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Bundesliga

Un domingo cualquiera (o no)

La Bundesliga es una competición que se toma muy en serio los horarios y a la que, los cambios, como el de implantar un partido el lunes por la tarde, suele sentarle mal. Tanto que las aficiones se quejaron y los lunes dejaron de ser ocupados por partidos de la Primera y 2.Bundesliga, dejando el hueco únicamente para un partido de 3.Liga. El tema actualmente es que, dependiendo de las competiciones europeas o del parón por los partidos de selecciones, hay un horario que se modifica cuando es necesario. Pues este último fin de semana, en la jornada 23, se dio ese cambio de fecha y acabaron disputándose tres partidos, con la particularidad de que en esos tres estaban implicados los dos grandes de la competición, Bayern y Borussia Dortmund, además del tercero en discordia, el último en llegar a la élite del fútbol germano y que se ha convertido en habitual también en el viejo continente, el RB Leipzig.

Para hacerlo más emocionante, los tres duelos tenían un trasfondo más que curioso. Tres equipos que no suelen coincidir jugando diferentes encuentros en domingo. Un derbi bávaro entre los muniqueses y el Greuther Fürth. Luego, otro derbi, pero sin rivalidad territorial, el de los dos Borussias, Dortmund y Mönchengladbach. Por último, un duelo entre dos proyectos ambiciosos con diferente resultado, Hertha BSC y Leipzig. El día prometía emociones fuertes y las hubo. De eso trata este texto, de lo excepcional que fue el domingo 20 de febrero en la Bundesliga y todo lo que sucedió.

Para empezar, el domingo se abrió con un duelo de rivalidad regional algo desnivelado entre el Bayern y el recién ascendido Greuther Fürth, que después de un inicio desastroso, está consiguiendo algunos buenos resultados. El equipo de Nagelsmann venía de caer rotundamente frente a otro recién ascendido y empatar en Salzburgo en la ida de los octavos de Champions. El duelo ante el Fürth fue dominado por los locales, pero se marcharon por detrás en el marcador gracias a un gol de Branimir Hrgota, uno de esos jugadores que no tienen suerte en la élite y bajan un escalón para rendir. Otra vez, frente a un recién ascendido, el Bayern se marchaba al descanso por detrás en el marcador, con la diferencia de que, en Bochum, caían por un contundente 4-1. Seguían sin estar Neuer, Davies y Goretzka y, a ellos, se les había unido la baja de Coman. No obstante, las bajas no eran excusa en un duelo tan desnivelado, a priori, como ese. Al final, no hubo sorpresa alguna. El Bayern le dio la vuelta al marcador con Robert Lewandowski como protagonista, goleando por 4-1.

En el turno siguiente tocó un duelo especial. Una rivalidad que no es geográfica, pero sí de nombre. Se enfrentaban los dos Borussias. El actual máximo rival del Bayern contra el que le disputaba el trono en la década de los 70. Mientras Marco Rose mantiene a su equipo en segunda posición y protagoniza un mal papel en Europa, sumado a la eliminación copera, los Potros, de la mano de Hütter, están pasando por un momento muy malo, más cerca de la zona baja que de los puestos europeos. Ambos técnicos, a pesar de tener trayectorias muy distintas, estaban siendo discutidos. El Dortmund, liderado por Marco Reus, arrasó a su rival sobre el campo, endosándole un 6-0. Era la segunda vez que Hütter encajaba ese set en blanco, tras la visita del Freiburg al Borussia Park. Consuelo para unos y continuación del drama para otros.

Para cerrar el día tocó el duelo en el Olímpico de Berlín entre el Hertha y el Leipzig. ¿Por qué es importante este duelo? Los berlineses tienen un inversor desde 2019 y la inversión que ha hecho en el club, más que dar resultados, ha sumido al equipo en un peligroso coqueteo con la zona baja. Se fichó a algunos jugadores interesantes, pero los resultados no llegan y el banquillo sigue triturando entrenadores. Ya están, claro está, pensando en el que será el entrenador para la próxima temporada. Otro proyecto a la basura. El conjunto de Red Bull, en cambio, después del pobre inicio con Jesse Marsch, ha remontado el vuelo de la mano de Domenico Tedesco y con la participación clave de un Christopher Nkunku pletórico y un Dani Olmo mostrando, de nuevo, la calidad que atesora. El francés y el español lideraron a su equipo en la tercera goleada del día, un 1-6. Los fantasmas que revoloteaban por el club meses atrás ya habían desaparecido, aunque la decepción europea sigue latente. Y eso que tuvieron como rivales de grupo a los llamados ‘clubes estado’, candidatos a todo.

La Bundesliga es famosa por su juego alegre, vistoso, sin miedo. Por tener partidos con muchos goles. El pasado domingo 20 fue un claro ejemplo de ello, un día especial. Los tres equipos alemanes importantes del momento acaparando focos en un mismo día, protagonizando resultados escandalosos y con sus respectivas historias. La demostración de que el Bayern, a pesar de la superioridad, es humano. De que el cambio del banquillo en Red Bull ha sido un acierto y la gestión del Hertha, como afirmó su inversor principal, había sido un error. Poco se puede dudar de una liga como la Bundesliga. Que sí, que el Bayern es el dominador absoluto. Pero es un error no ver más allá. Hay vida más allá del campeón y siempre suceden cosas. Que se lo digan al Bochum. Se jugaron tres partidos y se marcaron 18 goles. Fue un domingo cualquiera. O, más bien, todo lo contrario.

Imagen de cabecera: Bayern Múnich

Puerto de la Cruz (Tenerife), 1983. Bloguero en fase de evolución. Amante del fútbol global, blanquiazul de corazón y rossonero por aficción a este señor deporte. Conocido en el mundillo como "Humilde Aficionado". El balón, nuestro mejor amigo.

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