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300

Sergio
Busquets ha cumplido los 300 partidos en Liga como azulgrana,
convirtiéndose en el décimo jugador en unirse al selecto club
tricentenario. Una cifra que solo han alcanzado Xavi, Iniesta, Messi,
Puyol, Migueli, Valdés, Rexach, Amor y Zubizarreta.

Aunque
en el fútbol, salvo excepción de expulsiones, inicia en la equidad
de ser once contra once, en similitudes, Busquets sería el rey capaz
de enfrentarse con 300 guerreros a un ejército inmensamente
superior. Sería el líder que todo luchador seguiría, el futbolista
que cualquier entrenador desearía tener en sus filas, defendiendo su
fútbol, ejerciendo su mandato.

Diverso
de una estética cada vez más habitual, sus piernas ejecutan
lecciones magistrales, que le llevaron a consagrarse como pieza clave
del engranaje azulgrana. Presiona, recupera y reparte. Es el
termómetro que proporciona el equilibrio en la línea defensiva y en
la medular, guardando las espaldas, construyendo los cimientos de
jugadas de ensueño que terminan cruzando la línea de portería,
causando la plenitud de tantas alegrías. Sin embargo, la sensación
es que las heroicidades de Sergio, uno de los pilares que sostienen
la esencia del juego, respiran en silencio. Es curioso que su clase y
omnipresencia nunca haya estado presente en la selección de
finalistas nominados al Balón de Oro. Lejos de lo mediático, sin
perfiles en las redes sociales, en un segundo plano cuando tantas
veces es protagonista. Infravalorado, ante la excelencia de sus
actuaciones.

Una
temporada más, el Barcelona sigue manifestando la ineludible
necesidad de disponer de Sergio. Sigue dando luz al conjunto,
protegiendo el cuero y aplicando su fascinante lectura táctica. Del
mismo modo, Busquets sigue recordando que será inimitable. Una mente
que circula más rápido que el balón, para saber qué hacer con él
antes de que llegue a sus pies. Nueve años de exhibiciones en la
élite.

Lo
de Busquets no es una cuestión de romanticismo, nostalgia o apego a
un estilo. Se antoja una tarea realmente compleja hallar un jugador
que cumpla con las mismas características. Un talento innato que ha
formado parte de una generación de jugadores únicos e irrepetibles.

Cumplidos
los 300, va en busca de su séptimo título de Liga, para ampliar un
palmarés más que envidiable. No hace ruido, su fútbol no se
muestra junto a una estruendosa banda sonora, pero luce con una
belleza que ha escrito parte de la historia del fútbol.

“Llegará una
nueva época, una época de libertad. Y todos sabrán que 300
espartanos dieron hasta su último aliento para defenderla”. Sergio
Busquets fue uno de ellos, defendiendo su escudo y rubricando su
fútbol , haciendo que éste pudiera disfrutarse y entenderse de otra
forma. No hay palabras que hagan justicia a sus años de dedicación
balompédica ni al calibre de su aportación y transcendencia. Ni
hechos o reconocimientos. El gol siempre tuvo la ventaja de ser el
foco de atención, sin embargo los aplausos pueden sonar más fuerte
que los premios o las portadas no concedidas. Brillar en silencio y
ser recordado para siempre, sus 300 en Liga, y todas las cifras que
alcanzará un jugador que apostó alto y nunca defraudó.

Editora en SpheraSports. Especialista en Scouting y análisis de juego por MBPSchool. Sport Social Media. Eventos Deportivos

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