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El último partido de Rafa

Este artículo empezó a escribirse el miércoles. Por tanto, querido lector, es probable que cuando leas esto Rafa Nadal esté cerca de saltar a la Philippe-Chatrier para jugar las semifinales de Roland Garros. El caso es que muchos nos hemos despertado con ojeras por ver a dos deportistas legendarios, a las tantas de la madrugada, dignificando el tenis a horarios intempestivos. Nadal y Djokovic, en los últimos coletazos de su carrera, volvieron a mostrar el pasado martes que es muy complicado que veamos a dos tenistas similares en un futuro, especialmente jugando a este nivel a su edad. Aquí, debes tenerlo claro, no leerás esas chorradas de que la edad es un número. Eso lo dejamos para los gurús de la motivación.

El español, es evidente, está notando el inexorable paso del tiempo. Últimamente recibe críticas porque cada vez que le preguntan por su futuro no asegura nada. “Puede que este sea mi último año aquí”, reconoce a los medios. Es difícil, lo siento mucho, comprender a los que le reprochan su supuesto victimismo. Ahora mismo es imposible que anticipe su futuro. Hay que recordar que empezó el año de victoria en victoria para posteriormente no poder casi ni andar. En Roma, literalmente, iba cojo. En dos semanas ha conseguido recuperarse para protagonizar una batalla para la posteridad. Qué partido.

El serbio, que se marchó molesto con su derrota en París, tampoco parece que se vaya a rendir. Su ambición, pese a tener una trayectoria como para tumbarse en la playa y no hacer nada más, no tiene límites. Tras este último traspié seguro que ya está pensando en la temporada de hierba.

Estamos muy acostumbrados a decirlo en el mundo del tenis: todos sabemos que los grandes que han comandado en la ATP en los últimos lustros son irrepetibles. Por ello no nos cansamos de utilizar los mismos sinónimos para los próceres del presente. Qué pesados seremos con nuestros hijos hablando sobre Rafa, Novak y Roger. Lo que se están perdiendo.

Imagen de cabecera: rolandgarros

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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