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Donde Salma lo dejó

El día que se confirmó la rotura de ligamento cruzado de Salma Paralluelo se nos cayó el mundo encima. Corría el mes de abril del pasado año y el Villarreal se estaba jugando ascender a Primera Iberdrola ante un rival directo como el Granada. Salma marcó un golazo, y minutos después, en un mal gesto, sufrió por primera vez en sus carnes la cara amarga del deporte.

Por entonces, la aragonesa (Zaragoza, 2003) ya era un auténtico diamante en bruto, no solo en el fútbol femenino. Como muchos saben, Salma compagina el balón con su otra gran pasión, el atletismo, disciplina en la que también estaba alcanzando logros espectaculares (con 16 años batió cuatro récords en un solo día). Antes de la lesión, recibió el Premio Princesa Leonor a la mejor deportista menor de 18 años en los Premios Nacionales del Deporte. Para una joven tan activa como Salma, la lesión que le iba a apartar nueve meses del verde y del tartán fue el doble de dura.

La primera semana fue horrible. Horrible, horrible. Me costó mucho aceptarlo. No era consciente de la lesión tan importante que tenía. Estaba muy mal. Después lo fui asimilando, centrándome en la recuperación y en los pequeños retos que me ponía día a día. Y luego en verano lo volví a pasar mal, que veía a los demás compitiendo en el Europeo y en el Mundial, y me dolía no estar ahí”, nos cuenta la aragonesa, que en su momento parecía tener opciones incluso de estar en los Juegos Olímpicos. Con el Submarino, Salma se perdió el ascenso a Primera y gran parte de la primera temporada amarilla en la élite, incluida una primera vuelta en la que el equipo se hundió en la clasificación. “Sentí mucha impotencia. Ves que tu equipo lo estaba pasando mal, y que no puedes hacer nada. Por suerte hemos salido de ahí, que parecía que no. Hemos trabajado mucho y vamos a estar un año más en Primera”, cuenta aliviada.

Sin duda, el pasado 20 de marzo quedará grabado para siempre en la retina de Salma Paralluelo, porque fue el día que debutó en Primera División. Lo hizo más especial si cabe el hecho de volver tras una lesión duradera y muy difícil de afrontar cuando la juventud te desborda. Ya tuvo sus minutos ante el DUX Logroño en Copa, pero unas semanas después llegó lo que no ha dudado en considerar un premio. “Ya no solo por lo que conseguimos la temporada pasada y lo que me estaba perdiendo de esta. Fue decir: ya se ha terminado todo, estás otra vez aquí, hacia adelante, a dejar de pensar en atrás, y a disfrutar. Era lo que merecía. Estaba súper contenta el día que entré al campo”. El regreso se hizo eterno, porque en el club extremaron las precauciones. “Desde el principio empecé con mucha calma. Poquito a poquito, porque lo más importante de estas lesiones es recuperarse bien. Es una lesión muy larga, hay que tener mucha paciencia. Te ves lejos del nivel que tienes antes. Es que literalmente te ponen muletas, tienes que volver a andar, a correr, tienes dolores… Es distinto porque tienes una rodilla completamente nueva y tienes que darle como gas para que vuelva a funcionar. Ha sido complicado, porque es mucho tiempo y cambian tus objetivos de un día para otro. Pero la verdad es que aquí en mi club lo he pasado medianamente bien, porque he tenido muy buenas personas cerca que me han hecho la recuperación más fácil”.

Volver a ilusionar

Desde el debut ante el Levante, Salma ha jugado todos los partidos. De forma progresiva, ganó minutos y recuperó sensaciones. Si ya la temporada pasada demostró que Reto Iberdrola se le quedaba pequeña, pronto despejó dudas sobre su adaptación a la máxima categoría. Y los focos volvieron a ella en el Johan Cruyff, cuando se fue de dos rivales con un gesto técnico exquisito y clavó el balón en la misma escuadra. “Te vuelves un poco loca, no te lo crees”, nos cuenta nuestra protagonista, consciente sin embargo de la importancia de rebajar la euforia. Aquellos días recibió multitud de mensajes de felicitación. “Al final es un golazo, pero hay que seguir”.

