Síguenos de cerca

Destacado Principal

Laura Ester: "El deporte femenino no es una moda, queremos que se nos reconozca"

Dos platas olímpicas, nueve medallas mundiales y nueve europeas y siete Champions. El palmarés de Laura Ester (1990, Barcelona) es sencillamente espectacular, pero sigue quedando un rincón para un metal más. Un oro olímpico que sigue siendo el sueño de la selección femenina española de waterpolo, y que espera conseguir en París. De eso, del reconocimiento merecido y de la clave del éxito español en este deporte hablamos con nuestra protagonista en Sphera Sports.

Poco más de dos meses para los Juegos Olímpicos. ¿Comienza la cuenta atrás?

Ha sido una temporada bastante larga, con muchas competiciones, tanto a nivel de club como a nivel de Selección. O sea, tres meses con el club, jugando Liga y Champions; tres meses para jugar un Europeo y un Mundial, y ahora otra vez tres meses donde hemos tenido la final de Champions, Copa de la Reina y final de Liga. Así que hay veces que no te da tiempo casi a pensar en lo que viene en verano, que es la competición que llevamos esperando tres años en este caso, la que más ilusión hace a todo deportista. Obviamente siempre piensas en ello y tu objetivo es ese y está ahí, pero no hemos podido pensar demasiado.

Quizá la espera hacia los Juegos de Tokio se hizo más larga, ¿no? No solo por los cinco años y la pandemia, también por el miedo a contraer un positivo a última hora.

Sí, los meses antes de Tokio fueron más complicados en ese sentido también, porque cada test que nos hacíamos nos dábamos las manos casi y rezábamos para que no saliese ninguna positiva (risas). Tuvimos que hacernos uno dos días antes para poder viajar a Tokio, era como, “por favor, ahora ya sí que no”. Porque si pasaba un mes antes aún tenías tiempo de recuperarte y poder dar negativo, pero dos días antes de irte ya significaba perderte los Juegos.

Todos los deportistas coinciden en que estos Juegos se cogen con más ganas, porque vuelve el público a las gradas y encima es en París, aquí cerquita.

En ese sentido, más ilusionante todavía. Es verdad que en Tokio se mantenía la ilusión y el ambiente de unos Juegos, que es totalmente diferente al de un Europeo o un Mundial, aún sin haber gente en la grada, jugando en una piscina vacía. Pero sí que es verdad que faltaba el calor del público, que pudiesen venir familiares, amigos o incluso gente que animase al equipo contrario. Sí, hay veces que cuando animan al equipo contrario también te motiva, y  eso se echó mucho de menos. Por eso ahora tenemos muchas ganas de poder vivir unos Juegos en la ‘normalidad’.

¿Cómo llegáis a estos Juegos de París?

Desde Tokio, que acabamos subcampeonas olímpicas, en todas las competiciones internacionales hemos conseguido medalla. Las opciones están ahí. A los Juegos todo el mundo va con ganas de querer conseguir una medalla, poca gente puede decir que es medallista olímpico y es el sueño de todo deportista. Pero bueno, vamos a trabajar y luchar para, obviamente, si puede ser, poder subir arriba del todo.

Estos serán tus cuartos Juegos. ¿Qué recuerdos tienes de los primeros, en Londres 2012? Tenías 22 años y lograsteis la medalla de plata.

A nosotras esa plata nos supo a oro. Fuimos un poco como las ‘novatas’, la sorpresa del waterpolo,  nunca nos habíamos clasificado para unos Juegos y fueron los primeros. Fue algo increíble. Yo recuerdo Londres con especial ilusión, ya no solo porque quedamos subcampeonas olímpicas, sino por poder cumplir mis sueños, esos que tienes desde que empiezas a practicar deporte y a verlo por la tele. Poder desfilar en la inauguración, vivir el ambiente olímpico… y además volver a casa con una plata fue algo que superó las expectativas. 

En la final estaba Estados Unidos, mismo rival que en la final de Tokio, donde el resultado fue más abultado (14-5). ¿Esa diferencia de nivel existía de verdad o simplemente tuvisteis un mal día? 

