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Motociclismo

Padreando

El otro día me pegó un golpe de nostalgia al ver un apellido en lo más alto de una de las sesiones de entrenamiento en el circuito de Portimao. Un apellido impronunciable que me trasladó directamente a mi infancia, al momento en el que, probablemente, me enamoré del diseño gráfico y de las liveries de MotoGP. El apellido en cuestión es Van den Goorbergh. Os pongo un poco en contexto.

Mi primer contacto con un videojuego de motociclismo fue con el MotoGP 2, en su versión para ordenador. No tuve la PlayStation hasta bastante más tarde de lo habitual en un niño de principios de los 2000 así que exprimí el juego hasta la extenuación y, por supuesto, dediqué horas a intentar replicar mis liveries favoritos con el editor de motos del juego, que, por otro lado, era bastante superior al propio juego en sí. Por aquella época, y estamos hablando de la temporada 2004, estaba enamorado de la Honda con la publicidad amarilla y azul de una conocida marca de tabaco cuyo logotipo es un camello. Y yo, dentro de las posibilidades que me ofrecía el editor, siempre me la diseñaba. Pero nunca quedaba como en la realidad y, en ocasiones, optaba por seleccionar al único piloto de aquella parrilla que montaba una Honda amarilla. ¿Quién es? Os preguntaréis. Jurgen Van den Goorbergh.

Cuando vi que Zonta Van den Goorbergh lideraba los libres del Gran Premio de Portugal, inmediatamente acudí a consultar si tenía una relación directa con aquel apellido y, evidentemente, sí. Zonta es el hijo de Jurgen. Ni tan siquiera había nacido en aquella etapa de mi vida, puesto que Zonta nació en 2005, pero, sin saberlo, se ha convertido en uno de los pilotos favoritos de Moto2. Qué nostalgia. Qué videojuego el MotoGP 2. El editor, los desafíos, el modo acrobacias para desbloquear a Valentino Rossi que me volvió loco, el circuito secreto, las Kawasaki, las Proton, Norick Abe en la Yamaha con publicidad de Antena 3, Sete Gibernau, Carlos Checa… ya no se hacen videojuegos así.

Tras verme un par de vídeos en YouTube para recordar aquella época, comencé a pensar en cuántos padres e hijos han coincidido en el Campeonato del Mundo. Y me salieron unos cuantos. Evidentemente, los primeros que se me vinieron a la mente fueron Ángel y Pablo Nieto. Del 12+1 poco queda por decir que no hayamos dicho ya. Trece mundiales, 90 victorias y el mayor legado de la historia del motociclismo español. Sin Ángel, nada de lo que tenemos hoy en día sería posible. Su hijo Pablo, en cambio, ha destacado más en el aspecto técnico puesto que es el hombre de confianza de Valentino Rossi como director de su equipo. Poca cosa, sabes. Pero logró una victoria en el Gran Premio de Portugal en el año 2003, en Estoril.

Al acordarme de Valentino, recordé que su padre Graziano Rossi también compitió en el Mundial. Un caso diametralmente opuesto al de los Nieto, puesto que en este caso el hijo batió el legado de su padre. Valentino Rossi no necesita presentación, es el icono de MotoGP con mayúsculas. Y lo es porque Graziano, quien ganó tres carreras en la categoría de 250cc, hizo que se enamorase del motociclismo, así que le debemos mucho a papá Rossi. Después, como amante del MotoGP 2, recuerdo a Kenny Roberts Jr. Sobre la Suzuki del equipo de Telefónica Movistar y recordé el título de Kenny en 2000. El último antes de Valentino Rossi. Su padre, el Kenny original, fue uno de los pilotos más mediáticos del campeonato a finales de los ’70 y conquistó tres entorchados consecutivos entre 1978 y 1980, todos ellos a bordo de una Yamaha.

La última pareja de padres e hijos en ganar en el Campeonato del Mundo la completan Wayne y Remy Gardner, ambos, además, campeones del mundo. Wayne conquistó el título en 1987 sobre una Honda y su hijo, Remy, es el vigente campeón de la categoría de Moto2 y acaba de dar el salto a la categoría reina.

Hay más ejemplos, estos son algunos de los más mediáticos, pero, lo más importante, es que la pasión por el motociclismo sigue traspasando generaciones y, espero que, a partir de este artículo, también se traspase mi pasión por el MotoGP 2. Sin duda, el mejor videojuego de la historia. En aquella época se decía ‘dabuti’ y estaban de modas las crestas de mohicano y los tatuajes tribales. Eso, por suerte, ha cambiado. Habrá que adaptarse a los tiempos así que, como se suele decir ahora: padreando.

Imagen de cabecera: Moto GP

1994. Tanos, Cantabria. Estudiante de periodismo. @SpheraSports y @FCBsphera “Esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al fin del partido”.

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