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Ligue 1

Cinco camisetas y un balón después

Empate sin goles entre las dos primeras del Grupo A. Una primera mitad apasionante y una segunda en la que predominó el respeto y la concordia entre dos selecciones que acceden a octavos de final sin conocer la derrota.  Por el camino, cinco camisetas rotas y un balón pinchado. 

El partido superó en sus inicios las altas expectativas creadas antes del comienzo. Las dos mejores selecciones del Grupo A se batían en busca del liderato del mismo. Petkovic sorprendía con Embolo como delantero. La joven promesa -aún del FC Basel-, suele jugar partiendo desde banda, pero el técnico helvético tomo la decisión de dejar fuera a Seferovic y buscar la velocidad de Breel como hombre más adelantado. Por su parte, Deschamps apostó por los titulares en defensa, mientras cambiaba prácticamente todas sus piezas de medio campo hacia adelante con respecto al último partido de la selección gala. Con Pogba y Griezmann perdonados y en el once inicial, Kanté, Matiudi, Payet o Giroud dejarían sus lugar a Cabaye, Sissoko, Coman o Gignac.

 

Los primeros minutos del encuentro transcurrieron con dominio Suizo. Francia cedió el balón a su rival, que se encontraba cómodo con la posesión llegando a crear ocasiones que pusieron en peligro la meta defendida por Lloris. Hasta que Pogba se desató. El centrocampista de la Juventus se dedicó a buscar constantemente la portería de Yann Sommer, tan efectivo como inseguro en sus intervenciones. El gallo de la cresta más prominente ofreció 10 minutos -desde el 10 hasta el 20- sencillamente espectaculares. Tres disparos potentes repelidos por el guardameta del Borussia Mönchengladbach, o por el palo. Los helvéticos perdieron alegría y empezaron a respetar a Pogba y su banda. Después de unos minutos realmente angustiosos para los suizos, los de Petkovic aminoraron el tempo del encuentro volviendo a recuperar el balón y mermó la superioridad de Francia . El descanso llegó tras 45 minutos frenéticos y 0-0 en el marcador.

 

La segunda mitad empezó de la misma manera que la primera. Suiza mantenía el control del esférico mientras los franceses buscaban la meta rival de manera más vertical. Y así fue como llegó la que quizás, fue la mejor jugada del encuentro. Pogba y Griezmann conectaron con la ayuda -casi presencial- de Gignac. Pero Sommer volvió a repeler el balón. El dominio era helvético. El peligro, claramente galo. Poco después del primer cuarto de hora del segundo tiempo, Coman dejó su puesto a Payet. La grada de Lille lo celebraba casi como un gol. El ídolo nacional entraba en escena.

 

Sobre el césped, la sensación era que ambas selecciones firmaban la paz en la última media hora de partido. El ritmo bajó considerablemente y solo un desajuste provocaría una ocasión de peligro. Sucedió a falta de 15 para el final. Una nueva galopada de Sissoko acabó en las botas de Payet, que sin dejar que el balón rozara el césped, envió su disparo nuevamente al larguero, aliado helvético. El extremo del West Ham era el único que parecía capaz de hacer desequilibrar la balanza. Pero no fue así. Los cambios llegaban con un claro mensaje. El empate valía a ambos para ser primero y segundo de grupo. Francia no necesitaba anotar para acabar líder y Suiza se conformaba con estar en octavos de final, y el árbitro colaboró tras perdonar un clamoroso penalti de Evra en el último minuto.

De más a menos. Así transcurrió un partido que finalizó con Francia y Suiza clasificadas y sin intercambio de camisetas entre ambos equipos. PUMA, el gran perdedor del encuentro.

 

PUNTUACIONES

SUIZA (4-3-3): Sommer (7); Lichtsteiner (6), Schär (5), Djourou (5), Rodríguez (5); Behrami (7), Xhaka (7), Džemaili (5); Mehmedi (5), Shaqiri (6), Embolo (5). Sustitutos: Seferovic (5), Fernandes (S.C), Lang (S.C)

FRANCIA (4-2-3-1): Lloris (6); Sagna (6), Rami (7), Koscielny (6), Evra (4); Cabaye (5), Pogba (7); Sissoko (7), Coman (5), Griezmann (7); Gignac (6). Sustitutos: Payet (7), Matuidi (S.C)

 

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Sevilla. 1984. Creador de #HoradeBundesliga. Redactor y coordinador de fútbol alemán en SpheraSports. Empiezo a ser útil cada semana en los estadios de Sevilla, Betis y Córdoba. Enamorado del fútbol, amante de la Bundesliga. Es duro fracasar en algo, pero aún más duro es no haberlo intentado.

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