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Los 49ers y la eterna búsqueda del nuevo Joe Montana

Suele decirse que en la NFL hay dos
tipos de equipos: los que tienen un quarterback franquicia y los que lo están
buscando. Los San Francisco 49ers llevan ya unos cuantos años metidos en este
último grupo. El caso del conjunto californiano siempre se mira con lupa. No es
que durante años tuviesen a uno de los mejores quarterbacks, sino que tuvieron AL
quarterback: Joe Montana. Él llevó a los 49ers a conquistar cuatro de las cinco
Super Bowls que lucen en sus vitrinas.

Desde el fin de la era
Montana/Young, los Niners han buscado sin éxito a su nuevo mesías, a ese jugador
franquicia capaz de devolver al equipo a la gloria de los años ochenta. Más de
una docena de QB han sido titulares en el puesto más importante del football en los de Santa Clara. Una
historia con mucha miga.

Steve Young, la excepción

Joe Montana fue la cara visible de
los 49ers durante toda la década de los ochenta. El uniforme rojo y dorado con
el dorsal 16 a la espalda es uno de los iconos del fútbol americano. Hasta la
irrupción de Tom Brady, muy pocos se atrevían a cuestionar a Joe Cool como mejor quarterback de la
historia. Pero el tiempo pasa para todos, incluso para el más grande.

Con 35 años, Montana sufrió una
grave lesión de codo que le hizo perderse toda la temporada de 1991 y la
inmensa mayoría de la de 1992. Emergió entonces la figura de Steve Young, que llevaba
ya seis años en la NFL, cuatro en los 49ers. A pesar de estar todo ese tiempo a
la sombra de Montana, el ex de los Buccaneers demostró estar a la altura de las
circunstancias. Ocupó el puesto del 16… y no lo volvió a soltar.

Montana regresó para el último
encuentro de la temporada de 1992. El problema para él fue que su suplente se
había convertido en todo un MVP. ¿Qué haces cuando estás en una situación así?
¿Eliges sentar a alguien que está respondiendo sobre el campo (y encima siendo
MVP) por una leyenda veterana recién salida de una lesión? En esas estaban los
49ers. Y tenían que mojarse: o Young o Montana. Los dos, imposible. Apostaron
por el primero: Montana hizo las maletas rumbo a Kansas City, donde jugó sus
dos últimos años como profesional.

La presión era ahora para Steve
Young. El mismísimo Joe Montana había tenido que irse de su equipo de siempre
para dejarle paso. ¿Sería flor de una temporada? En absoluto. Young demostró
durante las siguientes cinco campañas ser uno de los mejores de la liga. Lideró
la NFL en pases de TD en 1992, 1993 y 1994 y en porcentaje de lanzamientos
completados en 1992, 1994, 1995, 1996 y 1997. En esa temporada del 94, mientras
Joe Cool sufría con los Chiefs, Young
fue nombrado MVP por segunda vez. Justo reconocimiento al mejor año de su carrera.

Pero un año así no podía ser
completo sin el título de campeón de la Super Bowl. Ya lucía dos anillos en sus
dedos, pero todos ellos con la etiqueta de suplente de Montana. Y finalmente,
el 29 de enero de 1995, Young lideró a su equipo a aplastar a los San Diego
Chargers en la gran final del fútbol americano. Fue nombrado MVP. A día de hoy,
la Super Bowl XXIX sigue siendo el último campeonato ganado por los de San
Francisco.

Steve Young se retiró en 1999 como
un pasador eficaz (líder histórico de pass
rating
al momento de su adiós, quinto actualmente) con alma de corredor.
Sus 43 touchdowns de carrera fueron la mejor marca de todos los tiempos hasta
la irrupción de Cam Newton. Nadie ha vuelto a lucir el 8 rojo y dorado desde
entonces, como no podía ser de otro modo.

Jeff García, Alex Smith, Colin
Kaepernick…

Con el retiro de Steve Young a
principios de la temporada de 1999 comenzó la búsqueda del arca perdida. Casi
dos décadas de casting para llenar el vacío de Young y Joe Montana. El primer
QB que hizo el casting fue Jeff García, un jugador no drafteado en 1994 y que desarrolló
sus primeros años como profesional en Canadá. Los 49ers llamaron a su puerta cuando
Young se retiró. Y rindió a un nivel más que digno, pero también es cierto que
fue de más a menos.

Tras un 2004 con Tim Rattay de QB
titular, los Niners apostaron por Alex Smith, todo un número uno del Draft,
como su líder para el futuro. Lo fue durante siete años en los que no demostró
nada especial. La mala suerte quiso que en su último año en la Bahía los 49ers
llegasen a la Super Bowl pero que él no fuera el artífice.

