Cuando Hugh Glass, interpretado por Leonardo DiCaprio, fue atacado por un oso, todos sus conocidos creyeron que había muerto. Quién iba a sobrevivir a un ataque de un animal tan feroz. El señor Glass se había convertido en un reflejo del pasado, que aún no había dicho su última palabra. Retornó de ese mundo que todos creyeron que habitaba y que, en realidad, nunca llegó a pisar. Para sus conocidos fue como si hubiera vuelto a nacer. ‘El Renacido’ fue como se llamó la película y Leonardo DiCaprio obtuvo el Óscar a Mejor Actor.
En el Chelsea de Antonio Conte hubo un jugador que de la noche a la mañana pasó de tener un papel clave a un rol residual. De ser una de las luces principales a ocupar un puesto en el ostracismo. Ese futbolista fue David Luiz. El brasileño, en la primera temporada del técnico italiano en el conjunto londinense, fue un fijo en el eje de la zaga. Sin embargo, en la segunda campaña de Conte dirigiendo a los ‘blues’, David Luiz quedó relegado a un segundo plano. Solo 10 partidos disputados en Premier League lo atestiguan. Además, el central brasileño no gozó de ningún minuto en los últimos cuatro meses de temporada. Des del 5 de febrero, cuando el Chelsea cayó frente al Watford (4-1), el futbolista no volvió a jugar.
No había una explicación aparentemente lógica. Fue como cuando dejas de ver una serie a media temporada porque la cambias por otra. No obstante este verano Antonio Conte abandonó el Chelsea y arribó en su lugar Maurizio Sarri. Justo en ese instante un rayo de luz entró en la oscura habitación de David Luiz. “Regresé al Chelsea para quedarme. Si el entrenador (Conte) hubiera seguido, tendría que haber cambiado de club. Ahora estoy muy feliz aquí” explicó el central brasileño a principios del periodo estival.
Era el punto de inflexión. Las oportunidades no siempre aparecen por méritos propios. También hay que encontrar a las personas adecuadas en el momento justo. David Luiz y Maurizio Sarri son dos vasos comunicantes que encajarían en cualquier lugar. Sarri es un entrenador de perfil ofensivo, con una clara idea de sacar el balón jugado des de la defensa, y David Luiz es un zaguero con una gran salida de pelota. Un futbolista y entrenador condenados a entenderse.
De pronto, y con toda la naturalidad de antaño, volvieron esos tiempos en que David Luiz ocupaba un puesto fijo en el centro de la zaga del Chelsea. El brasileño ha disputado todos los partidos oficiales de este inicio de temporada. Jugando siempre des del comienzo hasta el pitido final del árbitro. “Me encanta la filosofía de Sarri. Jugamos con mucha posesión y está tratando de ayudarnos a aprender rápidamente su filosofía”.
Volver a renacer. David Luiz es un claro ejemplo. El castigo del brasileño llegó a su fin, y como hizo Hugh Glass en ‘El Renacido’, regresó a los terrenos de juego de la mano de Sarri. Estuvo encharcado en el barro, sufriendo la desesperación del fútbol que no te cuentan, pero volvió a ser aquél que hace un par de temporadas fue el titular en el centro de la defensa de Stamford Bridge.
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