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Baloncesto

Penúltima estación de un sueño

Hace diez años un club que fue fundador de la ACB ascendía a LEB Oro después de haber estado a punto de perderse para siempre. Los días brillantes dieron paso a un periodo de oscuridad que llevó a la institución hasta lo más profundo del baloncesto nacional. Porque hubo una era de luz, porque este equipo otrora se sintió importante. A finales de la década de los 80 se codeó con los mejores, alcanzando puestos nobles de la tabla y disputando la extinta Copa Korac. Fueron los años de Harper y Phillips, de Cabrera y Díez, de una plantilla dirigida por José Carlos Hernández Rizo. Queda lejos…

Llevo comentando partidos del Club Baloncesto Canarias desde hace seis temporadas. Pude disfrutar de primera mano de la Copa del Príncipe y del ascenso a la máxima categoría nacional. El regreso de un histórico, pese a que las vitrinas no hablen de éxitos. Aunque la tradición, y la pasión de sus aficionados compensen carencias materiales. La Laguna, patrimonio de la humanidad desde finales de siglo pasado, es una ciudad volcada con el amarillo y negro. En Tenerife, y en el archipiélago canario, se respira asimismo baloncesto. Ahora son tiempos de bonanza. Los dos máximos representativos de las islas disputarán las eliminatorias por el título nacional. Pero el trayecto del conjunto canarista hasta la élite ha sido largo y ha estado lleno de escollos. Tocaba ser valiente para reflotar la embarcación. Por fortuna, los encargados de hacerlo le pusieron mucho corazón a dicho cometido. Y desde el primero al último trabajador se dejaron el alma para ir alcanzando objetivos. En la cancha y en los despachos.

Tras dejar atrás la categoría de plata del baloncesto español, el crecimiento ha sido gradual. No rápido, pero sí constante. Con Alejandro Martínez al frente de la nave, pisaron el Rios Tejera antes, y el Santiago Martín después, hombres que colaboraron, que sumaron, que sangraron para ir superando peldaños. Jakim Donaldson, Richi Guillén o Nacho Yáñez; Levi Rost, Jesús Chagoyen o Jaime Heras; Albert Sabat, Fotis Lampropoulos o Ricardo Úriz; Blagota Sekulic, Luke Sikma o Saúl Blanco… Hoy es el turno de los Rodrigo San Miguel o Tim Abromaitis, de los Aaron Dornekamp o Fran Vázquez, de los Davin White o Mamadou Niang. De Javier Beirán, jugador al que tanto se echa en falta, pese a que sus compañeros hayan logrado minimizar su ausencia. De Nicolás Richotti, capitán de este grupo, presente desde hace siete años, perfecto ejemplo de evolución, de mejora en paralelo a la del equipo, el único que continúa del clan del ascenso. El alma, como buen argentino, como buen bahiense. Hoy estos chicos reciben órdenes de Txus Vidorreta, técnico exigente, hábil en los ajustes, grande en la pizarra.

El 30 de abril de 2017 quedará como fecha histórica. Como culminación de un sueño que comenzó a comienzos de decenio. Hoy el Iberostar Tenerife es campeón de la Basketball Champions League. Hay quien lo considera torneo menor. Pero nadie puede medir por otros el significado de algo que no les afecta de manera directa. La aventura tuvo paradas en Zagreb, Utena, Ostende, Avellino, Bar, Estrasburgo, Belgrado, Salónica y Lyon. Urbes en su mayoría significativas en lo que respecta a este hermoso deporte. No ha sido un camino de rosas, no se ha competido con rivales menores. El conjunto amarillo ha tenido que dar el máximo para alcanzar la Final Four, primero, y tocar la gloria, después. Solo el más alto nivel ha conducido a este equipo a las puertas del cielo. El nivel mostrado en ACB, donde ha sido líder un puñado de jornadas, ese nivel que les llevó a ser cabezas de serie en la Copa. Y los presentes en la última cita del calendario no eran moco de pavo. Tras dejar atrás la jornada del viernes, el duelo definitivo enfrentaba a los laguneros con el Banvit turco, club joven pero de marcados logros frescos. Acostumbrado a jugar en Europa y reciente ganador de la copa de su país, tras eliminar sucesivamente a Besiktas, Galatasaray Anadolu Efes. ¿A que estos nombres nos suenan? Pues eso; ésa era la gran amenaza.

Rodrigo San Miguel, Adnan Omeragic, Nicolás Richotti, Mamadou Niang, Ferrán Bassas, Will Hanley, Marius Grigonis, Fran Vázquez, Tim Abromaitis, Georgios Bogris, Javier Beirán, Davin White, Aaron Dornekamp y Tariq Kirksay. Ellos han sido los elegidos, en casa, delante de los suyos. Esos son los nombres de quienes, comandados por Txus Vidorreta, Marco Justo y Nacho Yáñez, han escrito la más bella de las páginas en los anales aurinegros. Del partido, o de los partidos, podéis leer en otros sitios, y los boxscores están al alcance de todos. De sentimientos ya no. Lo vivido en Tenerife el pasado fin de semana quedará en nuestra memoria para siempre.

Perdonad que no me extienda, que no dé detalles, que no profundice… Hoy me cuesta. Porque no escribo desde la distancia. Lo hago desde la gratitud hacia un grupo de jugadores, técnicos y demás trabajadores de una institución que, por un día, nos han hecho sentirnos (a sus aficionados) los reyes del planeta básket, los amos del mundo. En esta, la que ha sido, (pen)última estación de un sueño. ¡Que no nos despierten!

Tenerife. Estudié sociología aunque siempre he estado vinculado al mundo de la comunicación, sobre todo haciendo radio. Deporte en general y baloncesto más a fondo.

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