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Señor Valverde

Ernesto Valverde protagonizó uno de los gestos del fin de semana. Declaraciones que, en el entorno del fútbol, no suelen ser habituales. En un sector donde la polémica es usual, hay profesionales que brindan su honestidad para romper las barreras de lo común.

Todo el mundo vio lo que ocurrió en el minuto 29 del partido que enfrentaba a Valencia y Barcelona en Mestalla. Un error arbitral que ratifica la necesidad de la tecnología. Si bien es una realidad que el fútbol siempre se ha ceñido a la polémica y al debate, también lo es que la evolución debe ir de la mano del deporte de masas por excelencia.

Todo apunta a que el VAR llegará a la Liga española oficialmente en 2018. Mientras tanto, hay que convivir con el error, la duda y la injusticia. Y hay que hacerlo con mesura, con la honradez de sopesar los beneficios y perjuicios. De este modo, Valverde expresó tras el partido: «Ante el Málaga hicimos gol cuando el balón salió, hoy nos ha perjudicado. Quedamos todos en evidencia».

Las palabras del técnico azulgrana han tenido gratas reacciones que reconocen la elegancia del Txingurri. El club debe agradecer disponer de una figura que no solo está siendo ejemplar en los resultados. La comunicación es el elemento que define la imagen, y Valverde la está ejecutando extraordinariamente. Sabe cómo eludir el debate, encontrar la respuesta adecuada y ser correcto hasta en la espontaneidad. Probablemente no sea únicamente una cuestión de planificar qué decir y qué no. Las virtudes del entrenador sobre la gestión de las cámaras son notables.

(Getty)

Ernesto fue un señor, como lo es habitualmente. Respondió con elegancia, con su saber hacer. Volvió a mostrar que su imagen ha sido un lavado de cara necesario en la entidad azulgrana. El Barcelona tenía una gran necesidad de cubrir todo el tumulto del verano. Precisaba de más que resultados, algo que no todo entrenador puede satisfacer. La veteranía y la finura de Ernesto Valverde ofrecen contestaciones acertadas cuando pierde, cuando gana, cuando es cuestionado por un cambio, cuando le exigen palabras sobre los principales protagonistas de su plantilla. O bien, cuando le anulan un gol legal en un escenario tan importante como el de Mestalla. Acordarse del propio beneficio otorgado inmerecidamente es honorable.

Ernesto es sinónimo de volver a tomar contacto con los valores que deberían definir a un gran club y que, lamentablemente, se manchan con el poder que reúne la industria del fútbol. Su liderazgo es vital para que el Barcelona sea casi incontestable. No es solo cuestión de libreta y pizarra. Un gestor de vestuario que proyecta su destreza para las relaciones. Un entrenador ejemplar que, con palabras como las de anoche, dignifica este deporte. Todos los jugadores pueden mirarse en su espejo.

La grandeza de Ernesto Valverde es un elemento muy valioso para el Barça. Es vital que la persona que dirige el barco sepa actuar en todos los terrenos que debe pisar. Pocos saben hacerlo de manera tan brillante. Que su tranquilidad sirva para apagar el griterío y la queja. Sin duda, una conquista que debe enorgullecer más que la cualquier victoria. La deportividad, por delante. Señor Valverde, nos representa.

Editora en SpheraSports. Especialista en Scouting y análisis de juego por MBPSchool. Sport Social Media. Eventos Deportivos

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