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Argentina, Leo Messi, y poco más

Lionel Messi lanzó su camiseta a los hinchas argentinos que celebraron hasta enloquecer la agónica clasificación al Mundial de Rusia en Quito. Un cierre del ciclo más difícil de la selección argentina, que abre las puertas a un proceso de refundación rumbo al Mundial de Rusia 2018.

«Después de esto la selección va a crecer, va a ser otra«, prometió el capitán, que demostró una vez más tanto su compromiso con la camiseta celeste y blanca como su maestría con el «hat-trick» que puso el 3-1 sobre Ecuador y selló la agónica clasificación argentina en los 2.850 metros de altura de Quito.

«Es una liberación estar adentro y este grupo va a sacar muchas cosas positivas de todo esto«, aseguró. Messi y sus compañeros vencieron a los fantasmas, enterraron la peor pesadilla y evitaron lo que hubiera sido una catástrofe para el fútbol argentino.

El vestuario en el estadio olímpico Atahualpa fue una fiesta y también un desahogo. Jugadores y cuerpo técnico cantaron su alegría y le dedicaron su clasificación con duros calificativos a la prensa que los cuestionó. Instantes después, Messi puso fin a la veda autoimpuesta y por primera vez en casi un año volvió a hablar con la prensa argentina.

La reconstrucción de la selección que todos imaginaban si Argentina quedaba afuera del Mundial también tendrá lugar ahora. Messi salvó la clasificación, pero el técnico Jorge Sampaoli sabe que con Messi solo no podrá llegar muy lejos en Rusia.

El delantero reconoció que con el gol tempranero de Ecuador se le «pasaron un montón de cosas por la cabeza«. Su histórico compañero Javier Mascherano admitió que de haber quedado afuera del Mundial «para muchos se iba a terminar la historia«, es decir, se iba a venir una renuncia masiva.

Pero Messi le dio una nueva vida a la selección y abrió la ilusión de un nuevo Mundial, tras la frustración de la derrota en la final con Alemania en Brasil 2014, y a las que luego se sumaron las caídas en las finales de las Copas América 2015 y 2016. «Fue injusto lo que pasamos porque por merecimiento nos merecíamos haber ganado las tres finales», evaluó en Quito.

El campeonato mundial es el único título que le falta al delantero del Barcelona y por el que ya demostró que es capaz de dejar todo.

«Messi no le debe un Mundial a Argentina, el fútbol le debe un Mundial a Messi; es el mejor de la historia», aseguró Sampaoli.

Ya lejos de las urgencias con las que asumió cuando faltaban sólo cuatro fechas de eliminatorias, el seleccionador apuesta ahora a desplegar «en el mediano plazo una preparación distinta y una evaluación de cara a lo que viene». «Habrá un montón de correcciones en la planificación y en la selección. Tengo que trabajar duro para lo que viene», anunció el ex técnico de Chile y el Sevilla.

Sampaoli avisó además que «lo único que puede hacer que Argentina tenga protagonismo en el Mundial es si juega colectivamente».

La renovación pasará por combinar a los jugadores históricos con las nuevas promesas del fútbol argentino, un proceso que el técnico ya comenzó a transitar a fuerza de prueba y error y en las condiciones más difíciles, poniendo en riesgo la clasificación.

Mascherano, histórico ex capitán albiceleste, dio un mensaje claro: «Ojalá que podamos analizar lo de estos últimos tres años y reconstruir al fútbol argentino«.

«Como jugadores de selección pasamos por un montón de momentos, no me pongo en víctima, pero hay que analizarlo y no pensarlo por esta generación sino por la que viene. En algún momento nos iremos. Algunos más temprano, otros más tarde. Tenemos la obligación de dejar algo a los que vienen«, subrayó el «Jefecito», de 33 años.

Su caso es emblemático porque pasó de ser titular indiscutido a ir al banco en la era Sampaoli. Pero el entrenador debió apelar a su experiencia y jerarquía en las instancias más difíciles y Mascherano le respondió ante Perú y Ecuador. «Intentaré llegar a Rusia, ahí será el final, lo tengo claro. pero yo no decido, decide el entrenador«.

En el otro extremo, Mauro Icardi, una de las nuevas incorporaciones, consideró su citación «un premio» a su trabajo en el Inter de Milán. «Hago lo mejor posible y tenía fe que iba a llegar esta convocatoria. Espero seguir con la confianza del técnico«, señaló quien es junto a Paulo Dybala uno de los nuevos rostros del equipo.

«Si el equipo no lo ayudaba no se podía ganar, y el equipo al final se soltó, le dio una mano y Messi pudo sacar lo mejor de él», evaluó Icardi.

Messi cumplirá en Rusia 31 años y sabe que el Mundial del 2018 será tal vez su última gran oportunidad: «Voy a intentar dar lo mejor en el Mundial y, obviamente, vamos a intentar conseguirlo. Creo que si todos vamos de la mano todo es más fácil. Tenemos tiempo para crecer y mejorar. El equipo va a cambiar, va a ser otro, después de esto el equipo va a salir muy reforzado«.

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