Nicolas Roche, Dario Cataldo, Boasson Hagen, Enrico Battaglin o Ivan Santaromita y buenos escaladores como Jarlinson Pantano, Tim Wellens, Yontahan Monsalve o el combativo Jan Polanc, además de los veterano Manuel Quinziato y Danilo Hondo.

La escapada se mantuvo más o menos compacta hasta el pie de Oropa, pese a un tímido intento de Roche que había coronado Bielmonte en solitario. Al inicio de la ascensión final llegaron destacados con medio minuto Quinziato y Timmer, otro de la escuela de rodadores del Giant, presente en la escuadra holandesa desde que es profesional. El italiano tuvo un problema mecánico y dejó en solitario a Timmer, que con más corazón que piernas se mantuvo hasta el límite de sus fuerzas.

Por detrás, a un par de kilómetros del final, le alcanzaron Cataldo y Pantano. Pero el invitado sorpresa fue Battaglin, que con un portentoso último kilómetro remontó su desventaja y batió a su compatriota Cataldo sobre la línea de meta. Segunda victoria de Battaglin en el Giro, puesto que ya venció el año pasado en la media montaña de Serra San Bruno,  y segunda consecutiva del equipo Bardiani en el Piemonte, tras la conseguida ayer en la fuga por Marco Canola.

Mañana, segunda etapa alpina con una jornada maratoniana de 225 kilómetros con un único puerto, el final en alto en Montecampione. Un puerto largo, cerca de 20 kilómetros y con dos tramos duros rondando siempre pendientes del 8%.

Madrid, 1993. Oscense de adopción. Editor en @SpheraSports. Combino Calcio y ciclismo con todas las consecuencias.

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