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Alavés

La "gloriosa" salvación

No todas las celebraciones resultan mediáticas. Por lo general, cuando un equipo logra conquistar un título o alcanzar una meta relacionada con la parte alta de la clasificación, se convierte en el objetivo de unos focos y unos flashes que se encargan de dar a conocer su gesta. Pero también las hay que pasan mucho más desapercibidas, generalmente si tienen que ver con mantener la categoría, algo que puede llegar a tener incluso más mérito que levantar una liga. Para muchos clubes el reto es seguir un año más en la élite, mantenerse entre los mejores equipos del país, y lograrlo es sin duda algo de lo que sentirse muy orgullosos.

Poder seguir un curso más en la Primera Iberdrola es toda una hazaña para un buen número de plantillas de la competición, pero todavía supone un éxito mayor cuando quien lo consigue es un recién ascendido. Y es que llegar a la máxima categoría de nuestro fútbol femenino tiene un valor incalculable, porque para ello debes haber firmado una temporada más que brillante en Reto, pero sellar la permanencia un año después puede convertirse en un objetivo de un altísimo nivel de dificultad. Requiere aclimatación a la nueva liga, comprender que llegas a ella habituado a las victorias y que cosecharás derrotas con más asiduidad, y un importante esfuerzo económico por parte del club, factores que de no cumplirse pueden devolverte al lugar de donde venías tan solo 12 meses después de la celebración.

En ese aspecto, el Deportivo Alavés ha escrito esta temporada un manual de permanencia para el recién ascendido. Aterrizó en la Primera Iberdrola tras una trayectoria casi inmaculada en la división de plata, para comprender rápidamente que la cultura del trabajo constante sería la que le permitiría estar a la altura de la experiencia. Y gracias a ello ha alcanzado el sueño de cualquier equipo que estrena categoría; tener un final de temporada plácido. A falta de tres jornadas para dar por finalizada la liga el conjunto babazorro ha alcanzado matemáticamente la salvación, sin duda un trofeo de los que no se levantan pero que es fruto del trabajo bien hecho.

Culpables de la gesta las hay, y son unas cuantas. La veteranía es un grado, y más en equipos que llegan procedentes de una división inferior, por eso jugadoras como Miriam Diéguez o Cristina Auñón han resultado vitales para la causa. La primera, tras una dilatada carrera en las filas del FC Barcelona, Levante y Málaga, ha vuelto a dotar un centro del campo de la solidez necesaria para alcanzar objetivos. Mientras que la segunda, obligada casi a abandonar el Rayo Vallecano de sus amores por temas extradeportivos, ha vuelto a demostrar que es una futbolista que siempre suma, esté donde esté.

Sin embargo, la jugadora alavesista más utilizada en liga no es una veterana, todo lo contrario. Sonia García Majarín, con apenas 19 años, abandonó el Atlético de Madrid en busca de minutos en la élite. Los encontró en la Ciudad Deportiva José Luis Compañón, donde se ha convertido en una pieza fija de la zaga vitoriana junto a la nigeriana Osinachi Ohale y a la guardameta vasca Cris Cornejo, quienes lo han jugado prácticamente todo esta temporada.

El gran mérito de este Alavés ha sido sin duda el grupo. Falto de individualidades, el bloque se ha encargado de aportar un gran rendimiento cimentado en el trabajo y la fortaleza física. Un mérito grupal que también se ha hecho extensible en el plano goleador, donde el equipo no sobresale por la cantidad de goles marcados a lo largo del curso, ni por un nombre en concreto, sino por el número de futbolistas que han logrado ver puerta. Y es que en la presente edición de la Primera Iberdrola, las “gloriosas” han perforado la portería rival en 27 ocasiones, una cifra de tantos que se reparte ni más ni menos que entre un total de 12 jugadoras.

Otro de los artífices del éxito logrado por las albiazules es sin duda su entrenador, Mikel Crespo. Tras aterrizar en el club en 2019 como técnico del Campus Internacional, para desempeñar la faceta de analista y asistente de la sección femenina, le fueron entregadas las riendas del equipo a los pocos meses, aportando frescura y estilo propio al cuadro babazorro. Los resultados están ahí, ascenso y permanencia en dos temporadas, un rendimiento excelente para un entrenador joven y con un gran potencial, que a buen seguro seguirá evolucionando en estos próximos años.

Enhorabuena pues a este Deportivo Alavés de otros muchos nombres propios, los cuales han aportado su granito de arena en la consecución de este “título”. Garazi Facila, Nerea Nevado, Ane Miren, Alba Aznar, Carla Armengol, Lice Chamorro, Miku Ito, Jordan Clark… quienes han permitido que en Álava estén celebrando que el nombre de su equipo estará entre los mejores un año más. Quizás no ocupe portadas, o encabece informativos, pero lograr la permanencia puede gritarse como la mayor de las victorias. Alcanzar la gloriosa salvación, o en este caso la salvación de las “Gloriosas”, es algo de lo que sentirse inmensamente orgullosas.

Contenido patrocinado por Iberdrola

Imagen de cabecera: Deportivo Alavés Gloriosas

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