Síguenos de cerca

Atletismo

Zatopek, la leyenda de la locomotora humana

Todos y cada uno de los seres humanos que habitan este planeta llegan a él con una serie de virtudes y defectos. La gran mayoría de ellos pasan desapercibidos al no explotar las cualidades que atesoran, y que con total seguridad, desconocen poseer. Emil Zatopek es un claro ejemplo de todo lo contrario, alguien que gracias a una serie de circunstancias descubrió ser poseedor de un auténtico don. El que fuera considerado mejor fondista checo de toda la historia nació en la ciudad checoslovaca de Kopřivnice un 19 de septiembre de 1922. A los 16 años de edad pasó a formar parte de la escuela profesional, para posteriormente ejercer como aprendiz en la fábrica de zapatillas Bata situada en la ciudad de Zlin, donde sin ser consciente de su suerte, comenzó un idilio con el mundo del atletismo que provocó la eclosión de un auténtico portento físico.

La empresa organizó una carrera donde debían participar todos los estudiantes de la escuela profesional, por lo que Zatopek también se vio obligado a tomar parte en ella. Hasta ese momento el hombre que pasaría a la historia con el sobrenombre de “La locomotora humana” jamás había participado en ningún evento relacionado con el atletismo, ignorando que poseía unas magníficas cualidades que lo llevarían a hacer historia en el mundo del deporte.

A pesar de participar a regañadientes en dicho evento, Emil Zatopek acabó la carrera en segundo lugar, un hecho que despertó el interés del corredor checo por las pruebas atléticas y que dio paso a una serie de éxitos deportivos impensables tiempo atrás. Tras pasar a formar parte del ejército de su país comenzó a despuntar como atleta en el Europeo disputado en Oslo en 1946. A pesar de no poder luchar por el triunfo el corredor centroeuropeo logró alcanzar una meritoria quinta posición, lo cual le otorgó el pasaporte para disputar sus primeros juegos olímpicos dos años después.

En Londres Zatopek disputó las pruebas de 5.000 y 10.000 metros, acabando segundo la primera de ellas por detrás del belga Gaston Reiff y logrando la medalla de oro en la segunda, donde mostró una superioridad aplastante sobre su rival y amigo el francés Alain Mimoun, a quien aventajó en nada más y nada menos que 48 segundos. Nadie había logrado con anterioridad una victoria tan holgada en una prueba de tal distancia, de manera que la hazaña conseguida por el fondista checo no pasó desapercibida para un público que desde aquel momento empezó a idolatrar al campeón de los 10 kilómetros.

Su manera de correr fue sin lugar a dudas su seña de identidad. Con un estilo poco ortodoxo Zatopek transmitía una sensación de puro sufrimiento a los espectadores. Sus continuas zancadas acompañadas de las muestras de dolor que evidenciaba su rostro en todas y cada una sus carreras lo convertían en un “mártir” de las competiciones, una locomotora que lejos de desfallecer, superaba a sus rivales a pesar de que estos parecían mucho más enteros que él tanto física como psicológicamente.

Tras acabar como un auténtico ídolo los juegos olímpicos de Londres, el plusmarquista checo fue capaz en tan solo cuatro años de batir hasta en once ocasiones los diferentes records mundiales de distintas pruebas atléticas, hecho que lo convirtió en el auténtico rival a batir de cara a las olimpiadas de 1952 disputadas en Helsinki.

Aquellos fueron los juegos de Zatopek. No solo cumplió con las expectativas que lo colocaban como favorito en varias especialidades, sino que fue capaz de hacerlo batiendo los récords que él mismo había firmado en anteriores ocasiones. Sumó sendos oros en sus mayores especialidades, los 5.000 y los 10.000, para posteriormente sorprender a todo aficionado al atletismo participando por primera vez en la modalidad de maratón. El público no salía de su asombro tras comprobar con sus propios ojos como la locomotora checa cruzaba en primer lugar la línea de meta con el mejor tiempo de la historia de los juegos. Un tercer triunfo que lo convirtió en el único atleta capaz hasta la fecha de conseguir en unas misma olimpiadas tres medallas de oro en las modalidades de 5.000, 10.000 y maratón.

Los éxitos cosechados durante su carrera deportiva lo convirtieron en coronel del ejército checoslovaco. Un rango que posteriormente acabaría perdiendo tras mostrar su apoyo al político Alexander Dubcek ante la inminente invasión sufrida a manos del ejército soviético. Zatopek fue degradado, ejerció como barrendero para poder sobrevivir, pero años más tarde, gracias a la presión de su pueblo para que fueran reconocidos los éxitos del mejor atleta que ha dado su país hasta el día de hoy, recuperó parte de su posición.

Emil Zatopek murió el 22 de noviembre del año 2000. Para el recuerdo dejó una serie de proezas deportivas, algunas de las cuales se mantienen todavía imbatidas a pesar del paso de los años y del perfeccionamiento de las técnicas de entrenamiento actuales.

La locomotora humana quizás no hubiera corrido jamás de no ser por las casualidades, pero las circunstancias quisieron que convirtiera las carreras de larga distancia en una filosofía de vida. El que para muchos fue el mejor corredor de fondo de todos los tiempos lo repitió en más de una ocasión: “Si quieres ganar, corre los 100 metros, pero si lo que quieres es experimentar y vivir, corre maratones”.

Imagen de cabecera: Imago

Comparte la notícia

No te lo pierdas

Más sobre Atletismo