Imagina ser la mejor del mundo en tu deporte durante diez años seguidos, dejarlo todo y pasarte más de cuatro años cambiando las acrobacias por la velocidad, experimentando una transformación radical por un sueño que hasta hace bastante poco era imposible: participar en unos Juegos Olímpicos. Gisela Pulido (Premiá de Mar, Barcelona, 1994), lo ha conseguido. Estará en París, y aunque no se pone altas expectativas (a pesar de su actual tercer puesto en el ranking mundial), es difícil no apostar por ella. Muy difícil.
¿Cómo van estos meses de nervios antes de los Juegos?
Bien, muy contenta la verdad. He cogido muchas fuerzas este invierno en Fuerteventura, que hemos estado ahí haciendo la pretemporada, y la verdad que muy bien. Y bueno, ahora ha sido un poco de rally, como digo yo. Ha sido justo Europeo, Sofía, Hyères y ahora tenemos el Mundial. Ha sido un poco back to back, o sea, una después de la otra. Acumulando cansancio, pero bueno, después de esas competiciones tengo un parón de dos semanas y luego ya a Marsella entrenar a tope, así que yo creo que eso me va a venir muy bien para también coger mi rutina de estar allí entrenando, y también a seguir trabajando en el físico, que es lo más importante ahora. Y nada, disfrutando de lo que me queda de preparación y para llegar lo mejor posible a los Juegos.
De los deportistas que van a los Juegos, es posible que hayas sido la que ha tenido el ciclo olímpico más largo. Muchos compitieron en Tokio hace tres años, pero tú llevas pensando en París desde hace mucho más.
Yo llevo pensando desde que soy pequeña en ir a los Juegos. Lo que pasa que bueno, mi deporte no era olímpico hasta ahora, hasta París 2024, y sí que es verdad que yo empecé un poquito antes con la Fórmula Kite. Empecé cuando era ‘Tokio’ y luego nos pilló la pandemia, tuve que parar. Por eso mi ciclo ha sido, dentro de lo que cabe, un poquito más largo que el de los demás. Pero bueno, la verdad que no cambiaría nada tal y como ha sido. Estoy muy contenta con el equipo que hemos formado, con mi entrenador, Antonio, y los chicos con los que he entrenado en el agua también. Creo que hemos hecho un muy buen trabajo y que van a ser unos buenos Juegos. Sobre todo a disfrutarlos, pero también a sacar lo mejor de mí.
Participar en unos Juegos Olímpicos es un sueño que hasta ahora era imposible para ti.
Sí, sí, sí, desde pequeñita siempre he soñado con los Juegos Olímpicos y con conseguir una medalla. El kite freestyle creo que nunca podrá llegar a ser olímpico porque se necesita mucho viento para poder competir en esa disciplina. En cambio, con cuatro o cinco nudos, que es lo que hacemos ahora, ya podemos navegar, y yo creo que eso es una clave importante para que sea elegido olímpico. Voy a disfrutarlo un montón y a vivir la experiencia, disfrutar del camino, de toda esta preparación, de todos estos tres años de entrenamiento que también me han hecho ser una persona totalmente diferente. La Gisela que empezó haciendo la campaña olímpica ahora no tiene nada que ver y eso para mí es un punto muy guay también de cara a lo que quiera hacer más adelante, sea otra campaña o competir en lo que sea.
Aunque has sido la última en llegar, es probable que tu cara sea la más reconocida del equipo español. Has ganado diez mundiales, has sido respaldada por RedBull o Movistar, te has promocionado… ¿Sientes que puedes dar un impulso a la vela española por el hecho de ser algo más mediática?
Hombre, yo creo que quizás es un punto bueno porque es lo que dices tú, ¿no? Vengo del freestyle y los sponsors que siempre he tenido han continuado conmigo en este viaje. Si puedo aportar un poquito a la vela, aunque sea un poquito más de retransmisión o de visibilidad, por así decirlo, pues mejor.
Y también al deporte femenino. En las últimas ediciones, las mujeres han logrado más medallas que los hombres o se han quedado cerca. Otra oportunidad para brillar.
