Síguenos de cerca

Entrevistas

Adriana Cerezo: "Ojalá ser un tercio de lo que es Carolina Marín en el bádminton"

Es 24 de julio, el primer día de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 tras la ceremonia inaugural. La expectación es máxima por saber quién será nuestro primer deportista con medalla. Y entonces, como de la nada, irrumpe una adolescente de 17 años arrasando con todo, ganando sus tres combates como un relámpago y plantándose en la lucha por el oro olímpico en taekwondo. Su derrota fue lo de menos (¡había ganado una plata olímpica con 17 años!), pero para Adriana Cerezo, que ya se había puesto como objetivo el oro aún sin saber siquiera si iba a estar en Tokio, fue encender una llama que ha durado tres años.

Comienza la cuenta atrás hacia París.

Se acerca el momento y lo vivimos con mucha ilusión. En un mes empezaremos a ir todo el equipo concentrado a diferentes sitios, una parte muy bonita. Y deseando que lleguen. Es verdad que también quieres vivir el proceso, pero con muchas ganas de estar en la Villa, con la gente, con la equipación, con el ambiente, en el pabellón…Ya llegará.

Hablando del ambiente, para ti serán unos ‘primeros’ Juegos en ese sentido.

Sí, totalmente. Yo lo digo, son mis ‘primeros-segundos Juegos’, porque no tengo mucho conocimiento de si lo que viví en Tokio es así porque así son los Juegos, o porque había covid, o porque hay muchas cosas que no he vivido. Es bastante guay saber que he vivido lo que seguramente muchas personas no puedan vivir nunca, porque las circunstancias de unos Juegos con covid no creo que se vuelvan a repetir (espero que no), y ahora voy a vivir otra experiencia totalmente distinta, sin expectativas. Simplemente quiero disfrutarlo porque sé que los Juegos Olímpicos son siempre una locura.

En Tokio 2020 se nos quedó grabada a mucha gente la imagen en la que sales al tapiz con una sonrisa de oreja a oreja, animándote a ti misma y a la poca gente que había en las gradas. En París será incluso más espectacular.

Hombre, lo tengo claro. Yo al final sonreía a la cámara porque sabía que mis padres estaban detrás, y a la poca gente que estaba viendo en las gradas. Pero obviamente unos Juegos Olímpicos es un sueño, y yo quería vivirlos y ser consciente de que los estaba viviendo. Ahora en París exactamente igual, pero con el plus de que sí van a estar mis padres, mi entrenador conmigo al lado, mis tíos, mis primos, amigos… todo el mundo va a estar allí y podré ver caras conocidas. Si ya en Tokio sonreía, en París va a ser de otro mundo.

Eran tus primeros Juegos, tenías 17 años, no estabas en el radar de mucha gente… Llegabas con varios éxitos cosechados ese año, pero no sé si esperabas pelear por el oro olímpico.

Sí. Nosotros íbamos con la idea de pelear por el oro. No nos planteábamos ir a ‘participar’ a unos Juegos. Es verdad que la gente desde fuera no te conoce tanto, por la edad, porque competía en otras categorías… pero desde el primer momento de la preparación, cuando nos planteábamos ir a los Juegos (ya ni siquiera cuando clasificamos), y mi entrenador, Jesús, me preguntó si estaríamos preparados para lo que sea, yo tardé en contestar. Pero después del entrenamiento de ese día le dije que sí, que estaría preparada para todo. Y desde entonces estaba muy claro el objetivo. Que vamos a por todo. Si caemos en primera ronda, pues puede pasar. Esto es un juego, todo el mundo sale a ganar. Pero no seamos nosotros los que nos limitemos. Vamos a por todas. Y en París igual. 

Pero es que como unos cinco meses antes ni sabías si ibas a participar en los Juegos.

