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Las claves del derbi de Sudamérica

Era el duelo esperado. Brasil y Argentina se citaban en Belo Horizonte, el lugar donde los locales tocaron fondo ante unos alemanes desatados. Los cariocas alineaban un trivote destructor pero con tres genios arriba: Coutinho, Neymar y Gabriel Jesús. Sus rivales, en cambio, juntaban a tres centrocampistas defensivos pero con Enzo tirado a banda. La prensa albiceleste ya atiza a su combinado pero la pregunta es: ¿Por qué perdieron?

Los anfitriones, para empezar, ante la separación entre líneas de los argentinos y la poca presión de sus puntas salieron desde atrás con una comodidad pasmosa. O bien Fernandinho o Paulinho se colocaban en el flanco izquierdo y eso provocaba que Marcelo tirara y que Neymar se incrustara en el centro. Biglia, sin referencias a sus espaldas, salía a por el cuero y allí Coutinho hizo el primero. Los de Bauza eran un desastre tanto en ataque como en defensa. Mascherano y Enzo, tras el golpe del extremo del Liverpool, se posicionaron en bandas para estirar la resistencia de los amarillos, que estaba en el centro. Aun así, como la circulación era lenta –por exceso de toques- Brasil nunca se sentía amenazada.

Tite da instrucciones durante el partido, con Bauza cabizabajo en primer plano | Getty Images

Tite da instrucciones durante el partido, con Bauza cabizabajo en primer plano | Getty Images

El segundo tanto evidenciaba la importancia del parágrafo anterior. Marcelo, en un simple saque de banda, eliminó dos líneas y conectó con Gabriel Jesús en una sorprendente contra que Neymar acababa. Sus enemigos caían. Debían reaccionar. En los últimos compases Messi e Higuain presionaron en un par de salidas de sus rivales. Brasil evidenciaba serios problemas pero nunca fue atosigada ya que sus enemigos nunca creyeron.

El segundo tiempo, en un acto de fe, Argentina introdujo a Agüero por Enzo Pérez. El sistema no cambiaba, solo había más delanteros pero la transición defensiva era aun peor. Neymar disfrutaba. Tite corría. Bauza estaba petrificado. El doble pivote estaba absolutamente superado. Los goles caían con el fútbol a su lado, ya que las patadas y las rencillas pedían paso. No hagan caso a aquellos titulares que dicen que la albiceleste está eliminada. Aun queda mucho. El problema reside en el juego y eso es muy peligroso. Pero deben mejorar tanto en fase ofensiva como defensiva.

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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