Ambiciosa por naturaleza, necesitaba ver que su impacto en el campo tenía resultados para su equipo. Desde su vuelta, el Villarreal había sumado un empate y tres derrotas. Primero fue decisiva con su asistencia a Sheila Guijarro en el gol que daba la salvación ante el Eibar. Y el pasado fin de semana protagonizó un ingreso espectacular al campo, marcando un doblete saliendo desde el banquillo para vencer al Betis. Su actuación cobra más valor si tenemos en cuenta que el día anterior había vuelto a la competición en un Campeonato de España de atletismo sub-20. Fue en un novedoso relevo mixto en el que contribuyó a la victoria para su equipo, el Playas de Castellón.

Salma nos explica cómo planificó la semana de cara a dos citas de deportes distintos en un mismo fin de semana. Junto a su entrenador (Félix Laguna) y su preparador físico, decidieron que tendría días de descanso para llegar con fuerzas suficientes tanto al relevo mixto como al encuentro ante el Betis, donde pactó con Sara Monforte, técnica del Villarreal, jugar la segunda mitad. “Sabiendo que el relevo me lo dieron con mucha distancia de ventaja, también pude ir más tranquila. Y con la permanencia ya asegurada, no había que forzar nada”, señala. Pese a todo, Salma se moría por entrar al campo y ayudar a su equipo, que a su entrada el marcador se mantenía 0-0. “Sí, sí, la verdad que tenía muchas ganas. Como he estado tanto tiempo sin jugar partidos, sigo teniendo mucho mono de estar en el campo y querer competir”.

Su vuelta a la conciliación de los dos deportes que le apasionan ha sido perfecta. Un relevo tranquilo y 45 minutos de un partido con la salvación certificada. Una toma de contacto ideal antes de que acabe la Primera Iberdrola (este mismo fin de semana) y de comienzo un intenso calendario en atletismo este verano. El 21 de mayo tiene previsto volver a los 400 vallas, su especialidad, en el campeonato de España de clubes absoluto. Tampoco quiere perderse, eso sí, el Europeo sub-19 de fútbol que se disputa en junio. “Pueden pasar cosas, pero en principio sí voy a estar”.

Entonces llega la eterna pregunta. ¿Seguirá la próxima temporada conviviendo con los dos deportes, o se decantará por uno de los dos? “El pan de cada día (risas).  Porque lo que hago no es lo normal, se espera que pronto decida. Y por la proyección que seguramente estoy teniendo, aún más. De momento no lo sé. Porque como estoy empezando otra vez como quien dice… Tengo que ver estos meses. A ver cómo me siento, cómo me veo para la temporada que viene. Son muchos factores, pero tengo este verano para pensarlo”. En ese sentido, asegura que nadie le ha dado un ultimátum y que aunque recibe presiones del exterior, nunca han llegado por parte de su entorno más cercano, y mucho menos de sus entrenadores (Sara y Félix). “Para nada. Ellos, los que menos. Son los que me quitan esa presión. Tengo mucha suerte porque se fijan en mi persona, en que esté bien. Saben que es cosa mía y no se meten para nada”.

Una de las claves que puede empujar a Salma a continuar en el fútbol femenino es la nueva liga profesional. “Que la liga se haya profesionalizado por fin es una oportunidad para todas y hay que aprovecharlo. Hay que responder a este tipo de cosas para que el fútbol femenino siga creciendo”.

Crecer en Villarreal

Salma Paralluelo tomó la decisión más importante de su carrera cuando decidió fichar por el Villarreal, sobre todo porque el club le permitió a su vez mantener su otra pasión, el atletismo, de la mano del Playas de Castellón, uno de los equipos más importantes del panorama nacional. “Para mí fue la oportunidad de mi vida. Di un salto de calidad, salí de mi zona de confort, que me vino bien. Vine con mi familia, que también era joven y eso se nota mucho. Y es que aquí lo tenía muy fácil, es que el Villarreal y el Playas son prácticamente el mismo club”.