Yo creo que ni tres meses antes lo sabía (risas). Claro, porque hasta que la Federación no tomó la decisión de que fuera al preolímpico, estaba muy en entredicho. No solo por la gente de mi peso, sino porque solamente podían ir dos chicas al preolímpico de los cuatro pesos que hay. Y claro, yo era muy pequeña. Que la Federación confiase en mí fue un paso. Tuve suerte de que se me diera bien el Europeo absoluto (quedé campeona de Europa), y luego había que clasificar. Pero lo vivimos todo con mucha paciencia y equilibrio, y al final se dio ese resultado.

Que siendo tan joven consiguieras esa plata olímpica, para muchos nos supo a oro. Pero a ti, en ese momento, caliente después de haber perdido esa final, te vimos bastante enfadada. 

Más que enfadada (que también), era decepcionada. Yo trabajo todos los días por un sueño, que es quedar campeona olímpica. Volver a una final olímpica. Pero en tres años yo no sabía si me iba a torcer un tobillo y no iba a poder, o si mañana me va a dejar de gustar el taekwondo y quiero dedicarme a otra cosa. Es algo que es muy complicado volver a vivir. Obviamente, sé que la voy a volver a vivir, y trabajo para ello, para competir en todas las finales olímpicas que pueda y más (risas). Pero era una oportunidad única, y pensar que la has desperdiciado… Porque si hubiera perdido de forma contundente, obviamente tampoco me habría sentado bien, pero lo aceptas de otra forma, la otra era mejor y punto. Y la otra fue mejor y ganó justamente, pero ver que has estado tan cerca, y que lo has tirado…Pensé que había perdido la oportunidad de mi vida. Era una sensación de tristeza, de decepción. Pero esa ya está superadísimo.

¿Se te ha pasado muchas veces por la cabeza ese combate en estos tres años?

Yo creo que cada día de mi vida. Cada vez que tengo una entrevista y pienso en eso, me pongo las imágenes hasta la hora de dormir. Si esta noche no duermo es por tu culpa (risas). No, todo lo contrario. Es la parte bonita del deporte, vivir todos los lados. Espero poder sacar la parte positiva, ganar y sacar todo adelante. Esa vez me tocó a medias, hasta la final, y perder la final. Si todo estuviese cumplido y fuese fácil, no tendría mucho sentido, ni tendría mucho mérito ser campeona olímpica. Lo bonito de todo esto es la dificultad que tiene, que todo el mundo pelea por ello, es el sueño de mucha gente y todos creen que lo pueden conseguir.

Muchas veces se dice que los Juegos es algo efímero, que una vez pasan ya nadie se acuerda de los deportistas, pero parece que no ha sido tu caso. Te has mantenido en el foco, aumentaste tu impacto en redes más de un 1000%, apareces en revistas, has conseguido patrocinadores… ¿Cómo se gestiona todo eso?

Es verdad que mirándolo desde un prisma más objetivo y con perspectiva, fue una locura. No estamos preparados para la exposición que tenemos. Tener una medalla olímpica era simplemente algo deportivo. Y luego es más allá: sales en medios, la gente te conoce más y se interesa, hay patrocinadores…Hasta que te acostumbras es raro y te cambia un poco el concepto. Pero es muy necesario para todos los deportes minoritarios como el taekwondo que pasen estas cosas. Para que evolucionemos, aumenten el número de licencias… Fue un poco caótico hasta que empiezas a poner todo en su sitio. Lo hemos organizado bien y todo lo que nos ha aportado ha sido positivo.

No sé si sientes que ahora tienes un poco más de responsabilidad por ser la imagen del taekwondo español, de dar visibilidad a este deporte tal y como ha hecho Carolina Marín con el bádminton, por ejemplo.

No, no, responsabilidad cero. Al revés. Me haría muchísima ilusión ser un tercio de lo que es Carolina Marín en el bádminton. En el taekwondo hay un historial de medallas olímpicas enorme, de gente con un currículum brutal. De hecho, voy con tres compañeros más a los Juegos, una chica y dos chicos, que todos tienen opción de medalla. La responsabilidad se nos divide un poco entre todos. Pero ojalá todo el mundo tuviese esas expectativas en mí, y que crea que lo voy a conseguir. Porque mis entrenadores, mi familia, mi entorno y yo creemos que es posible y que lo vamos a hacer. Que la gente de fuera lo vea, anime y sienta ilusión por mí es un sueño y uno de mis objetivos también.

