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La explosión de Gabri Veiga

En un contexto internacional en el que tendemos a pintar de estrellas a chavales super jóvenes por dos o tres buenas actuaciones aparece Gabri Veiga, un distinto. La joya del Celta de Vigo, de tan solo 20 años, ya está pulverizando algunos números al más alto nivel de las comparativas europeas. Con su doblete + asistencia de este pasado fin de semana se convirtió en el centrocampista con más producción goleadora cada 90 minutos de la cinco grandes ligas, adelantando a un tal Kevin De Bruyne. Esto no quiere decir que sea mejor que él ni mucho menos, las estadísticas siempre hay que saber interpretarlas, pero nos aporta algo palpable para darnos cuenta de la dimensión de la explosión de Gabri.

En un Celta acostumbrado a mirar a Iago Aspas en los momentos más difíciles -y en los buenos también, está en todas- y tras las bajas de Brais Méndez y Denis Suárez, que reducen la identidad de cantera del club (además del caso de Santi Mina y la cesión de Rubén Blanco al Marsella), Gabri Veiga surge en el momento ideal. Se erige como el socio perfecto para Aspas, siendo un centrocampista con muchísima llegada y que rápidamente se posicionó entre los máximos goleadores españoles de LaLiga. Lleva 8 goles -y 3 asistencias-, lo que lo coloca 4º en la pelea por el Premio Zarra (empatado con Sancet) que actualmente lidera Joselu (11). Es curiosa la parte alta de la pelea por este trofeo, pues cinco de los seis primeros son gallegos, todos canteranos del Celta de Vigo: Joselu, Borja Iglesias, Iago Aspas, Gabri Veiga y Brais Méndez.

Es fascinante la capacidad que tiene Gabri para dejar rivales atrás una vez arranca en conducción. Es, sin duda, una de sus principales virtudes. Salvando las distancias, en ese sentido me recuerda a Frenkie de Jong, el balón pegadito al pie y una arrancada potente para dejar atrás al primero y segundo rival. Además tiene una localización de los espacios brutal. Sabe perfectamente dónde está el hueco hacia el que correr o hacia dónde descargar una vez avanzó sus 25 o 30 metros. Estas características brillaron mucho por su ausencia en un tramo de dos o tres partidos que Carlos Carvalhal lo probó en punta al lado de Aspas. Sin compañeros por delante y con los centrales rivales encima no tenía espacio hacia el que correr ni ayudas por delante y sus principales virtudes se evaporaron.

También está destacando por su potente tiro, que también se ve mejorado x1000 gracias a la confianza que tiene ahora mismo. Todo le entra. Me llama mucho la atención lo poderoso que es también su chut con la zurda pese a ser diestro y no utilizar demasiado la pierna mala en otras situaciones.

Como no podía ser de otra forma, ya se empieza a rumorear que si lo quieren en la Premier League, que si el Manchester United, que si el Liverpool, que si la Bundesliga… Lo cierto es que la cláusula de 40 millones suena tentadora para muchos equipos de Inglaterra con la billetera más profunda que el bolsillo de Doraemon, pero parece que Veiga se quiere quedar. En enero se le hizo contrato de la primera plantilla con su correspondiente mejora salarial, y se dice que se planea una nueva mejora más extensión de contrato de cara a verano, lo que se suele llamar un blindaje. Eso sí, nada está hecho pues a veces llegan ofertas irrechazables. En mi opinión, no solo como celtista sino también como hombre de fútbol, marcharse ahora sería un error gravísimo. Gabri es un joven de 20 años que lleva toda su vida en un contexto determinado, en su casa y con su gente. No hay ningún sitio mejor en el que crecer como futbolista y, quizá, más adelante embarcarse en una aventura continental. Ojalá no suceda y sea el heredero de Iago Aspas, el estandarte de la nueva generación celeste. Pero por si acaso, disfrutemos de él mientras podamos y encendamos cada vela que podamos para seguir haciéndolo mucho tiempo.

Imagen de cabecera: Getty Images

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