Las alas del Aeroplanino

La llegada de Vincenzo Montella ha provocado una reacción en el Sevilla FC.
El conjunto andaluz finalizó el año 2017 con una sensación de impotencia
difícilmente permutable. Con Berizzo, los jugadores saltaban al terreno de
juego con los brazos caídos y permanecían en él sin demostrar control alguno.
Hasta que llegó el técnico italiano. L’Aeroplanino aterrizó en Nervión, tomó el
mando de un equipo que perdió su seña de identidad y le ha dotado de las alas
necesarias para levantar el vuelo.

La
maldita rotación

Encontramos muchas diferencias entre Berizzo y Montella. No es cuestión de
comparar, pero para explicar los aciertos del entrenador italiano es de
obligada mención los errores cometidos a principios de temporada. La rotación
es la principal diferencia. En el primer tramo de competición, el Sevilla FC
cambiaba siete u ocho piezas de un partido a otro. Berizzo quería llegar con el
equipo fresco al mes de abril, pero el banquillo se calentó demasiado para el
argentino antes de llegar al momento cumbre de la temporada. Montella tomó su
primera decisión. Un once tipo. Los jugadores que rinden, deben seguir jugando.
Si el equipo funciona, no se toca. 

Recuperar a N’Zonzi

El partido que el Sevilla disputó ante el Liverpool en el Ramón
Sánchez-Pizjuán quizás fue el encuentro más recordado del Toto Berizzo en su
etapa como técnico sevillista. La espectacular remontada (del 0-3 al 3-3) tuvo
un punto de inflexión en el descanso. Lo que no sabía Berizzo es que esos 15
minutos también serían claves para él respecto a su continuidad como entrenador
sevillista. No digo que la discusión con N’Zonzi acabara con el Toto. Digo que
la gestión de lo sucedido con uno de los máximos valores deportivos y económicos
del club no fue la idónea. El centrocampista francés dejó de aparecer en las
convocatorias. Uno de los futbolistas más destacados del equipo, apartado. Un
tipo cuya revalorización podría dejar 40 millones de euros –su cláusula- en las
arcas de la entidad, sin jugar.

Montella lo tuvo claro. Con él, N’Zonzi volvería a ser imprescindible. Y el
francés encantado, claro. Justo antes de lo que pasó en aquel descanso de
Champions League Deschamps lo convocó con Francia por primera vez. Su
rendimiento de aquí a final de temporada le puede llevar al Mundial de Rusia. Y
fútbol tiene como para merecer un puesto entre los 23 galos. A día de hoy, la
sonrisa ha vuelto a la cara de N’Zonzi, que vuelve a ser ese jugador que ayuda
al Sevilla a dominar en la medular gracias a su equilibrio y zancada en
conducción.  

Cambios
tácticos

Más allá de usar el mismo sistema que su predecesor, Vincenzo Montella
decidió cambiar piezas que antes parecían estar mal colocadas, o simplemente se
jugaba sin ellas. El ejemplo es Mercado. El internacional argentino siempre fue
lateral derecho para el Toto. Su fiabilidad en defensa y su intensidad en el
cuerpo a cuerpo con el rival eran los motivos que explicaban su titularidad por
delante de Corchia, más ofensivo que el Gaby. En Sevilla, la figura del lateral
siempre ha estado relacionada con la profundidad y la capacidad de sorpresa en
ataque. Desde David Castedo hasta el propio Mariano, pasando por Dani Alves o
Aleix Vidal. Siempre laterales largos. Tener a Mercado en esa posición no casaba
con la mentalidad del sevillista y del sevilllismo. Montella lo tuvo claro. La
garra del argentino es más determinante en el centro de la zaga. Sus dotes de
liderazgo hacen más bien al equipo jugando como central. El lateral debe ser
ocupado por un jugador que proporcione alternativas en ataque. Corchia al
principio y más tarde, con la lesión del francés, Jesús Navas. Arriesgado pero
acertado. A los hechos me remito.

Confianza 

De esto pueden hablar Sergio Rico, Franco Vázquez o Luis Muriel. El guardameta
ha vivido uno de sus peores momentos como profesional. Sus dos errores
consecutivos le señalaban, pero Montella siempre confió en él. A pesar de
recibir críticas externas, el entrenador italiano demostró que por su cabeza no
pasaba otra cosa que no fuera seguir contando con el internacional español en
portería. La confianza solo se puede recuperar jugando. Pocos días han bastado
para darle la razón a L’Aeroplanino. Ante el Girona, Sergio Rico se hizo
gigante y se erigió como el mejor del encuentro. La razón por la que el Sevilla
sumó tres nuevos puntos en Liga. Recuperado.

Los casos de Franco Vázquez y Muriel son diferentes, aunque la esencia es la
misma. Ambos no encontraban su sitio con Berizzo. Ambos necesitan jugar para
sentirse importantes. Ambos requieren encadenar varios partidos seguidos para
estar al 100% físicamente. El mediapunta siempre tuvo la etiqueta de
‘pechofrío’. Un jugador desfondado en el minuto 60. Si era titular, el primer
cambio porque ‘no llega al final con aire’. Nada más lejos de la realidad. Con
Montella es capaz de jugar 90 minutos, de ser participativo en el juego, de ser
determinante en los metros finales, de presionar y de defender. De aguantar el
oxígeno. Algo parecido pasa con Muriel. La potencia del delantero colombiano, movimientos que abren espacios a sus compañeros, sus
desmarques…Con confianza, Luis Muriel puede ser uno de los delanteros más
completos de La Liga. ‘Le falta gol’, pero es que con él, hay más oportunidades
para el resto. Y sin confianza, jugando 15 minutos, es difícil anotar.

El Sevilla FC vuela alto en Copa del Rey, quiere despegar en La Liga y busca
tocar las nubes en Champions League. Con L’Aeroplanino, todo es más fácil.