Pasan los años, los equipos, los compañeros, los aniversarios y las cifras señaladas, pero él se mantiene inamovible. Luca Toni no para de perforar las redes rivales a punto de cumplir 38 años, también con el Verona, ya en la recta final de su carrera deportiva. Dos goles en la penúltima jornada contra el Parma, de cabeza y de penalti, le han permitido auparse al primer puesto de la clasificación de capocannoniere, máximo goleador de la temporada de Serie A.
20 tantos anotó la temporada pasada en el conjunto scaligero, marca superada con los 22 de la presente, que le permiten pasar por encima del argentino Carlos Tévez e igualar a Mauro Icardi como el más prolífico cañonero de Italia. Sin hacer ruido, en una temporada anónima para el Verona, pero que vuelve a señalar, un año más, a Luca Toni como un goleador de otra época.
Su estilo, inconfundible: presencia y potencia en el área, cuerpeo y remate, salto y cabezazo, rechace y toque, siempre con un destino inevitable: la red. Nada ha cambiado desde sus inicios en el Modena, sus debuts en la élite con Vicenza y Brescia, el ascenso con el Palermo, la Bota de Oro con la Fiorentina, los goles con el Bayern o el retorno a Italia con tantos conjuntos hasta recalar en Verona.
Luca Toni, que esta misma temporada celebró la cifra de 300 goles en su carrera deportiva, 150 de ellos en Serie A, ya ha sido máximo goleador en Serie B, Serie A, Bundesliga, Europa League y campeón del mundo con Italia. Pero el hambre no se acaba, tampoco el olfato de gol que le ha caracterizado durante toda su carrera. Olfato de capocannoniere, galardón que ha repetido esta temporada.
Luca Toni ya está en la historia del fútbol italiano.