En Tokio, sinceramente, no creo que el resultado reflejase la calidad de los dos equipos. Obviamente Estados Unidos es un gran equipo con grandes jugadoras y juegan muy bien juntas, pero no había esa diferencia, no es tal la diferencia. Lo que pasa es que nosotras ese día no supimos jugar la final, no fue nuestro mejor día, en ningún momento entramos en partido. 

¿Fue duro de digerir?

Dio rabia, dio mucha rabia. En Londres íbamos un poco como novatas, de “¿qué está pasando?” Vamos a jugar una final olímpica y delante tenemos un equipo que ya viene de perder dos finales olímpicas, ya sabían lo que era eso, no les pillaba por sorpresa. Iban con la idea de “sabemos lo que es perder ya finales olímpicas y esta no se nos va a escapar”. La de Tokio sí que nos veíamos con posibilidades de poder ganarla o poder disputar el partido. Pero ahora mismo, si me preguntas qué pasó, tampoco sabría decirte el porqué. 

Lo que sí parece ahora es que Estados Unidos es batible, ¿no? (perdieron ante Italia en cuartos del Mundial de 2023).

Sí, así es. El año donde era muy, muy difícil ganarlas fue en Río (2016), que ese año yo creo que estaban muy por encima de cualquier equipo. Aún así son personas, son humanas, igual que todos y ¿por qué no? Pueden incluso tener un mal día y tú aprovecharlo. Pero mirabas jugadora por jugadora y eran increíbles. Ahora han hecho un cambio generacional, tienen jóvenes con mucho nivel, pero yo creo que a día de hoy está todo muchísimo más igualado. Ellas quizás han bajado un poco el nivel y los otros equipos hemos seguido manteniendo un nivel y hemos ido evolucionando. Ya no es solo España y Estados Unidos, hay muchas otras selecciones que estamos a un mismo nivel y los partidos se deciden por pequeños detalles. 

Como Países Bajos, que se ha colado en la terna. Se ha convertido un poco en la piedra en vuestro zapato. En la final del Mundial (2023), derrota en la tanda de penaltis. Y en la final del Europeo (2024), gol a falta de 5-6 segundos.

Sí, y aparte fue un gol que fue ‘palo-cabeza-gol’. Creo que más mala suerte, imposible (risas). 

¿Hay ya más ganas de revancha con Países Bajos que con la propia Estados Unidos?

Bueno, lo que pasa también con Países Bajos es que más de la mitad de jugadoras están jugando en la Liga Española. Así que aún hay más rivalidad porque durante el año te las vas encontrando. Luego en verano, otra vez, también en partidos importantes. En todos lados nos las encontramos (risas). Si nos las tenemos que encontrar en los Juegos, ya sea en una final, una semifinal o donde sea, espero que esta vez la suerte esté de nuestro lado.

¿Es el oro olímpico vuestra gran espinita?

Sí, es el oro que nos falta. Tenemos oro europeo y oro mundial, pero a la selección de waterpolo femenino le falta el oro olímpico y es por el que llevamos años luchando. Ojalá se cumpla ese sueño en París. 

Los estudios de Nielsen Gracenote dan una medalla olímpica a cada selección de waterpolo, al masculino y al femenino.

Ojalá, ojalá sea así. Tanto nosotras como el masculino hemos hecho un ciclo olímpico espectacular y ojalá las dos selecciones podamos subir al podio, y si puede ser en lo más alto, pues aún mejor.

¿Cuál es la clave del éxito del waterpolo español? (15 medallas en los últimos 16 Europeos y Mundiales entre ambas selecciones).

Al final, casi cada verano se consiguen medallas en casi todas las categorías, tanto en Europeos como en Mundiales. Se trabaja muy bien en la base. Tenemos un centro de alto rendimiento en el que los niños y las niñas ya desde el instituto pueden compaginar estudios y entrenos de doble sesión. Eso también hace que el nivel de la cantera vaya creciendo y para que lleguen mejor preparados a la absoluta. Además, creo que a día de hoy la liga española es una de las mejores, sobre todo la femenina. Se ha podido demostrar este año donde tres clubes españoles han llegado a la Final Four de la Copa de Europa.

