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Florin Raducioiu, siempre con el gol en la maleta

Verano de 1994, Mundial de Estados Unidos, y quien firma esperaba entusiasmado tan digno evento a sus 13 años. Sin duda era demasiado joven como para analizar los sistemas, tácticas y había muchos detalles de los partidos que se me escapaban, pero alcanzaba a entender que equipos jugaban bien a fútbol. Entre esas selecciones hubo tres que maravillaron al mundo y dieron la campanada clasificándose para los cuartos de final del torneo; Suecia, Bulgaria y Rumanía.

Las dos primeras alcanzarían las semifinales con un fútbol rápido y con una generación de muy buenos jugadores, mientras que Rumanía quedó apeada de las semis por los suecos, encabezados por Kenneth Andersson y Thomas Brolin en un agónico partido que acabó venciendo Suecia 5-4 en los penalties (con un gran Ravelli) tras llegar 2-2 al final de un legendario partido.

Aquella Rumanía era un equipo que jugaba de cine, siendo el gran Gica Hagi el buque insignia de los rumanos, que ofrecieron un fútbol alegre y descarado a la par que competitivo durante todo el torneo (que le pregunten a Colombia).

Buena prueba de ello es que en octavos de final, en una exhibición de Gica Hagi y compañía apearon a la gran Argentina (que se perfilaba como favorita tras la fase de grupos, pero que se acababa de quedar sin Maradona por su famoso positivo).

En aquella selección además de Hagi, llamaban la atención Belodedici (Estrella Roja, Valencia), Popescu (Tottenham, Barça, Galatasaray), Dumitrescu (Sevilla, Tottenham), y sin lugar a dudas su mejor referente ofensivo, el protagonista de este artículo; Florin Valeriu Raducioiu.

A Raducioiu mucha gente lo recuerda por su paso por el Espanyol donde dejó buenas impresiones y aún hoy en día es recordado por la afición blanquiazul, pero Florin nunca fue un hombre de club, y buena prueba de ello es que seguramente sea el único jugador del mundo, junto al danés Christian Poulsen que ha militado en las cinco mejores ligas del mundo Italia, España, Inglaterra, Alemania y Francia (marcando goles en todas ellas)

Analicemos un poco la trayectoria de este rápido y versátil delantero que saltó a la fama en 1993/1994 cuando se coronó como el máximo artillero de los grupos de clasificación europeos para el Mundial de Estados Unidos de 1994, por delante de Roberto Baggio, Bergkamp, Shearer, o los franceses Papin y Cantona (que fueron apeados del mundial por la Bulgaria de Stoichkov y sus secuaces Balakov, Letchkov y Kostadinov).

Florin Valeriu Raducioiu nació en Bucarest un 17 de marzo del 70 y siendo un adolescente de 16 años Raducioiu debuta con su equipo de siempre, el Dinamo de Bucarest con quien anotaría 29 goles en 76 partidos entre 1985 y 1990.

En 1990, Raducioiu se marcha a la capital de la Puglia y ficha por el Bari. El año siguiente se cambia al Hellas Verona (no confundir con el Chievo) y uno más tarde (1992/1993) se marcha a Lombardía para fichar por el Brescia, donde coincidió con sus compatriotas Gheorghe Hagi e Ioan Sabau. Allí en Brescia hizo una muy buena temporada (13 goles en 29 partidos) hasta el punto que en la temporada 93/94 le valió para fichar por el gran AC Milan donde apenas gozó de oportunidades.

Jugó en el Milan solo esa temporada, la 93/94, y sólo participó en siete partidos. Pero en ellos le dio tiempo a proclamarse campeón de Europa (en aquel Milan 4, Barça 0, de Atenas) y a meter el gol 300 de los rossoneri en competiciones europeas.

Cansado del ostracismo del banquillo rossonero firmó por el Espanyol una vez acabado el Mundial de USA’94, y allí en Sarriá si que gozó de partidos y rindió a un buen nivel, dejando huella entre los seguidores pericos que le dieron su cariño y que Radu supo devolver con goles.

En concreto en dos temporadas que estuvo anotó 14 goles en 46 partidos, hasta que en 1996 se marcha a las Islas y ficha por el West Ham londinense, donde apareció el Raducioiu errático.

Como anécdota decir que su entrenador en aquel momento, Harry Redknapp, le llamó al orden porque el día antes de un partido contra el Manchester United, se pudo ver al rumano de compras con su novia. El rumano respondió marcándole un gol a los diablos rojos.

En el mercado de enero, vuelve a Barcelona para ayudar a su querido Espanyol y en 13 partidos anota 4 goles más con el equipo perico.

Entonces decidió probar en la Bundesliga y firmó por el Stuttgart. En el 98 volvió al Brescia y retornó en la 2000/2001 a la ya devaluadísima liga rumana, para jugar con su Dinamo 8 partidos.

En la 2001/2002 se fue a otro grande europeo: El AS Mónaco. Sus últimos goles, o mejor dicho, su último gol, lo metió con los franceses del Créteil-Lusitanos. Y allí colgó las botas.

Con Rumanía fue internacional en 40 ocasiones anotando 21 goles. Disputó los mundiales de Italia 90 y USA 94, y la Eurocopa de Inglaterra 96 donde anotó un gol precisamente a España.

Por todo ello, que no es poco, Florin Raducioiu es un mito y un futbolista que sin llegar a ser un crack, supo sacarse partido.

Aquí tenéis el vídeo del golazo que le hace Raducioiu a Colombia (USA 94, Rumania 3-1 Colombia) 

Foto: Getty Images

Papá de Miranda. Orgulloso hijo de gallego y asturiana. Dejé 13 años como abogado por fundar y dirigir Sphera Sports, con lo que ello supone. Asumo las consecuencias. Hice 'mili' en Pisa y en Bristol. Me gustan las orcas, los países escandinavos y un gol en el 90'.

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