Síguenos de cerca

Serie A

El jabalí y las brujas

El jabalí calidonio es el símbolo de la ciudad de Benevento. Este jabalí de fuerza sobrehumana fue liberado por la diosa Artemisa, molesta por un agravio en un rito, para devastar la región griega de Etolia. El rey Eneo de Calidón convocó una suerte de dream team de cazadores de la mitología griega -Teseo, Cástor, Pólux, Jasón, Meleagro, Atalanta…- para competir por acabar con el jabalí. Lo terminó matando Atalanta, protegida de Artemisa, que aprovechó la competencia por acabar con el animal para sembrar el caos entre los cazadores y cumplir su venganza.

Más tarde, cuenta la leyenda que Diómedes, héroe aqueo de la guerra de Troya, se dedicó tras la contienda a fundar numerosas ciudades en el sur de la península itálica, entre las que se encontraba Benevento. A esta ciudad concedió el honor de custodiar los colmillos del jabalí, trofeo que había heredero de su tío Meleagro, muerto tras la cacería.

Benevento se convirtió en uno de los puntos más relevantes a nivel histórico del sur de Italia: centro sannita de enorme importancia, fue clave en las guerras de expansión de Roma hacia el sur y, ya como colonia romana, como lugar estratégico en las guerras contra Aníbal. Cruce de caminos en las vías Apia y Trajana, arterias comunicativas de Roma con el sur itálico, adquirió gran importancia en el interior de la región, rodeado de los fértiles relieves apenínicos de la Campania.

No obstante, si la ciudad de Benevento es reconocida actualmente por un símbolo no es por el jabalí, sino por las brujas. En pleno período de cristianización, se mantuvieron cultos paganos en la zona a las diosas Isis y Diana, relacionadas con la magia, la caza y la noche. Las historias derivaron en relatos de actos de brujería alrededor de un nogal donde las janare realizaban aquelarres con cultos demoníacos.

El jabalí calidonio aparece en el escudo de la ciudad de Benevento. Una janara, en cambio, en el escudo de su equipo de fútbol, que tras 90 años de historia ascendió por primera vez a Serie B en el verano de 2016. Apenas un año después, la combinación de fuerza y magia dio sus frutos con la histórica promoción a la élite del Calcio.

Resulta curioso que el equipo de una de las ciudades más importantes del sur de Italia, que ha pasado casi 40 años en Serie C y de manera casi ininterrumpida desde los años ’70, no hubiera alcanzado jamás la segunda división del fútbol italiano hasta el año pasado… ¿maldición? Como más impactante resulta todavía que solo haya tardado dos años en dar el triple salto hasta la Serie A. ¿Brujería?

Los héroes

No obstante, esta temporada, donde los stregoni han encontrado su mayor virtud ha sido en la fuerza animal del bloque. Jugadores importantes en el primer ascenso como el capitán Fabio Lucioni, el ala Wálter López, los defensores Del Pinto y Padella, el delantero Karamoko Cissé y el carismático y talentoso Amato Ciciretti han sido también claves en Serie B.

Un grupo al que se le han unido futbolistas de mucha calidad que han aportado el extra, bien por sus prometedoras aptitudes –Alessio Cragno, Lorenzo Venuti, George Puscas-, bien por su experiencia en la categoría –Mirko Eramo, Nico Viola, Daniele Buzzegoli, Michele Camporese-. En este sentido cabe destacar el gran trabajo de Salvatore Di Somma desde 2013 en la dirección deportiva.

Una combinación de piezas en la plantilla que Marco Baroni, en su primera temporada en el banquillo sannita tras sus buenas experiencias en Serie B en Novara, Pescara y Lanciano, ha sabido aprovechar a la perfección. El equipo estuvo en los puestos altos de la tabla desde el inicio de temporada y, a pesar de quedar quintos en el playoff, acabaron con su maldición y superaron a Spezia, Perugia y Carpi para conseguir el histórico ascenso.

Baroni, que en Serie A cuenta solo con una efímera experiencia en Siena hace una década, será también el entrenador del Benevento en la élite.

El viento

A nivel directivo, esta época dorada del Benevento no se entendería sin la familia Vigorito, que adquirió el control del club tras su última refundación en 2005, cuando el equipo cayó a Serie C2 -entonces cuarta división-. ¿El impulso? El viento. Oreste Vigorito es uno de los pioneros de la energía eólica en Italia y su empresa IVPC (Italian Vento Power Corporation) es una de las principales en el sector.

Bajo el gobierno de Oreste y Ciro Vigorito, el equipo se estabilizó en la zona noble de la Serie C, sin lograr el objetivo de saltar a la élite. El enorme estadio de Santa Colomba -casi 30.000 espectadores de capacidad, solo 12.000 autorizados por seguridad-, orillas del río Sabato, fue remodelado y luego dedicado a Ciro Vigorito, fallecido en 2010.

Oreste Vigorito vendió el club en 2015 a Fabrizio Pallotta y Alfredo Fabbrocini, bajo cuyo mando y con Gaetano Auteri en el banquillo se consiguió el ascenso a Serie B. El pasado verano, Vigorito ejerció una opción de recompra para hacerse de nuevo con el control del club y llevarlo esta vez a Serie A.

Calcio di provincia

El del Benevento no es un caso aislado en la historia reciente de Serie A. En los últimos años, varios equipos de provincias, lejos de ser capitales regionales, han conseguido pasar por la Serie A. Sin ir más lejos, esta temporada la SPAL de Ferrara consiguió el ascenso -como los stregoni, de Serie C a Serie A en dos años- tras medio siglo lejos de la élite del fútbol.

Desde 2010, equipos como Novara, Cesena, Sassuolo, Carpi, Frosinone o Crotone -estos cuatro últimos también debutantes tras meteóricos ascensos- han pasado por Serie A con diferente éxito. El Sassuolo, potente económicamente, llegó incluso la temporada pasada a disputar competición europea, mientras Cesena o recientemente el Crotone han conseguido el milagro de salvarse con una plantilla limitada pero aguerrida.

Carpi o Frosinone no tuvieron la misma suerte, pero siguen establecidos firmemente en la zona noble de la Serie B, hasta el punto de que ambos se quedaron a punto de ascender esta temporada.

Como aliciente extra, la Serie A volverá a vivir un derby campano, que enfrentará a Napoli y Benevento, por primera vez desde los años ’80, cuando el Avellino -donde jugaba precisamente Di Somma- era un habitual de la élite del Calcio. Por la rivalidad entre ciudades, este derby estará lleno de pasión y color.

Con recursos muy limitados, se antoja complicado apostar por una larga estancia del Benevento en la élite, pero los ejemplos recientes demuestran que no es imposible. Con el apoyo místico de la fortaleza del jabalí y las brujas de Diana, que el Benevento se asentara por fin entre los equipos profesionales sería una gran noticia para el fútbol italiano y para su crecimiento en el sur.

Madrid, 1993. Oscense de adopción. Editor en @SpheraSports. Combino Calcio y ciclismo con todas las consecuencias.

Comparte la notícia

No te lo pierdas

Más sobre Serie A