Casi todas las jugadoras de la selección sois de Barcelona, y casi todos los equipos de la liga (9/12) son catalanes. ¿Se presta más atención a este deporte a nivel regional que a nivel nacional?

En el resto de España los clubes tienen muchos más problemas para tener facilidades a la hora de entrenar, para poder tener piscinas y espacios. No por el hecho de que no haya waterpolo sino porque les cuesta contar con instalaciones. Aquí tenemos la suerte de que tenemos muchas piscinas, de que los clubes apuestan por el waterpolo y tenemos disponibilidad y espacio suficiente como para poder entrenar tanto por la mañana como por la tarde y en todas las categorías. Creo que somos afortunadas de poder tener eso. Pero sí que es verdad que lo que nosotras vemos, sobre todo en la Selección, es que cuando intentamos ir a ciudades fuera de Cataluña a jugar nos sentimos un poco más arropadas por el hecho de que no están tan acostumbrados a vernos. Muchas veces viajan aquí (a Barcelona) para poder vernos. Incluso cuando vamos a Madrid también se nota toda esa repercusión. Sentimos el calor de la gente. Aunque parezca que no hay waterpolo, sí que hay, y están agradecidos de poder vernos en directo. Y eso es increíble. Creo que eso también hace crecer al waterpolo y hace que los directivos vean y digan: “necesitamos una piscina, necesitamos instalaciones para que los niños y las niñas puedan practicar este deporte”.

Sorprende que en Madrid no se puedan disfrutar de los mismos medios que en Barcelona.

Sí, pero yo sé, por ejemplo, que en Madrid hay muchos clubes que tienen muchos problemas con temas de instalaciones, con las piscinas. No sé bien bien cómo se gestiona, al final no lo controlo mucho, pero el hecho de tener agua para poder entrenar les genera muchos problemas, tienen que luchar bastante para tener un espacio.

¿Sientes que vuestros éxitos son equiparables a la visibilidad que tenéis en los medios? ¿O crees que el waterpolo en España sigue siendo un deporte minoritario?

Yo creo que sí lo sigue siendo. Al final, no sé, lo he dicho mil veces, seguiremos luchando, dándolo todo, para seguir siendo noticia, para intentar que se hable de nosotras. No sé si es por falta de educación polideportiva, de que en España siempre ha sido fútbol, fútbol, fútbol, y en cambio hay otros países que ves que son mucho más polideportivos. También es la información que das a la gente. Según lo que les vendas, se van a interesar más por unas cosas o por otras. Ya no sé si es tanto por los medios, o porque la federación, el club o quien sea no vende nuestro deporte como debería. 

Llevamos unos años que, tanto la selección masculina como la femenina, estamos arriba del todo en Europeos y Mundiales. Quizás era el momento de que se hable del waterpolo, de que la gente lo conozca más, de que se nos conozca más. Hay gente que tiene trabajo, hay que aprovechar la oportunidad para vendernos, para vender el deporte. Siempre machacamos a los medios porque no nos hacen caso, pero bueno, también tenemos que mirarnos a nosotras mismas y decir: es que quizás no se está vendiendo bien el waterpolo. Se podría hacer más para poder llegar a más gente. 

¿Necesita el waterpolo una figura mediática para impulsarse? ¿Algo así como Carolina Marín en el bádminton? Claro, que ella primero tuvo que empezar a ganar, pero ha conseguido dar más visibilidad a este deporte en España también por su personalidad.

Sí, exacto. Primero tiene que haber un éxito para que se conozca el deporte, se conozca a la deportista y para que enganche a la gente. Y una vez consigues ese éxito, lo que tienes que hacer es trabajar para que la gente siga enganchada a él, ¿sabes? Que no sea como, “ah, ha ganado, ah, qué bien”, y ya está, no se hable más. No, hay que aprovechar ese boom, aprovechar ese éxito para conseguir más afición.

