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Valencia

La consagración de un ‘9’ en Mestalla

Llegó el 15 de enero con muchísimo revuelo y con una dimisión detrás. Su avalador Cesare Prandelli se fue sin ni siquiera darle la bienvenida al Valencia C.F. No es agradable llegar así a un lugar hostil donde tan solo un fallo te puede condenar al ostracismo e infierno ‘ché’. Sin embargo, si alguien fue valiente en aceptar críticas y asumir ser el ‘9’ de Mestalla, ese fue él, Simone Zaza.

El delantero italiano de 25 años no aterrizaba a la ciudad del Turia por sus goles o por su olfato de ‘killer’ en ese momento. Su último gol fue con la Juve en mayo y en el West Ham inglés estuvo desterrado al último rincón del banquillo. No obstante, su sitio sabía que era Valencia. Él era consciente de que su zurda iba a resurgir y volvería a ser el de antes en el fervor del ambiente ‘ché’. Sin competir y sin apenas ritmo de juego en sus piernas pero con un objetivo marcado como cada tatuaje que lleva en su piel. Bregar cada balón como si fuera lo último que vaya a hacer en su vida. Así llegó el apodado ‘Sammina’ por su zurda mortal.

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Poco a poco se fue ganando a la afición. Primero saliendo desde el banquillo y demostrando las capacidades que atesora. Su fuerza aérea fue el primer detalle que impresionó la afición valencianista. El juego directo y en largo ya no es un problema en el sistema de juego ‘ché’, es un complemento más a la hora de salir a jugar. La confianza de Salvador González ‘Voro’ en él fue absoluta y desde que fichó gozó de esta faceta. Poco a poco iba sintiéndose mejor consigo mismo y el partido en Mestalla contra el Athletic fue determinante. No sabía lo que era celebrar un gol desde hacía 11 meses y por fin vio puerta en ese encuentro. La alegría y la felicidad fueron por dentro. Toda la presión que sentía hasta entonces se desquitó con ese gol. Era solo el principio del idilio entre la afición valencianista y Zaza.

Simone Zaza fue clave con un gol en la victoria del Valencia contra el Real Madrid | Manuel Queimadelos Alonso/Getty Images

Una relación que se fortificó y unió todavía más en el partido más importante de la temporada para el Valencia. El Real Madrid visitaba Mestalla consciente de la situación delicada por la que atravesaba el equipo ‘ché’, pero lo que desconocía es que había un ‘9’ con mucha hambre de gol. Su control, su reverso y su golpeo de primeras con la zurda siempre serán recordados entre los goles más bonitos que ha visto la afición valencianista. Ahí sí que estalló Simone.

Más allá del golazo ante el equipo de Zidane, la lucha, el sacrificio y el trabajo son las aptitudes que describen a ‘Sammina’. Nadie puede reprocharle que no corra, que no se deje la piel por el escudo, que no luche cada balón como si fuera el último. Esto es lo que quería Mestalla desde un primer momento. Un tipo que pese al resultado, esté los 90 minutos bregando con los adversarios. El exvalencianista Paco Alcácer dejó una huella muy importante en la posición donde cohabita el italiano, pero solo él ha sabido ganarse al valencianismo como nadie.
Un delantero vive de los goles que mete pero en este caso, la afición ‘ché’ es consciente de que Simone es más importante que todo esto.

Todas estas aptitudes que demuestra han dado al equipo confianza y ganas de seguir luchando en una temporada oscura y nefasta donde tan solo se lucha por quedar en tierra de nadie. A veces, todo este trabajo y sacrificio no tienen recompensa pero hay otras que sí. El domingo fue un claro ejemplo de ello. Dos goles del delantero italiano en dos minutos dieron la victoria ‘ché’ en Granada. Su fiel amigo Álvaro Morata ya lo predecía y su compañero Gayà luego bromeó con ello, pero lo que está claro es que Simone Zaza se ha consagrado con creces como el ‘9’ del Valencia C.F.

Alicante, 1995. El periodismo deportivo y el fútbol internacional como estilos de vida. "Proponte algo, consíguelo". @AngelCort8

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