Sacramento Kings: crecer, madurar y vencer

El paso del tiempo ajusticia por igual a deportistas como a las personas
comunes, una juventud ligada a un excelente físico, una madurez en la que la
mente ocupa el evidente bajón del físico y un ocaso en el que los roles cambian
dejando un liderazgo cada vez más marcado fuera del campo y más útil en las
nuevas generaciones. La NBA no es una excepción a estas 3 etapas, aunque bien
es cierto que el talento puede hacer resistir unos años más la llegada del
ocaso.

A los jóvenes, cada error en el juego se le achaca a su bisoñez, a su
aprendizaje, los aficionados tienen, tenemos, una vara de medir distinta
dependiendo de la edad del protagonista del error. Vemos en los veteranos que
cada fallo en su juego, cada balón que se desaprovecha, se analiza como si
fuera un perjuicio constante en el equipo, pasa en el baloncesto, y pasa en
otros deportes de equipo. Una notable mengua en sus números y el hecho de
robarle minutos a los futuros protagonistas de las franquicias es el culmen del
menosprecio al soldado que apura sus últimos servicios antes de ganarse su
merecido descanso.

En el verano de 2017, los Sacramento Kings contrataron los servicios de George
Hill, Zach Randolph y Vince Carter en la agencia libre. De Hill se esperaba que
fuera la pieza angular del proyecto desde el puesto de base y recibió la
etiqueta de jugador franquicia. Randolph y Carter, sin embargo, llegaban con
otro rol a sus 35 y 40 años de edad respectivamente. La afición cuestionó el
porqué de estos movimientos en plena reconstrucción del equipo californiano.  Como aficionados al baloncesto y a la NBA, cuando
se apagan las luces de las pistas no sabemos que ocurre en el día a día de una
franquicia de la liga americana, no conocemos como son esas horas interminables
de avión en avión, o esas noches en hoteles con tanto tiempo libre.

El experimento en Sacramento Kings con jugadores inexpertos con poco recorrido
y veteranos con larga carrera en la NBA ha sido inconsistente. No es necesario ahondar
en las últimas temporadas para conocer cómo terminó ese experimento donde la
dirección de los Kings quemó ciclos y reinicios cada vez que se acerca el mes
de abril. La última de Divac se concentró en reunir jóvenes talentos alrededor
de veteranos contrastados con el fin de crecer y tutelar a las jóvenes promesas
de todo el país.  Tanto como Carter como
Randolph aceptaron ese rol, hacer crecer al equipo más bisoño de la liga.

En el roster actual, la edad de jugadores importantes en la rotación no
supera los 25 años de edad, desde los rookies De’Aaron Fox (20), Justin Jackson
(22), Bogdan Bogdanovic (25), Skal Labissiere (21) y Frank Mason (23) pasando
por Willy Cauley-Stein (24), Buddy Hield (24), Georgios Papagiannis (20),
Malachi Richardson (22) o Jakarr Sampson (24). Es decir, todo el plantel con
minutos exceptuando los citados George Hill (31), Zach Randolph (35) Vince
Carter (41), Garrett Temple (31) y Kosta Koufos (28). De los 14 jugadores más
utilizados esta temporada, 10 no han jugado más de 4 temporadas en la NBA, y 5
de ellos cumplen sus primeros partidos en la NBA.

Por tanto, ¿se puede calificar de fracaso la temporada? Los números de la
temporada están lejos de ser los esperados en Sacramento, la proyección de
victorias en un inicio se estimó entre el 40-45%. Pocos esperaban con esos
números entrar en Playoff en el Oeste, donde hace años que no entra nadie con
un récord inferior al 50%, pero el objetivo, al menos para este año no era
entrar en playoff. Los Kings actualmente rondan el 33% de victorias, es decir
ganan uno de cada tres partidos, una media baja no alejada de los peores
récords de la temporada y compitiendo con los Suns por no ser el peor equipo de
la División Pacífico.

Y respondiendo a la pregunta previa planteada, no puede ser un fracaso, la
plantilla con más jugadores de primer año, jóvenes con futuro que vienen de
dominar la NCAA y que ahora ven el muro del profesionalismo, gente como
Bogdanovic que viene de triunfar en Europa y se encuentra con defensas que
nunca antes ha sufrido, jugadores que no han disputado en su carrera partidos
con tanta intensidad y con tan poco descanso. La musculatura y la mente, aun
por desarrollar en muchos casos no están preparadas para el ritmo de la NBA.
Pero Joerger lo tiene claro, es el camino al éxito, el inicio de una época que
debe llevar a los Kings en 2022 a luchar por todo. Acertar desde los despachos
clave, pero acertar en la formación lo es más aún, y el entrenador de Minnesota
lo tiene claro, aprender hoy para ganar mañana.

Otras franquicias con más marketing ya habrían llamado a los Kings, ‘The Process’, pero Sacramento gana más
partidos y no tiene que justificarse con campañas de 10, 18 o 19 victorias en
toda la temporada en eslóganes vacíos tankeando
cada temporada en busca de varios números uno del draft que hagan de un éxito
estar en el 50% de victorias en el Este.

Acertar en el draft, que se suele acertar y no repetir los errores del
pasado en liberarse de jugadores como Hassan Whiteside, Isaiah Thomas o
DeMarcus Cousins se presenta vital para una franquicia que ha demostrado
inmolarse cada pocos años cuando más y mejor futuro pintaba la situación. ‘Here
we rise’ ahora sí, y no con Tyreke y Fredette. Hablamos en cuatro temporadas.