Yo creo que es una jugadora de gran nivel.  Es una jugadora muy buena, que es un poco representa un poco el relevo que hay en España, que siguen subiendo jugadoras de calidad jóvenes. Y al final es eso. Lo importante es que siga creciendo, que siga entrenando como hasta ahora o más, para seguir siendo una de las mejores jugadoras de Europa y del mundo durante muchos años.

El waterpolo femenino tuvo en su momento a Jennifer Pareja. ¿Puede haber relevo en ese sentido a largo plazo?

Yo creo que es muy difícil. Al final también Jennifer Pareja es mi amiga, entonces quizás no soy muy objetiva en este sentido. Pero es muy difícil que alguien pueda estar un poco a la altura de lo que ha sido Jenny. Para mí es y será una de las mejores jugadoras del mundo y sigue siendo la cara visible del waterpolo aunque haga ocho años que no esté en las piscinas, yo creo que es muy difícil que no haya alguien que no relacione a Jennifer Pareja con waterpolo. Al final era la capitana, la mejor jugadora del mundo, es difícil reemplazarla en ese sentido. Quizás de aquí diez años haya alguien con ese mismo carácter, esa misma actitud que tiene Jenny, que tuvo Jenny en su momento Quizás sí, pero a día de hoy no veo a nadie igual que ella.

¿Alguna vez te has plantado jugar en el extranjero para saber qué se siente, en un país donde haya más cultura polideportiva?

Sí que es verdad que a veces lo piensas, siempre tienes ese gusanillo de cómo sería, cómo viven otros países el deporte, el día a día, los partidos de liga, si lo vivirán más o menos. Pero al final llevo 14 años en Sabadell, es un equipo en el que hemos ganado siete Champions, y piensas, ¿para qué me voy a ir fuera si estoy en el mejor equipo de Europa? Entonces, ¿qué te compensa más? ¿Estar en casa y seguir ganando o irte fuera y ver qué es lo que pasará?

Pero alguna vez te habrán intentado fichar.

Sinceramente, no. Porque al final estás en un club que es tan exitoso, que es tu casa. Es muy difícil que te vengan a llamar de fuera porque saben que va a ser casi imposible que te muevas de ahí.

A París llegas con 34 años. En Los Ángeles 2028 tendrías 38. ¿Sientes que estos pueden ser tus últimos Juegos?

Bueno, con 34 años sí que piensas que posiblemente sean los últimos Juegos. La última competición con la selección no lo sé, no sé qué pasará de aquí tres meses, cuatro meses, cómo estará mi cuerpo, cómo estará mi cabeza, ni nada. Pero aguantar cuatro años más lo veo complicado. Imposible no, porque hay muchas deportistas compitiendo a un gran nivel y mayores que yo. En Tokio también pensé que iban a ser mis últimos juegos y ya dije, bueno, tres años más, ¿por qué no? Vamos a aguantar. Yo llevo ya unos años viviendo cada competición, cada campeonato como si fuese el último, porque es como, bueno, después de cada campeonato piensas, ¿cómo estoy físicamente, mentalmente? ¿Me voy a comportar así un año más? Entonces es un poco eso, ir viviendo día a día.

Pero no te has marcado una fecha de “este año me retiro”. Ahora mismo solo podría retirarte una lesión grave.

Sí. Toquemos madera, que no pase (risas). Me siento afortunada, porque llevo más de 20 años jugando a waterpolo y de momento nunca he tenido una lesión grave. Así que espero que, lo que me queda de carrera, que ya no son 20 años (seguro que son muchos menos), me respeten las lesiones y pueda decidir yo cuándo me quiero retirar.

¿Te imaginabas, cuando eras joven, jugar tantos años a waterpolo?

No. Yo pensaba que a los 30 o así ya estaría retirada. Y ahora tengo 34 y sigo ahí dando guerra (risas).

Alguna vez has dicho que te da miedo lo que pueda venir después de la retirada. ¿Sigues sintiendo lo mismo?