Sí, al cien por cien. La verdad que el deporte femenino está un auge… y bueno, creo que es una pena decir que está en auge porque debería de haber sido siempre igual. Pero bueno, al final el mundo del deporte siempre ha estado asociado a los hombres. Creo que es algo que ha ido cambiando, hay un cambio generacional y cada vez las mujeres van a hacer más deporte y se va a ver más normal que una mujer haga deporte. Yo me acuerdo que de pequeña en el cole me gustaba jugar al fútbol con los niños y era la única chica que jugaba. Ahora vas a un colegio y es otro rollo, es mucho más normal, y creo que obviamente en el mundo de la alta competición también se va a ver ese cambio. El deporte femenino en España es brutal, tenemos muy buenas representantes y yo creo que van a ser unos buenos Juegos.
Acostumbrada a ganar (10 títulos Mundiales en kite freestyle), el contexto es diferente en París. Aun así, has dicho en la presentación que vas a salir a competir y a ganar. ¿Te has puesto un objetivo de resultado?
La verdad que no he pensado en el objetivo porque creo que ahora mismo a nivel de resultados no estoy cumpliendo con lo que quizás me gustaría, pero tengo ese hándicap que creo yo que es bastante importante y es el peso. Las que ganan ahora mismo pesan 20 o 30 kilos más que yo y eso se nota mucho sobre todo en la velocidad. Yo hago las cosas bien cuando las tengo que hacer, pero en línea recta, si una chica pesa 20 kg más que yo, va a ir más rápido. Entonces no quiero ponerme realmente ninguna expectativa a nivel de resultado. Esto lo he estado trabajando mucho porque sí que al principio me frustré mucho con los resultados porque no llegaba donde quería, pero he aprendido a disfrutar más del camino, de la preparación, de cada día de entrenamiento y de las competiciones, que al final son el premio, por así decirlo, que a mí lo que me gusta competir. Sé que va a ser una competición totalmente diferente a un Mundial y a un Europeo, porque va a haber mucha más presión. Va a ser mucho más mediático, la gente va a estar mucho más pendiente de ti, y también va a hacer que estés más nervioso.
La que es campeona del mundo, que es francesa, compite en casa. Y yo creo que eso es a algo bastante negativo porque va a tener un extra de presión. Por competir en casa, porque se supone que lo tienes que conocer más. Tienes el apoyo de la gente, pero a la vez yo creo que supone más presión. Yo voy sin expectativa de resultado, a dar lo mejor de mí, a apretar ahora estos últimos meses que quedan e intentar llegar lo mejor posible, sobre todo de cabeza.
Este deporte pudo haber sido olímpico en Río 2016. Por entonces tenías 22 años, hoy 30. ¿Tienes esa espinita de poder haber competido antes en unos Juegos, en una mayor plenitud?
Hombre, estoy segura de que, si con la experiencia que tengo ahora empezase el ciclo de nuevo, sería otro rollo y haría muchas cosas diferentes. Al final durante este ciclo he tenido que ir aprendiendo cosas y si hubiese empezado con las cosas ya aprendidas sería otro rollo. Pero bueno, al final en 2016 estaba compitiendo en el freestyle y estaba un poquito más a otra cosa, quizás no me hubiese llamado tanto la atención y quizás no hubiese dejado de competir en el freestyle por ir a unos Juegos Olímpicos. También cuadró que dejé de competir en el freestyle, luego estuve unos años de parón haciendo otras cosas y entonces me pilló como en un momento de impasse, de ¿qué hago con mi vida? Y surgió la oportunidad. En 2016 no sé si hubiese hecho ese cambio.
Has dicho alguna vez que no sabías si ibas a poder llegar a Los Ángeles 2028. ¿Qué piensas ahora?
Los que están aquí, mira Jordi (Xammar) los de 49er, Diego (Botín) y Flo (Trittel) con Álvaro, su entrenador, Tamara (Echegoyen) también es mayor… en el mundo de la vela hay mucha experiencia. El físico es muy importante, pero como decía Meritxell (la psicóloga)… el ajedrez y la vela son los deportes donde más tienes que tener el foco abierto, donde más decisiones tienes que tomar, y la experiencia hace mucho. Es verdad que experiencia en vela no tengo ninguna, pero soy una persona que me nutro muy rápido y que sé escuchar muy bien. Intento siempre rodearme de gente que tiene mucho que aportar y tengo un entrenador que es brutal, que sin él no estaría aquí obviamente. Él lleva regateando desde que es un bebé, desde que es un niño. Eso me ha ayudado mucho a coger esa experiencia que él me transmitido y a trabajar día a día en cada competición, a cada día aprender algo. Ha sido un crecimiento brutal.
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