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Wayne Rooney, cuestionado en Inglaterra

Con 17 años, 3 meses y 19 días debutaba Wayne Mark Rooney. Fue un miércoles del mes de febrero en el estadio del West Ham, Boleyn Ground. Partido amistoso, árbitro español (Mejuto González). Inglaterra se enfrentaba a la Australia de Viduka y Kewell con este once titular: James, Neville, Campbell, Ferdinand, Cole, Beckham, Lampard, Scholes, Dye, Owen y Beattle. Aquel joven jugador del Everton esperaba en el banquillo con ansias su debut. En el descanso, Sven-Göran Eriksson, entrenador de la selección inglesa por aquel entonces, le anunció que iba a saltar al campo sustituyendo a Michael Owen. Le había llegado su oportunidad. El partido lo ganó el combinado asiático (1-3), pero eso es lo de menos.

Desde entonces, Rooney ha sumado 118 internacionalidades en las que ha conseguido 53 goles y 21 asistencias. Todo un emblema para los Three Lions. Pero, a veces, a los emblemas también se les critica porque, de algún modo, son a los que más se les exige. El papel de Rooney tanto en la selección inglesa como en el Manchester United se ha puesto en duda en este comienzo de temporada 2016/17. En Inglaterra parece que nadie levanta la voz para liderar una selección con muchísimo talento por explotar. Y en el Manchester United, con Mourinho, el que parece que lidera en el terreno de juego es el sueco Zlatan Ibrahimovic. No hay duda de que Rooney ha perdido peso en su selección y en su club.

A pesar de ello, el delantero de 30 años nacido en Liverpool ha dejado claro, una vez más, que no piensa en retirarse de la selección y que va a seguir luchando para recuperar su puesto en el once titular y la importancia en el juego del equipo. Además, ha respondido a las críticas sobre su edad:

«Solo tengo 30 años. Ryan Giggs no era a los 30 años el mismo futbolista que cuando tenía 18. Y siguió hasta los 40».

La treintena es, en muchas ocasiones, una edad en la que muchos futbolistas sufren una transformación en su juego. Sobre todo en los jugadores atacantes. A Wayne Rooney le pasa esto desde la temporada pasada, cuando, con Van Gaal como técnico del Manchester United, retrasó su posición casi al centro del campo. De killer a organizador. A Giggs le pasó algo parecido, como bien ha dicho Rooney. De ser el jugador tan rápido y habilidoso que era con la veintena de edad, a centrar su posición y convertirse en un jugador que entraba mucho más en contacto con la pelota y distribuía el juego.

En estos casos, la crítica puede ser muy buena para motivar al futbolista para que no cese en la mejora dentro de esa transformación de la que hablamos. Aún quedan muchos años para seguir viendo el progreso de uno de los mejores jugadores que nos ha dejado el país donde se comenzó esto del fútbol. Wayne Rooney ha sido, es y será un icono del fútbol inglés.

Sevilla, 1996. Periodismo deportivo como vocación. Amante del fútbol matutino y de los entrenadores arriesgados.

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