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Machacar a Maguire

Los futbolistas profesionales viven por y para el fútbol. Como dice un viral en redes sociales, que parece que es lo único que cuenta, el jugador tiene unas botas caras, descansa en los hoteles más escandalosos del país y tiene a los mejores fisioterapeutas del mundo. Y pese a ello, sigue fallando. Voy a decir algo que ahora parece una locura: cuando el Manchester United fichó a Harry Maguire pensé que los de Old Trafford iban a dar un paso adelante. Me equivoqué. Últimamente solo acumula errores. Ayer Inglaterra volvió a sufrir.

Es evidente: el defensor no ha cumplido con las expectativas. Es cierto que ya no arrancó bien ya que lo que costó era una barbaridad. Había cuajado grandes actuaciones en el Hull City, con Andrew Robertson, y en el Leicester City. En los foxes dejó encuentros para el recuerdo: se le veía que poseía unas condiciones físicas fuera de lo común. Era fuerte y alto, pero es que también era rápido. Además, contaba con esa valentía necesaria para ser un gran central. Era duro, iba bien al corte y por arriba era insuperable. A pagar 85 millones de euros. Lo de ser inglés, por supuesto, era clave.

Los focos le apuntaron y pronto se quedó ciego. Encima, sus problemas fuera del verde acabaron por abrasar su reputación. En unas vacaciones en Grecia se vio involucrado en una pelea con otros turistas británicos. Pronto, creo yo, entendió eso de estar en el lugar adecuado y en el momento adecuado. Apareció la policía y este, según las fuerzas de seguridad del país, intentó sobornar a los agentes. Él siempre lo ha negado.

Sin embargo, siguieron creyendo en él. Maguire ha liderado tanto la zaga de su país como la de la entidad que le paga durante muchos meses. Hasta ahora. Erik ten Hag, que de verdad quiere hacer una revolución en el Manchester United, le ha sentado en el banquillo. El equipo, desde su suplencia, ha mejorado. Eso no significa que haya que machacar a una persona en redes sociales. Hoy día nos llenamos la boca hablando de la salud mental, especialmente los ingleses, pero se permite que los niños estén todo el día viendo vídeos de gente riéndose del central en TikTok. Y, lógicamente, lo que ven lo hacen. Por eso pisa el césped de Wembley y ya le están pitando.

Cobrará mucho y todo lo que queráis, pero es inadmisible el trato que recibe. Él mismo lo dijo: «Soy lo suficientemente mayor como para aceptar que la gente me critique y me diga que puedo mejorar. Sin embargo, hay una línea donde somos seres humanos, tengo una familia.» Ese abuso constante solo provoca que juegue cada día peor. Y muchos miran para otro lado.

Imagen de cabecera: Getty Images  

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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