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Eisern Union, unión infinita

Imagina, por un momento, que pierdes a uno de tus mejores defensas para lo que queda de temporada porque lo ha fichado otro club y, además, tu máximo goleador pasa las últimas semanas fuera por la disputa de la Copa África. Y, a pesar de esos inconvenientes, tu equipo está en los puestos más altos de la clasificación, con opción de disputar la Liga de Campeones. Ahora visualiza al equipo más pequeño de la competición entre transatlánticos. La épica del Union Berlin sigue latente desde que aterrizaron en la élite. Cada año se han superado y, en esta ocasión, toca dar un pasito más. De momento, paso a paso, todo fluye.

La gente es consciente de que la hazaña del Union no es fácil de repetir cada año, pero ellos mismos se encargan de romper todas las expectativas. Ahí están, cuartos, por detrás de Bayern, Borussia Dortmund y Leverkusen. Luego, ellos. Ni el Leipzig, ni el Wolfsburg, ni el Eintracht. Ni siquiera el Hertha, el vecino rico de la capital. El rojo es el color de moda, a pesar de la adversidad. Sin Awoniyi, pero con un Max Kruse manteniéndose a gran nivel, liderando el ataque. Es el Union, un equipo diferente acoplado entre grandes, mirándoles a la cara, retando a sus rivales sin miedo. Es cuestión de imaginar. El curso del Union sigue hacia delante. Primero fue la permanencia, luego a la Conference League y, ahora, entre Europa League y Champions. Sin embargo, aún no hay nada decidido.

Solo imaginarlo ya alegra a cualquiera. Solo pensar que un club como el Union Berlin llegue a competir a ese nivel hace despertar la magia del fútbol. Los de Köpenick son el ejemplo del fútbol romántico, de que el sentimiento puede competir con los billetes. Aunque sea tópico, es digno de admirar. Pero se caería en un error si se piensa que es mejor esa manera de ver el fútbol que la de otros. Al igual que hay diferentes maneras de afrontar el juego, también las hay a la hora de gestionar los clubes y ahí entran los gustos de cada uno. Lo que está claro es que el dinero se adueña de todo. Que también los deportes han sucumbido a ese poderoso caballero. Aun así, el valor que tiene la trayectoria que está cogiendo el equipo de Urs Fischer les convierte en el equipo rebelde. Eso sí, la rebeldía bien entendida. Aquellos que siguen su camino por el mérito que le ha dado la competición.

No hay que olvidar que, al frente del proyecto, se mantiene el mismo técnico que estando en Segunda División. No solo hay buen trabajo, sino que también hay paciencia. Un equipo que se mantiene por encima de sus posibilidades y, encima, lo hace con gusto. Pero se mantiene ahí, no por derroche, sino optimizando hasta el último recurso posible. Al decir ‘por encima de sus posibilidades’ lo digo a sabiendas. Porque, como un famoso aficionado español del Union dice, lo primero es conseguir la permanencia y, a partir de ahí, todo lo que venga después será bien recibido. ¿Falsa modestia? Para nada. Es la realidad.

Aunque quedan catorce jornadas por disputarse la única realidad es que el Union Berlin ocupa plaza de Champions y que, como ha hecho siempre, competirá todos y cada uno de los puntos que quedan por disputarse. Y eso, teniendo la baza del Stadion An der Alten Försterei, un campo en el que solo el Bayern ha conseguido vencer, en Bundesliga, en muchos meses. Esa seguridad mostrada en casa en liga no llegaron a mostrarla en competición europea, pero eso tiene trampa puesto que disputaron sus encuentros como local en el Olímpico, la casa del vecino, por decisión de la UEFA. Por lo tanto, su casa sigue siendo un fortín del que pocos han conseguido sacar una victoria. Honor a Urs Fischer y los suyos.

Imagen de cabecera: FC Union Berlin

Puerto de la Cruz (Tenerife), 1983. Bloguero en fase de evolución. Amante del fútbol global, blanquiazul de corazón y rossonero por aficción a este señor deporte. Conocido en el mundillo como "Humilde Aficionado". El balón, nuestro mejor amigo.

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