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Pasillos y pichichis

¿Es posible que ganar aburra? Yo sinceramente no lo creo,
pero en ocasiones asistimos a situaciones que me hacen planteármelo. El fútbol
es para los aficionados. Sin ellos nada tendrá sentido. Recuerdo a los fans del
Leicester el día que obraron el milagro, a los tifosi del Milan, algunos que
han celebrado varias Copas de Europa, festejar por una Supercoppa italiana tras
mucho tiempo de sequía, a la afición del Sevilla celebrar su primera Copa de la
UEFA o a la del Athletic salir a la calle por una Supercopa de España más de 20
años después de su último trofeo.

¿Qué tienen en común? Que ganaron pero aunque no hubiera
logrado ese paso definitivo, disfrutaron del camino. Del día a día de su equipo
y la ilusión de poder ser campeones. Algo a lo que en Barcelona y Madrid no se
han acostumbrado. La grandeza del Barça y del Real Madrid es tal que ganar para
ellos no es un sueño, es una obligación. Los aficionados culés más jóvenes han
disfrutado a Messi, el juego del equipo con Pep Guardiola que enamoraba al
mundo entero, se han emborrachado tras dos tripletes y hecho el amor después de
ganar con seis y cuatro goles en el Bernabéu. Y todo en menos de 10 años.

Los merengues, por su parte, han disfrutado al goleador más
letal de su historia, Cristiano, han hecho lo que nadie nunca hizo ganando
Champions consecutivas, tres de las últimas cuatro y dos de ellas en derbis de
la capital, han firmado un doblete más de diez años después del último y
necesitan varias manos para contar las Copas de Europa de su equipo. ¿Y qué?
¿Qué significa eso para ellos? Un día, dos, tres, a lo sumo un mes de
celebraciones y vaciles a sus colegas del eterno rival y a pensar en ganar más
la temporada siguiente. Y si tu equipo ha perdido, caprichito de 100 millones
en forma de Bale o Coutinho para que se hable lo menos posible del título que
no pudiste lograr.

Para la mayoría de ellos el fútbol se ha convertido en algo
que solamente puedes disfrutar si ganas. Han perdido la ilusión por el camino,
por el día a día, por estar orgulloso de tu equipo incluso en la derrota.
Muchos ahora son amargados, que parece que prefieren la derrota del eterno
rival a la victoria del que se hacen llamar aficionados. Muchos culés piensan
más en el pasillo que le puede hacer el Real Madrid al Barça para sentirlos
humillados que por ganar un título de liga que se les escapó el año pasado. Que
por poder hacer historia y no perder ni un solo encuentro. Muchos madridistas
solo piensan en que Cristiano le arrebate el pichichi a Messi para fastidiar a
los culés que en pelear la liga hasta el final y que eso le sirva como
preparación para encarar una hipotética tercera Champions consecutiva y
agigantar aún más su historia. Muchos de ellos solo piensan en cómo reírse del
vecino y se han olvidado de lo más importante: el fútbol.

1994. Tanos, Cantabria. Estudiante de periodismo. @SpheraSports y @FCBsphera “Esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al fin del partido”.

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