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Descifrando el juego

¿Quién es el mejor jugador del mundo en la actualidad?

En el mundo del fútbol, siempre surge la pregunta: ¿Quién es el mejor jugador del mundo en la actualidad? Para responder a esta incógnita, además de realizar un estudio exhaustivo de los diferentes aspectos técnico, táctico y psicológicos, debemos sumergirnos en las estructuras que definen a un futbolista.

De acuerdo con Seirul·lo (2002), el entendimiento del jugador como un sistema dinámico nos lleva a reconocer diversas estructuras interdependientes que moldean su desempeño. Estas estructuras, que se entrelazan y retroalimentan entre sí, abarcan la bioenergética, la cognitiva, la coordinativa, la condicional, la expresivo-creativa, la socio-afectiva, la emotivo-volitiva y la mental.

Es en este panorama donde destaca la figura del actual jugador del PSG, Kylian Mbappé, quien se erige como una figura prominente no solo por su talento innato, sino también por su capacidad para sobrepasar las expectativas en diferentes estructuras mencionadas.

Entonces, ¿qué es lo que distingue a Mbappé dentro de este contexto por encima del resto de jugadores? En primer lugar, la estructura cognitiva del francés se manifiesta en su capacidad para interpretar y comprender el juego en tiempo real. Seirul·lo señala que esta estructura abarca procesos intra e intersistémicos que permiten al jugador extraer, tratar y disponer información de manera óptima durante el partido.

Mbappé sobresale en la toma de decisiones rápidas y precisas, lo que le permite anticiparse a las jugadas y encontrar soluciones efectivas en situaciones complejas. Por ejemplo, en la reciente eliminatoria de Liga de Campeones contra la Real Sociedad, Mbappé exhibió su capacidad para leer el juego y aportar diferentes respuestas optimas (fundamentos de juego) en función de las necesidades del partido.

En cuanto a la estructura coordinativa, esta contempla la relación del jugador con el balón, el juego, los apoyos, desplazamientos, cambios de dirección y otros aspectos.

Mbappé muestra una coordinación excepcional en sus movimientos, lo cual le permite ejecutar con precisión acciones técnicas y tácticas en el terreno de juego. Su agilidad, rapidez y control del balón son características que lo destacan como uno de los mejores en esta área.

Además, su creatividad y expresividad en el campo lo distinguen como un jugador único. La estructura expresivo-creativa, asociada con la capacidad de generar sorpresa y disrupción en el juego, encuentra en Mbappé a un exponente excepcional.

Su habilidad para crear jugadas impredecibles y desequilibrantes añade un elemento de magia al espectáculo futbolístico, dejando a rivales y espectadores asombrados. Un ejemplo de esto son sus brillantes actuaciones cada fin de semana en la Ligue 1, donde sus habilidades creativas son clave para el éxito del conjunto parisino.

Por último, la fortaleza mental de la “tortuga” es un factor determinante en su éxito. En un deporte tan exigente como el fútbol, la capacidad para mantener la concentración, gestionar las emociones y mantener la determinación en momentos críticos es fundamental.

Kylian demuestra una mentalidad resiliente y enfocada, lo que le permite enfrentar los desafíos con confianza y superarlos con determinación. Por ejemplo, su capacidad para mantener la calma y convertir penales como en la final de la pasada Copa del Mundo ha sido crucial para su equipo y/o selección en varias ocasiones.

En conclusión, Kylian Mbappé no solo destaca por su habilidad técnica y física, sino también por su excelencia en las estructuras cognitivas, coordinativas, creativas y mentales del juego. Su capacidad para leer el juego, innovar en el campo y mantener la compostura bajo presión lo convierten en un claro candidato al título de mejor jugador del mundo en la actualidad.

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