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Tenis

El éxito de la Laver Cup

Roger Federer y Rafael Nadal jugando juntos por primera vez, el suizo y el español celebrando el título como si fueran dos adolescentes, emoción, diversión, gradas repletas de aficionados y un nivel de tenis digno de los mejores torneos del mundo. La primera edición de la innovadora Copa Laver no pudo ser mejor.

Aunque sobre el papel es de momento una exhibición, lo que se vivió entre el viernes y el domingo en el O2 Arena de Praga fue toda una competición. La efusiva celebración del equipo europeo tras el punto definitivo, con Nadal lanzándose a los brazos de Federer, fue el perfecto reflejo de la seriedad con la que los tenistas afrontaron el torneo.

«Fue una sensación que estaba al nivel de los grandes momentos de mi carrera«, comentó después Federer, un jugador que ganó 19 Grand Slam. La frase tiene un doble análisis: por un lado, el suizo es uno de los impulsores del torneo y todo lo que diga servirá para promocionarlo; por el otro, su rostro tras derrotar a Kyrgios en el último encuentro hablaba de una enorme emoción.

La Copa Laver, en honor al legendario tenista australiano Rod Laver, nació de una idea del propio Federer y tomó forma gracias a Team8, la agencia de representación que el helvético creó hace años con Tony Godsick. Recibió el respaldo de muchos jugadores y de torneos como el Abierto de Australia y el US Open.

La primera edición llevó a las gradas del O2 Arena de la capital checa a más de 80.000 personas en tres días, según datos de la organización.

Su formato es similar al de la Ryder Cup de golf, con un equipo europeo y otro del resto del mundo: cada día se juegan tres singles y un dobles, los partidos del viernes reparten un punto, los del sábado dos y los del domingo tres. Aunque no hay datos oficiales, se estima que la organización paga los tenistas en función de su ranking, además de un bonus para los ganadores.

En Praga jugaron, además de Federer y Nadal, Dominic Thiem, Alexander Zverev, Tomas Berdych, Marin Cilic, John Isner, Denis Shapovalov, Nick Kyrgios, Jack Sock y Sam Querrey. En total, nueve nacionalidades. Es decir, nueve mercados televisivos.

Y todo ello en una semana elegida estratégicamente. Sin grandes eventos deportivos internacionales y sin torneos importantes de tenis. De hecho, se jugaron dos certámenes masculinos durante la semana y el cartel de las finales no fue el más atractivo: el bosnio Damir Dzumhur batió al italiano Fabio Fognini en San Petersburgo y el alemán Peter Gojowczyk superó al francés Benoit Paire en Metz.

Mientras se llevaban a cabo esos dos torneos organizados por la ATP (el ente rector del circuito profesional), en la capital checa brillaban las grandes estrellas de la actualidad. Además, se vivió un momento único, con Nadal y Federer, los dos más exitosos de la historia, disputando su primer dobles juntos. Por si fuera poco, los primeros capitanes de los equipos de Europa y Resto del mundo fueron los míticos Bjorn Borg y John McEnroe, respectivamente.

«Todas las ciudades se van a pegar por acoger este evento«, señaló un comentarista de la televisión española durante la retransmisión, que contó con la novedad de una cámara colocada en la red para captar mejor las voleas. La siguiente edición se disputará en 2018 en Chicago, también en septiembre.

«Fue una semana fantástica y muy divertida», indicó Federer. «Estoy muy orgulloso de cómo salió todo. El tiempo dirá cómo de grande será este evento».

Nadal, campeón de 16 grandes y actual número uno del mundo, precisó en ese sentido: «La única manera de que la competición tenga éxito es consiguiendo que los jugadores quieran jugarla y cuidarla«.

El formato funcionó en la primera edición, de eso no hay duda. Ahora falta por ver cómo se encaja en un calendario más que saturado y con muchos intereses cruzados.

En el circuito masculino, desde enero a finales de noviembre se disputan cuatro Grand Slam, el Masters de Londres, nueve Masters 1.000, 13 torneos de categoría 500 y otros 40 de 250. A esos 66 certámenes hay que añadir las semanas de la Copa Davis, una competición abocada también a un cambio de imagen para volver a atraer a las grandes raquetas.

A ello se suma la telaraña de organizaciones que dirigen el tenis. Está la ATP, encargada del circuito masculino; la WTA, su par femenino; la Federación Internacional (ITF), que organiza la Copa Davis y la Fed Cup; los cuatro Grand Slam, que van por libre. Según medios, tanto el presidente de la ATP, Chris Kermode, como el máximo jefe de la ITF, David Haggerty, declinaron invitaciones para estar en Praga en el lanzamiento de la Copa Laver.

«El tenis que se vio fue increíble, todos los partidos fueron muy ajustados. Es lo que todo el mundo quiere ver», resumió McEnroe. «La Laver Cup es algo que el tenis necesita», añadió Kyrgios.

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