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Paula Arcos: Diamante en bruto

Es una de las piedras preciosas más caras, el tesoro de multimillonarios y un botín suculento para ladrones de guante blanco. No es casualidad que los diamantes hayan protagonizado algunos de los robos más famosos de la historia del cine. Desde el desayuno de Audrey Hepburn hasta el collar de María Antonieta que se apropia Assane Diop (valorado en 15 millones de dólares), todos tienen algo en común: quien lo tiene es poderoso, quien no lo tiene, lo desea desde el primer momento en que lo ve.

El diamante es muy valioso por varias razones: su origen magmático (debió formarse hace billones de años, a más de 80km bajo tierra), su dureza (su nombre proviene del griego ‘adamas’, que significa ‘invencible’) y su hipnótico brillo. Gracias a los avances tecnológicos, su extracción de las minas es hoy menos costosa, pero al menos se necesitan 250 toneladas de mineral para producir 0,20 gramos de diamante. Y después debe pasar por un delicado proceso de tallado y pulido, con los que adquiere su aspecto original. De lo contrario, seguirá llamándose un diamante en bruto.

De ahí viene la expresión, utilizada una y mil veces en el mundo del deporte, aplicada a jóvenes promesas con todavía por recorrer, pero que avisan de su tremendo potencial. Solo necesitan ser ‘pulidos’ y ‘tallados’. Es el caso de la gran joya del balonmano español, una Paula Arcos que en apenas un año ha destrozado cualquier tipo de expectativa y se ha colocado en el escaparate por méritos propios. La temporada pasada fue la de su consagración, liderando el ataque de su equipo, el Atlético Guardés, con hasta 94 goles, siendo nombrada MVP de la Liga Guerreras Iberdrola (el premio Vicen Muñoz, que votan los entrenadores) y alcanzando el subcampeonato.

Su desequilibrio en cualquiera de las zonas de ataque le valió para ir convocada primero a los Juegos de Tokio y después al Mundial, cuya primera y segunda fase se celebró en Torrevieja, a escasos kilómetros de su tierra, Petrer. Fue allí donde se dio a conocer de verdad al gran público, con actuaciones que le valieron el MVP en dos partidos, uno de ellos en los cuartos de final ante Alemania. En el primero, ante China, le llovieron palos de todos los colores, pero no se quejó ni una sola vez. “Cuesta un poquito que te toquen la cara, que es lo que más duele, pero nunca tengo miedo y creo que me caracterizo por eso, por ir siempre de cabeza y que pase lo que tenga que pasar”, nos contaba entonces.

Indestructible como un diamante. En realidad, Paula tiene todas las virtudes de la gema, desde la dureza (impactante en una chica tan joven) hasta lo hipnótico de su juego, como lo describió la mismísima Eli Pinedo en ‘Guerreras a Escena’: “Me tiene hipnotizada. Al principio hablaba de descaro y valentía. Porque cuando cogí la confianza para jugar como juega Paula Arcos ahora yo tenía unos cuantos años más. Pero es que ya no hablo de descaro solo, hablo de calidad. Es inteligente y sabe cómo colocarse”. 

Su impacto ha sido inmediato en las Guerreras, necesitadas de un relevo generacional tras la retirada de figuras como Marta Mangué, Begoña Fernández, Macarena Aguilar o la propia Eli Pinedo. Las estrellas en los últimos torneos destacan por su veteranía, con Silvia Navarro en la portería a sus 42 años o Carmen Martín y Shandy Barbosa con 33 y 35 respectivamente. La frescura que aporta la alicantina es necesaria hoy, pero si sigue dando pasos hacia adelante a este ritmo, está llamada a ser la gran referente del equipo español en los años venideros.

En Aladdín (sí, el clásico de Disney), solo puede cruzar el umbral de la Cueva de las Maravillas (donde se encuentra la lámpara maravillosa) aquel “cuya nobleza radique en su interior. Un diamante en bruto”. Es otra de sus acepciones, y tiene que ver con lo engañosas que son las apariencias y la bondad oculta. Aladdín es un pobre mendigo que, a pesar de su condición de “rata callejera”, no duda en compartir con los más necesitados o en rechazar todo el oro del mundo por amor o respetar unos principios. La humildad es precisamente una de las grandes características de Paula Arcos, cuya vertiginosa ascensión no le ha nublado la vista ni le ha subido el ego. Sorprendida incluso por haber sido convocada al Mundial (a pesar de unos números escandalosos en División de Honor), nadie olvida sus lágrimas tras vencer a Alemania y ser elegida jugadora del partido. Pura pasión.

En una entrevista con YosoyNoticia, explicó que todavía alucinaba con que le pidieran un autógrafo, y que todo lo que está viviendo lo procesa con los pies en la tierra, con naturalidad: “Entreno igual que cuando era cadete o juvenil. Eso me permite disfrutar sin tanta presión”. Inconformista por naturaleza (reconoce que tras cada partido le da vueltas a todo lo que puede mejorar), a pesar de su juventud ya es todo un ejemplo para las niñas que sueñan con ser Guerreras. Pulir, tallar y lista para triunfar.

Imagen de cabecera: Real Federación Española de Balonmano

Contenido patrocinado por Iberdrola

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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