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La proyección de Cutrone

Parè es un alegre pueblo
de la provincia de cómo, a un puñado de kilómetros de Suiza, que vio los
primeros días del que puede ser uno de los principales protagonistas del futuro
del fútbol italiano: Patrick Cutrone.

Esta pequeñísima
localidad, que en 2014 se fusionó con otros dos pueblos para formar el
ayuntamiento de Colverde, es donde creció el delantero del Milan, la fresa
sensación de un fútbol italiano inmerso en la peor crisis de su historia.

Crecido en la Pardiense,
con nueve años se fue al Milan, donde ha pasado por todos los equipos de la
cantera del club rossonero, ganándose
múltiples llamadas a las selecciones inferiores a base de goles.

Le conocí con 14 años,
con la camiseta de la selección italiana Sub15, pero fue con su Milan, durante
la Alkass International Cup en enero 2014, cuando me cautivó. Entonces, los Allievi de Brocchi realizaron un gran
torneo, alcanzando el tercer puesto final gracias a la imponente habilidad de
su delantero, que además se llevó el título de máximo goleador.

Sus cualidades eran
evidentes: una grandísima capacidad de comprensión del juego, lectura de espacios
y eficacia en los movimientos. Patrick apenas había cumplido los 16 años -nació
un 3 de enero -pero ya tenía una inteligencia táctica superior a muchos
experimentados profesionales.

Ahora que se ha ganado la
atención del gran público con sus goles en el primer equipo del Milan, la
comparación que se realiza más a menudo es con Filippo Inzaghi. Sin embargo,
aunque puede haber cierto paralelismo porque ambos aprovechan de maravilla sus
movimientos en los últimos 20 metros, creo que son dos jugadores ‘filosóficamente’
diferentes.

SuperPippo vivía de sus desmarques eléctricos y un constante duelo con la línea del
fuera de juego, junto a un hambre de gol nunca vista. Patrick, sin embargo, me
parece un jugador de alma similar, pero con una mayor capacidad de lectura y
bagaje técnico superior.

El delantero piacentino tenía medios más limitados y
vivía siempre a la espera de un balón que mandar a la red de cualquier manera.
Cutrone se implica más en la creación: el
gol que anotó contra el Inter en Coppa Italia lo demuestra
. Aunque primero ataca el espacio a la espalda de
Skriniar, luego baja a tres cuartos y ofrece el apoyo a Kessié, antes de atacar
el desmarque -tiempo perfecto de lectura e internada- en el área y anotar.

El amor que desarrolló
por él en aquella Alkass International Cup me llevó meses más tarde a verle en
directo en un partido de Italia Sub16 contra Polonia. Las sensaciones que tenía
se confirmaron sobre el campo, con el chaval de Parè que, jugando como segundo
delantero junto a Scamacca -entonces en la Roma y ahora en el Sassuolo tras
pasar por Eindhoven- mostró una gran comprensión del juego y una envidiable
toma de decisiones, tanto para bajar junto a los mediocampistas para ayudar en
la construcción de la jugada como para atacar la espalda de la defensa polaca.

Con los años, le seguí
con continuidad, casi amor. Un amor que lleva a un scout a ver partidos constantemente, incluso los más improbables,
en busca de una emoción, un impacto. Un jugador capaz de encenderte la
imaginación, dar alegría con una jugada y con su proyección, en busca de un
primer sorbo de cerveza con placer, como dice Philippe Delerm.

Quien me sigue
habitualmente en Facebook, ya conocía a Cutrone mucho antes de su debut con el
primer equipo. Sobre todo en el año de Allievi
Nazionali
y en adelante, cuando entre ese equipo, el Primavera y la Nazionale Sub17
anotó 44 agoles en un año.

No obstante, si para
algunos ver a Cutrone superar defensas no es sorprendente, también es verdad
que algunas dudas tengo sobre sus capacidades reales de alcanzar el más alto
nivel.

Sobre todo, más allá del
bagaje técnico que, en comparación con otros delanteros es bastante
rudimentario, lo que siempre me ha preocupado más es su presencia físico-atlética.
Para ser un delantero centro, su estructura física (183cm y 75kg) es bastante
limitada y no la suple con otros aspectos atléticos: no tiene gran fuerza,
velocidad o rapidez que le permitan destacar entre los mejores.

A pesar de que acaba de
llegar al primer equipo del Milan, Cutrone ha demostrado que sabe aprovechar
sus virtudes principales hasta el punto de superar a sus limitaciones,
imponiéndose como la mejor opción para el ataque en esta primera mitad de
temporada rossonera.

Una sorpresa, sobre todo
teniendo en cuenta que el Milan había fichado a precio de oro en verano al
portugués Andrés Silva y al croata Nikola Kalinic, que partían como superiores
en la jerarquía.

Entonces, ¿qué veo en Patrick Cutrone?

Un joven delantero centro
que sabe atacar muy bien los espacios, con una óptima capacidad de lectura y
con la capacidad goleadora típica de los grandes bomber históricos italianos. Con excelentes dotes de anticipación y
gran capacidad de reacción, tiene un bagaje técnico rudimentario, pero eficaz.
Es hábil en la presión ultraofensiva gracias a su agitación constante durante
todo el equipo, sabe chocar y aprovechar sus dos especialidades tácticas, los
desmarques y el ataque de espacios.

Si hubiera nacido 25 años
antes, probablemente Patrick Cutrone habría sido considerado un atacante de
raza, capaz de hacer carrera en grandes clubes europeos.

Sin embargo, en el fútbol moderno, los
delanteros más preciados son más completos que él. ¿Bastarán su hambre y su
capacidad de leer el juego para alcanzar el nivel de delanteros como Suárez,
Lewandowski o Kane?

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