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El Madrid necesita a Marcos Llorente

Siempre se habla de Marcos Llorente como el hijo de un gran jugador (Paco Llorente) y el nieto de dos leyendas (Grosso y Gento). Una saga difícilmente superable y que ya forma parte de la historia del Real Madrid. Tremendo peso para los hombros de un chaval que ha bebido de la fábrica blanca desde que llegó en 2008. Un año después de su marcha al Alavés en busca de minutos, vuelve para demostrar que tiene un sitio, y que es un jugador único, capaz de escribir su propia historia de blanco. Llorente necesita al Madrid tanto como el Madrid necesita a Llorente.

Ya en sus años tanto en categorías inferiores como en el Castilla apuntaba maneras. Mediocampista de trabajo, rigor táctico y capacidad técnica. Indiscutible con todos sus entrenadores, incluso con Zidane durante su época en el filial, aunque su gran valedor fue Luis Miguel Ramis, con quién dio ese salto de calidad necesario para llegar a la élite. En 2014 realizó su primera pretemporada con el primer equipo y solo un año después debutó en primera división ante el Levante. Disciplinado en el esfuerzo y con un talento innato. Su trabajo no pasó desapercibido, pero Llorente sabía que, si quería jugar en el Madrid, debía conseguir minutos y demostrar su valor lejos del Santiago Bernabéu.

El pasado mercado de verano, después de recibir ofertas de numerosos equipos, jugador y club decidieron que la mejor opción era jugar en España y en primera división. Llorente llegó al Deportivo Alavés, equipo recién ascendido pero histórico en la categoría, y donde desde el primer momento contó con la confianza de su entrenador, Mauricio Pellegrino. Para el argentino el canterano madridista ha sido un fijo en el once. Es el jugador que más minutos ha disputado (2610) detrás de Pacheco, portero titular, y el que más pases ha realizado (1657). Aunque la estadística que más destaca es la de balones recuperados: es el cuarto centrocampista que más roba de la liga y el undécimo de la lista completa. Y lejos de los datos, con 21 años y una sola temporada en primera la sensación es la de un futbolista hecho, al que no se le nota la juventud ni la falta de experiencia. Se ha quitado la presión de la historia a base de trabajo, demostrando una confianza propia de un veterano. Tanto plantilla como afición echarán en falta a un jugador que ha sido uno de los líderes de la gran temporada del Alavés.

El Madrid, aunque parece necesitar poco, si hay algo que le falta es un jugador como Marcos Llorente para reforzar el mediocampo. Casemiro ha sido un jugador clave para Zidane durante esta temporada, convirtiéndose en una pieza insustituible. Cuando el brasileño faltaba el equipo notaba la ausencia de una figura que ‘atase’ el medio del campo, haciendo las coberturas y destruyendo el ataque rival. Con la llegada del canterano, Zizou podrá repartir minutos para dosificar o tener un repuesto de garantías en caso de lesión. Sin embargo, si bien es cierto que en el aspecto físico Casemiro no tiene rival, hay dos características por las que Llorente puede hacerse un hueco como titular: está un escalón por encima técnicamente, es más acertado en el pase tanto en corto como en largo y tiene un manejo de balón más fluido; y tiene temple tanto en el ataque como en el robo. Este detalle ha sido muy criticado en Casemiro, al que muchos acusan de ser demasiado agresivo en ciertas ocasiones, lo que provoca muchas tarjetas innecesarias. Aunque es menos probable, existe la posibilidad de que los dos sean de la partida. En partidos en los que el equipo necesite músculo y trabajo, Zidane puede cambiar el sistema a un 4-2-3-1 y dar consistencia al equipo desde el mediocampo. Con los dos al máximo nivel, el entrenador tendrá un (bendito) problema para decidir el once.

Para el Madrid siempre es bueno tener a jugadores de la Fábrica en la primera plantilla. A la afición le encanta ver jugadores criados en las categorías inferiores brillando en el Bernabéu. Llorente sigue los pasos de otros jugadores como Morata, Carvajal o Lucas Vázquez, una fórmula que le ha dado muchos éxitos al equipo blanco. No sabemos cuantos canteranos seguirán la próxima temporada, pero si rinden, mientras más, mejor. Además, se ha convertido en un fijo de las convocatorias con la sub 21. Si llegasé al Real Madrid, que nadie dude que tendrá su oportunidad con la absoluta.

Todavía tiene un último reto como jugador del Alavés. El próximo 27 de mayo, en el Vicente Calderón, el equipo blanquiazul disputará la final de la Copa del Rey ante el FC Barcelona. Aunque para muchos la misión es poco menos que imposible, Llorente llegará extra motivado. No solo por el rival, también por la idea de devolver a los aficionados de Mendizorroza el cariño demostrado este último año. Un partido por todo lo alto que puede suponer el nacimiento de una estrella que no parece importarle el peso de la historia.

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