Salió de Zaragoza por primera vez. “Cambias de ciudad, tus amigos, tu gente, todo. Pero era lo que yo sentía, tenía muchas ganas de irme fuera y poder vivir esa experiencia. Y como vine con mi familia ese proceso fue más fácil. No tenían por qué, me acompañaron por mi sueño. Y siempre les voy a estar muy agradecida”. Por entonces ya era una joya codiciada por muchos equipos de Primera, pero decidió seguir en Segunda y continuar su progresión tanto en fútbol como en atletismo. Salma reconoce que ha recibido ofertas que ha tenido que desechar porque no le daban las facilidades que ahora disfruta. “Era la condición primordial. Y si no lo veían muy claro o no les parecía del todo bien, directamente no me interesaba”.

La aragonesa recibe ofertas cada año, pero no les da muchas vueltas. “Las decisiones serias las hablo con mi familia y la gente cercana. Está bien que las ofertas siempre estén ahí, pero ahora mismo no sé absolutamente nada. Cuando llegue el momento se hablará bien”. Salma acaba contrato con el Submarino este verano, con quien todavía no se ha sentado a hablar. “Tampoco sé los objetivos que puede tener el Villarreal la temporada que viene, habría que saberlo. Tengo que mirar todos los factores, hablar con la gente que tenga que hablar. Si todo encajara, seguro que me quedaría aquí”.

La sección femenina del Submarino ha crecido de forma lenta pero muy progresiva. Desde la llegada de Sara Monforte, el club ha pasado de Nacional a Primera Iberdrola en tres temporadas, y ha logrado la permanencia en esta última, a pesar de las dificultades. “El salto de Reto a Primera se tenía que notar, es así. Iba a ser un año sufrido, y lo sabíamos. Al principio cuesta un poco, el equipo tenía algunas jugadoras del año pasado pero era un poco nuevo, tenía que cuajar y conocerse. Una vez pasaban las jornadas nos hemos hecho más contundentes, más sólidas. Y al final de esta temporada hemos fluido mucho mejor en el campo y se ha notado la evolución un montón. Creo que todo el mundo confiaba en que se iba a sacar”, asegura.

Viendo cómo se hacen las cosas en el masculino y en categorías inferiores, no sería de extrañar que el proyecto se volviera más ambicioso a partir del próximo curso. “Es un proyecto de muchos años atrás. Venimos de Segunda, crecemos poco a poco. Y la apuesta va a ir a más. Ojalá siga así porque el Villarreal es un gran club y se merece estar ahí arriba. Cuando llegué aquí es verdad que estaba en la misma Liga, en Segunda División, pero fue un proceso de aprendizaje. Crecí un montón. Desde los 15 hasta los 18 siento que he madurado mucho futbolísticamente. Y creo que el Villarreal está creciendo al mismo compás”.

Gran parte de culpa en ese crecimiento recae en Monforte. “A mí personalmente me motiva y me inspira mucho. Con ella es que ha aprendido más que con cualquiera. He mejorado en entendimiento de juego, conceptos… En el Zaragoza venía jugando de extremo y conseguí sentirme a gusto en la posición de delantera que me puso Sara. Cogí polivalencia. La verdad es que Sara es muy buena entrenadora. Es un privilegio tenerla”.

Solo tiene 18 años, pero tiene las cosas muy claras y la cabeza en su sitio. La lesión le ha hecho madurar y ha salido reforzada de los últimos retos que ha tenido que afrontar. Ahora se siente lista para subir de nivel, para adaptarse a cualquier experiencia. “Sí, ahora ya me veo capaz de dar el paso. Que si me tengo que ir a un lado, poder vivirlo yo sola. He crecido un poquito más. Me veo preparada”. Tras vivir lo peor que le puede pasar a una deportista, Salma ha vuelto. No al punto de partida, no desde cero. Simplemente donde lo dejó hace unos 10 meses: con un brillante futuro a sus pies.

Contenido patrocinado por Iberdrola

Imagen de cabecera: @CVFFemenino

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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