No sé si llamarlo miedo o incertidumbre. Los deportistas no sabemos qué va a pasar después. Llevamos muchos años dedicándonos a algo que nos gusta y se nos da bien, si estamos en la selección se supone que somos de los mejores de España en este deporte. Salir de la burbuja y vivir la vida real te hace pregutas… ¿encajaré? ¿no encajaré? ¿me irá bien? ¿no me irá bien? Pero tengo muchas compañeras que ya se han retirado y te dicen que sí, que hay vida más allá del waterpolo, y que se vive muy bien. Y que no echan nada de menos los entrenamientos. El vestuario sí, lo que más, la competición… Pero tirarse al agua cada día, eso la verdad que no. A los deportistas nos gusta sentir la presión y la adrenalina, es lo que nos engancha. Por eso no dejamos de jugar. Es adictivo. Vivir al límite, querer hacerlo cada vez mejor. Pero el día que lo deje será: vale, ya está. Mañana no tengo que hacerlo todo al cien por cien. No pasa nada, puedo relajarme y vivir más tranquila (risas).

Sobre lo que decíamos antes de la cultura polideportiva. El fútbol femenino ha conseguido su ventana, quizá también porque este país es muy futbolero. Como equipo colectivo de otro deporte, ¿os da cierta envidia?

Ahora parece que el deporte femenino sea solo fútbol. Que no exista más que fútbol. Obviamente se lo han ganado, son campeonas del mundo, hace nada campeonas de la Nations League. Pero las deportistas de otros deportes (waterpolo, balonmano, básquet, bádminton, natación, natación artística, hockey…) llevamos muchos años luchando y compitiendo. Muchas hemos quedado campeonas del mundo, de Europa, olímpicas. Se ha hablado de nosotras, pero no tanto como con el fútbol. Y es porque es fútbol. De fútbol femenino no se hablaba porque no ganaban, pero una vez han ganado… Dicen que se habla de deporte femenino, no. Se habla de fútbol. El resto de deportes seguiremos luchando, haciendo ruido para que se hable de nosotras. “El fútbol está haciendo grandes cosas por el deporte femenino”. No, se está hablando de fútbol y ya está. Da rabia en el sentido de que parezca que ahora el deporte femenino sea solo fútbol, y nosotras llevamos luchando muchos años en otros deportes para que siga creciendo.

Quizá en Barcelona la diferencia se note más, con un Barça femenino que atrae masas, en comparación a equipos femeninos de otros deportes, como el caso del tuyo, el CN Sabadell.

Tenemos siete Champions. En 14 años. Es verdad que el Barça tiene dos y ahora van a jugar otra final. Sí es que me parece estupendo, me alegro por ellas y es lo que tienen que hacer, reivindicarse para que hablen de ellas, se lo han ganado. Son campeonas de Champions del mundo… Lo que está pasando es lo que tiene que ser, se lo merecen. Las felicito porque llevan muchos años luchando para que se las reconozca. No tienen la culpa de nada, en absoluto. Pero parece que solo sean ellas. Otras deportistas también existimos.

¿Qué esperas del rendimiento del deporte femenino en estos Juegos de París?

Hemos demostrado que cuando estamos en las mismas condiciones, que nos dan oportunidades para entrenar, para crecer, para luchar; damos resultados. Y es lo que vamos a seguir haciendo. Yo creo que el deporte femenino no está de moda, está arriba del todo porque queremos que se nos reconozca, queremos luchar y reivindicarnos, que las deportistas también podemos competir y sabemos competir muy bien. 

Un pronóstico general de medallas para España.

Yo digo 23. Me la juego con 23. 

Pues 23 es un numerazo. Serían los mejores Juegos Olímpicos de la historia de España. 

Ojalá así sea y que dos de ellas sean de waterpolo.

Contenido patrocinado por Iberdrola

Medio independiente. Canal de información, análisis & opinión deportiva. 'El deporte más allá de la noticia'. Contacto: info@spherasports.com

Comparte la notícia

No te lo pierdas

Más sobre Destacado Principal