¿Qué es lo que más has mejorado en estos tres años?

Yo creo que lo que más he ganado es un poquito de experiencia. El hecho de haber vivido unos Juegos con 17 años ya me da un plus a la hora de llegar a estos. El poder vivir grandes eventos, rodearme de gente de alto nivel cada mes en cada campeonato. Eso me ha dado un poquito más de madurez. De todo vamos evolucionando, y de cada experiencia que tenemos siempre aprendemos algo, bueno o malo.

Te he leído decir alguna vez que quieres hacer historia en el deporte. ¿Qué sería para ti hacer historia?

Más que el número de medallas, considero hacer historia el cómo las consigues. Que yo, cuando termine el campeonato, realmente crea que he merecido tener esa medalla por la forma en que lo he hecho, y que la gente considere que me la merezco. Que hasta la persona que más me pueda odiar en el mundo diga: ¡olé! (risas) Es verdad que hay muy pocos campeones olímpicos, y lo primero es serlo y luego ya veremos el ‘cómo’. Pero es algo con lo que sueño, que todo el mundo crea verdaderamente que he sido mejor.

Dar espectáculo, ¿no? Como en el tenis, que quizá se les recuerda más a los campeones que hacían disfrutar a la gente. Como ahora Carlos Alcaraz.

Efectivamente. Ser un Carlos Alcaraz o un Roger Federer en el tenis. Todo el mundo ve algo distinto en esas figuras del deporte. Los resultados son súper importantes para marcar la diferencia, pero siempre dan algo más.

La salud mental está dejando de ser un tema tabú. A ti te vemos en competición muy segura de ti misma, ¿eso cómo se construye?

Para que yo esté segura en el tapiz, tengo que estar segura de haber hecho todo lo que estaba en mi mano. En el momento en el que sabes que no has hecho algo del todo bien, que no has descansado bien, que no te has alimentado bien esa semana… Ese sentimiento de culpabilidad es lo que te hace salir con un pico más de desconfianza. Y la confianza te da resultados, saber que todo lo que estaba de tu parte lo has hecho.Hay muchos factores en una competición, y muchos dependen de ti, que los puedes controlar. Y luego otros externos que no puedes controlar. Si algo tiene que fallar, que sea lo que no está en tu mano. Con el tema de la meditación llevo muchos años, desde 2018. Me viene bien parar, recapacitar, ser consciente de que no deja de ser un deporte, un juego en el que he decidido jugar, que me gusta. ¿Por qué voy a estar sufriendo por esto? Hay que salir ahí y poner en práctica lo que hago todos los días de mi vida. Ese día no va a ser menos.

Los Juegos Olímpicos son, por suerte o por desgracia, el mayor escaparate para el deporte femenino español. ¿Qué papel esperas de nuestras deportistas en París?

El auge es brutal. Obviamente hay muchas cosas que mejorar, pero la línea que se está siguiendo, tanto de medios como de patrocinadores, está siendo súper positiva. Que los Juegos sean el mayor escaparate no creo que sea nada malo. Es también para todos los deportes minoritarios. Tenemos que aprovecharlo. Cada una tenemos nuestros objetivos y metas deportivas. La repercusión social va a venir en consecuencia por los resultados y el trabajo que estamos haciendo.

¿Te mojas con un número de medallas de España?

En Tokio fueron 17. Yo sí confío en que se puedan sacar 21 o 22 medallas. En Tokio hubo varias bajas de medallas que eran casi seguras. El impulso que estamos teniendo en los deportes minoritarios en los últimos tiempos se va a ver reflejado en el medallero. 22, voy a decir, 22. Hay que superar Barcelona.

Contenido patrocinado por Iberdrola

Medio independiente. Canal de información, análisis & opinión deportiva. 'El deporte más allá de la noticia'. Contacto: info@spherasports.com

Comparte la notícia

No te lo pierdas

Más sobre Entrevistas