Con otra extraordinaria actuación de Kevin Durant, los Golden State Warriors se impusieron por 129-120 a los Cleveland Cavaliers en el quinto partido de la final de la NBA y de esta forma lograron conquistar la corona ante su público en el Oracle Arena.
Durant anotó 39 tantos para liderar una vez más el ataque de los Warriors, que completaron su venganza tras lo sucedido el año pasado cuando los Cavs, pese a estar abajo 3-1 en un momento de la instancia decisiva, remontaron para llevarse el título.
Pero en esta ocasión Durant, quien hasta el año pasado jugaba con Oklahoma City Thunder, fue la diferencia para que no se repitiera lo de 2016. Con sus tiros de larga distancia y sus mates lideró a su equipo en el quinto encuentro, de la misma manera que lo hizo a lo largo de la final para lograr su ansiado primer título en la NBA.
Durant, quien promedió 35,2 tantos con 55% en aciertos de tiro de campo y 8,4 rebotes por encuentro fue elegido como el Jugador Más Valioso (MVP).
Es el segundo título de los últimos tres años para los Warriors, que también se impusieron en 2015. Además fue la quinta corona en la historia de la franquicia que también ganó en 1947 y 1956 bajo el nombre de Filadelfia Warriors, y en 1975.
Stephen Curry, quien tuvo una actuación discreta en el cuarto encuentro -el único que perdieron los Warriors- en esta ocasión volvió a brillar en el campo y fue el socio ideal de Durant en el ataque, al concluir con 34 puntos y 10 asistencias. Andre Iguodala también ayudó con 20 puntos.
Los Cavs, quien intentaban repetir como monarcas de la NBA, lograron mantenerse a la par de la poderosa ofensiva de Golden State en el primer cuarto, pero durante un pasaje del segundo, los Warriors los lograron un parcial de 22-2 para tomar una ventaja de 17 unidades.
No obstante, con la precisión de LeBron James y de Kyrie Irving, los reyes de la Conferencia Este llegaron a acercarse incluso a tres puntos durante los primeros minutos del último período. Pero fue todo lo que pudieron hacer, ya que en ese momento Durant desató lo mejor de su arsenal para destruir la esperanza de sus rivales.
LeBron anotó 41 puntos con 13 rebotes y ocho asistencias, mientras que Irving finalizó con 26, pero el banco de los Cavs aportó apenas siete unidades contra 35 de los Warriors.
El técnico Steve Kerr, que no había podido dirigir el primer partido de la serie por molestias en su cadera, tuvo tiempo para bromear en medio de la euforia: «No había mucho talento en este equipo, todo el mérito es de los entrenadores». Lo cierto es que Golden State mostró todo su arsenal y completó la postemporada con el título y un récord casi inmaculado de 16 victorias y una derrota.