El honor de llevar a San Francisco
a su sexta gran final de la NFL en 2012 fue Colin Kaepernick. Suplió a Smith
cuando este sufrió una conmoción y fue el QB titular durante casi un lustro.
Kap se quedó a una jugada de protagonizar la que hubiera sida la mayor
remontada de la historia de la SB, pero no pudo ser. Su rendimiento en los años
posteriores (de más a menos) y la polémica de arrodillarse durante el himno
estadounidense le tienen en el paro desde hace un año.

¿Y si hubieran drafteado a Tom Brady? ¿O a Aaron Rodgers?

A toro pasado todo es más fácil de
analizar, pero es inevitable hacerlo. Y más cuando se trata de Drafts de las
ligas estadounidenses. Los seguidores de los 49ers se tiran de los pelos cuando
echan la mirada atrás y ven lo que su equipo dejó escapar.

Dos quarterbacks. Los dos californianos.
Ambos fans de los Niners y de Joe Montana desde niños. Sus nombres son Tom
Brady y Aaron Rodgers. Los dos tenían a tiro ser el heredero de su ídolo.
Hubiese sido todo un cuento de hadas, pero la realidad hizo que ambos
despertaran de su sueño.

El caso más sangrante es sin duda
el de Brady. Prácticamente todo el mundo sabe que fue elegido en el puesto 199
del Draft de 2000 y que cambió para siempre la historia de los New England
Patriots. Pero pocos saben que Brady no veía así su carrera. Él no se imaginaba
en Foxborough, sino en San Francisco.

De los 198 jugadores elegidos antes
que TB12, seis fueron quarterbacks. Decir que ninguno le llega a la suela es
quedarse corto. Los 49ers, no sólo buscando un nuevo Montana, sino también un
nuevo Young, eligieron a Giovanni Carmazzi en la tercera ronda de ese famoso
Draft. Brady vio cómo el equipo de su alma le dejaba pasar para escoger a un
tipo que no jugaría ni un solo segundo en la NFL. Mejor no recordarle a los
seguidores de los Niners la trayectoria de Tom.

Lo de 2005 no fue para llorar al
mismo nivel que en 1999, pero casi. Tras firmar el peor balance de la liga en
2004, los Niners tenían la primera elección global del Draft de 2005. Uno de
los favoritos para salir en ese puesto era Aaron Rodgers. Él se mostraba
confiado en jugar en el equipo de sus amores, pero los planes de San Francisco
eran otros. Alex Smith salió elegido con el pick 1 y Rodgers tuvo que esperar
un buen rato antes de que los Green Bay Packers apostaran por él. Esas imágenes
de la espera del ex de la Universidad de California son para la NFL el momentazo
de la historia de los Drafts.

La elección de Smith no será
recordada por ser la peor de la historia, pero sí puede considerarse un
desacierto, sobre todo comparando las carreras de Smith (dos veces Pro Bowl –todas
con Kansas City–) y Rodgers (campeón y MVP de la SB, dos veces MVP de la
temporada y líder histórico en eficiencia de pase).

Jimmy Garoppolo ¿el fin de la búsqueda?

Suspiraban por Kirk Cousins, pero
los Redskins le retuvieron. Así, los 49ers arrancaron 2017 con un balance de
0-9 y su dupla de quarterbacks siendo un completo desastre. En un intento de
salvar la imagen del equipo, los californianos llamaron a la puerta de los
Patriots para preguntar por Jimmy Garoppolo, el que estaba llamado a suceder a
Brady. Fue elegido por los de Nueva Inglaterra en la segunda ronda del Draft de
2014. Toda una declaración de intenciones.

El bagaje de Garoppolo eran tres
temporadas y media como suplente y dos partidos como titular por la sanción a
Brady por el Deflategate. Dos buenos partidos, pero solo dos al fin y al cabo.
Daba igual: se la jugaron (pagaron
por él una segunda ronda de Draft) y les salió redondo. Jimmy G
fue titular los últimos cinco partidos de 2017 y los 49ers los ganaron todos.

Un rendimiento tan soberbio disparó
la euforia en todos los estamentos del equipo. Había que retener a Garoppolo a
toda costa (iba a ser agente libre) y soltaron 137’5 millones de dólares por
cinco años. El contrato más cuantioso de la historia de la NFL en el momento de
la firma. Si con ello los San Francisco 49ers cierran la interminable búsqueda
de un quarterback franquicia, acabará siendo una inversión más que rentable.
Sólo el tiempo lo dirá.

Periodismo UCM. NBA en @SpheraSports y Sporting en La Voz de Asturias (@sporting1905).

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