Muchas chicas comenzamos a jugar en el patio del recreo. Creo que es el estadio que más partidos ha vivido, donde guardamos nuestros mejores recuerdos y donde supimos el verdadero significado de la victoria y la derrota. Donde cada día se disputaba una nueva final y cada gol, parecía el gol de Iniesta en la final del Mundial. Allí, muchas de nosotras nos aficionamos a un deporte que, hace unos años era practicado por muy poquitas chicas. Quizás los prejuicios o los insultos machistas que recibíamos por jugar no eran capaces de soportarlo el resto de niñas de nuestra clase y directamente optaban por no practicarlo. A muchas les llamaba la atención pero muy pocas se atrevían a patear la bola. No teníamos referentes, el fútbol femenino era desconocido en la gran pantalla. No existía para los ojos del espectador. Raramente podrías ver a una chica jugando al fútbol en la televisión o en un medio deportivo. Hasta que poco a poco nos fuimos abriendo hueco.
Crecimos sin ninguna referente, sin nadie que fuese nuestra ídolo. O al menos eso me pasó a mí. Jugaba en el patio con el sueño de llegar a ser como Casillas o Victor Valdés. Una pena que muchas chicas no tuviéramos esas referentes a las que poder imitar y querer llegar a ser como ellas. Ojalá y hubiéramos podido disfrutar de nuestro fútbol y de nuestros partidos como muchas niñas pueden hacerlo ahora.
Yo tuve la suerte de poder debutar en primera división con tan solo 14 años. Y pude tomar como referente a una de mis compañeras con las que me enfrentaba a lo largo de la temporada: Sandra Paños. Cada vez que nos enfrentábamos imaginaba cómo sería yo en unos años y cómo me gustaría ser. Y qué gran referente.
El fútbol, por suerte, ha evolucionado muchísimo y las mujeres hemos abierto la puerta a ello. Hemos dado un golpe sobre la mesa y nuevos hitos históricos han hecho que la realidad cambie. Muchas niñas pueden soñar ahora con llegar a disputar un Mundial y marcar un gol, como ese primer gol de Vicky Losada que fue histórico frente a Costa Rica o con ganar una Champions, como el FCBarcelona que se ha proclamado campeón de Europa siendo el primer equipo español en levantar este título. Esto hace grande al fútbol femenino español. Los títulos y logros son fruto del trabajo realizado todos estos años y de la lucha diaria en la que aún seguimos. Seamos realistas, el fútbol femenino no es lo que era. Ahora las niñas pueden crecer con unas referentes gracias a la aparición de la mujer en la televisión, prensa y medios de comunicación. Gracias a que nos hemos hecho un hueco, pero seamos realistas, aún falta mucho que recorrer y no pararemos hasta alcanzarlo.
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