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Una semana de Eurocopa

Llevamos una semana de Eurocopa. No está mal como dato. Ya aviso desde el principio, por si quieres dejar de leer: está escribiendo un panenkita apasionado por las fases de grupos. Me entusiasman esos momentos en los que el lateral derecho de Macedonia del Norte se convierte en el mejor del mundo. Así somos algunos. Hace tan solo siete días nos manteníamos en nuestro sillón embelesados por el regocijo que nos transmitía la llamada caja tonta; cuando la televisión era el TikTok de hoy en día. Aunque no hemos venido a hablar sobre patrocinadores. Dejaré mi Coca-Cola a mi lado y seguiré escribiendo estas líneas porque tampoco es plan de golpear al que pone el dinero. Son las reglas del juego que nos impusieron sin que nos diéramos cuenta. Y aquí no las vamos a cambiar.

El sábado se se desvaneció toda esa ilusión. Eriksen se había desmayado. Nadie sabía qué ocurría, pero los síntomas eran preocupantes. En ese momento, además de sentir impotencia, volvimos a palpar lo ingenuos que somos. Creemos que el balompié, además de ser un acicate para nuestras vidas prosaicas, es algo más que un juego. El sentimiento nos puede. Y, entonces, cuando un futbolista pierde el pulso entendemos que puede que no tenga tanto sentido. Eso nos dura poco. Olvidamos muy fácilmente.

Aunque en toda desgracia siempre hay alguien que se aprovecha. Qué decir de esos programas que se gustaron viendo cómo una persona se debatía entre la vida y la muerte. Incluso, ¿por qué no? hubo tiempo para hacer vídeos con narraciones con la voz rota. Miren cómo cae, miren cómo tiene la cara desencajada, miren cómo sufren sus compañeros. Tan solo quedaba apagar el televisor. Pero ahora míranos a nosotros. Hoy hay un Inglaterra-Escocia y volvemos a pensar que es algo más que un partido. Nadie aprende. Aunque las intenciones de los hunos y los hotros, como decía Unamuno, sean distintas.

Imagen de cabecera: Imago

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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