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Fútbol Español

Un marrón

Una de mis mayores alegría es leer al gran Miguel Gutiérrez cada miércoles. Siempre me preparo el café, con toda la calma del mundo, para disfrutar con sus cosas. Sus artículos, mordaces, critican las bobadas del periodismo deportivo. La verdad es que tiene mucho trabajo. Adoro, especialmente, su obsesión por las muletillas que han puesto de moda los escribidores del deporte: todo es literal -creo que eso lo puso de moda Maldini– y el horrible «a día de hoy». Esta última coletilla ya ha entrado en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Y, lo cierto, es horrible.

El caso es que le cuestionaban, en su último escrito, que hablara de Pedrerol. «Has ido a lo fácil, amigo» le comentaban en Jot Down. A mí a veces me ocurre lo mismo: veo la Supercopa de España en Arabia Saudí y entro en cólera. Dejarlo escrito por aquí es una buena manera de relajarse.

Es evidente que a los futbolistas no les hace ninguna gracia jugar ahí. Irse a Oriente Medio en enero, tras el maldito Mundial, es un ataque directo al aficionado al fútbol en general ya que no solo afecta a los seguidores de los equipos involucrados: a nadie le gusta ver estos envites en un campo semivacío y sin pasión. Sí, es cierto que los saudíes ponen aficionados falsos en las gradas, pero lógicamente no igualan la emoción que podríamos vivir en nuestro país.

Ya sé que es un sinsentido seguir criticando este formato: los que ganan dinero con él, especialmente Geri y Rubi, nos justificarán de todas las maneras que es un paso adelante para el balompié nacional. Aunque todos sabemos, incluso ellos, ya que no se creen su mentira, el argumento primordial. El último en conversar sobre este formato ha sido Sergio Canales. Esto decía en El Mundo: «Me gustaría ser más valiente y decir ‘no’, pero al final estoy aquí. Muchas veces desde fuera es fácil hablar, pero entre todos debemos mejorar las cosas«. No es fácil.

En el verde, el Real Madrid consiguió el pase casi sin querer. El Valencia, en muy mal momento, batalló con algo más de ilusión, pero terminó cayendo en los penaltis. Los planos, en cada lanzamiento desde el punto fatídico, eran muy divertidos: se veía que no había despertado mucho interés el encuentro. Con la victoria de los blancos ya está más cerca lo que quieren los mandamases: una final entre FC Barcelona y Madrid.

Imagen de cabecera: @RFEF

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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