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Fútbol asiático

Lo que nadie te explicó de la Super Liga de China

Xavi Falgueras | El actual periodo de traspasos en la Super Liga China está ofreciendo un gasto continuo y con unas cifras fuera de lo común. Mientras que los clubes de una de las ligas más poderosas económicamente como es la Premier League han invertido algo más de 250 millones de euros en fichajes, los equipos de la Super Liga China superan los 330 millones de euros en desembolso (el mercado finaliza el próximo 26 de febrero). Lo más interesante es que aunque parezca una compra a ciegas que sólo pretende captar la atención mediática, no lo es.

En 2010 el fútbol chino marcó el inicio de un proyecto que ahora, seis años después, está viviendo su momento más álgido. Este consistía en fichar a futbolistas de nivel con dos finalidades: dotar de calidad y profesionalizar el campeonato con el objetivo añadido de potenciar al jugador nacional. El gran ejemplo lo encontramos en el Guangzhou Evergrande, que ha pasado de jugar en segunda división, en 2010, a acumular cinco ligas y dos Champions asiáticas.


¿Una inversión arriesgada? 

Obviamente siempre hay riesgo en una inversión y más en el fútbol. Estamos hablando de que en dos días se superó el récord en el precio del traspaso de un jugador, de los 42 millones de euros que desembolsó el Guangzhou Evergrande por el ariete colombiano Jackson Martínez, a los 50 que pagó el Jiangsu Suning al Shakhtar Donetsk por hacerse con los servicios del mediapunta brasileño Alex Teixeira.

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Aún así, la evolución del campeonato chino en estos últimos cinco años es fundamental para que los clubes piensen en resultados a corto-medio plazo. Un buen ejemplo sería el caso del Shanghai SIPG, que jugó por primera vez en la Super Liga China en la temporada 2013 y esta temporada debutará en la AFC Champiopns League. Dos años de asentamiento en la élite rematados con fichajes como Darío Conca o Asamoah Gyan que, combinados con jugadores nacionales como Sun Xiang o Wu Lei, consiguieron con creces los objetivos marcados.


El beneficio de los extranjeros

Lamentablemente, al igual que sucede en otras ligas del mundo, los clubes chinos también notan la diferencia económica entre unos y otros. Cada equipo es propiedad de una empresa, por lo que la calidad o relevancia de sus fichajes dependerá del dinero que esta invierta en ellos. En su día, la inmobiliaria Evergrande ofreció una cantidad cercana a los 14 millones de euros por hacerse con el Guangzhou Pharmaceutical tras su descenso a segunda división por estar implicado en un delito de amaño de partidos. En aquel entonces, esa cifra era estratosférica, pero invirtió lo necesario en el equipo para convertirlo en lo que es actualmente, el mejor equipo de China y, en buena medida, de Asia.

Del mismo modo que se invirtió en el Guangzhou Evergrande, hoy lo están haciendo el Jiangsu Suning, propiedad de una empresa de electrodomésticos, o el Hebei China Fortune FC, cuya empresa se dedica al sector inmobiliario, pero en otros casos no son posibles este tipo de inversiones. Por ello, tener a futbolistas extranjeros en el equipo iguala, aunque levemente, la balanza en “ricos y pobres”.


China no es un retiro

En estos últimos cinco años la contratación de extranjeros también ha ido evolucionando. De fichar a jugadores veteranos, capaces de colocar los cimientos de la buscada profesionalización, se ha pasado a contratar a jugadores asentados en ligas europeas -que rondan los 27-30 años de edad- y a jóvenes futbolistas que, seducidos por el proyecto o el salario, deciden llevar al campeonato chino sus mejores años de fútbol.

El brasileño Elkeson llegó al Guangzhou Evergrande procedente de Botafogo en 2013 con 23 años a cambio de 5 millones de euros para convertirse en el delantero referencia del equipo de Cantón. Tres años después el Shanghai SIPG ha pagado 18 millones y medio por él, convirtiéndose en el traspaso más caro que se ha dado entre equipos chinos. En este mercado de fichajes también está el caso de Alex Teixeira, que con 26 años ha optado por aterrizar en el Jiangsu Sunning en vez de Liverpool o Chelsea, que también lo pretendían. El dinero invertido por el equipo de Nanjing entra dentro del plan de crecimiento que se empezó a seguir seis años atrás.

Además, los contratos también son de mayor duración. Mientras que antes se estilaban los contratos de una temporada, una master class, ahora se firman por tres y cuatro años. Que un futbolista que aún puede jugar en una de las grandes ligas de Europa acepte estas condiciones es porque detrás de ellas hay unas expectativas y unas metas básicas para que el mismo futbolista este ilusionado y sea consciente de que está ahí para lograr un objetivo colectivo.

Que el Hebei China Fortune, equipo recién ascendido de la Chinese League One, esté firmando a jugadores como Gervinho, Ersan Gülüm, Stéphane Mbia o una de las joyas de este mercado, el argentino Ezequiel Lavezzi, no es para luchar por la permanencia, ese no es el objetivo. Cuentan en Qinhuangdao que el costamarfileño, ex de Arsenal o Roma, al firmar su contrato por tres temporadas preguntó si tanto tiempo se debía a que querían ganar la liga. La respuesta no fue una afirmación rotunda, pero sí que la intención era luchar por ello.

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El futbolista chino

De entrada puede parecer que esta llegada masiva de jugadores extracomunitarios no hace más que perjudicar al jugador nacional, esto es lo último que se pretende.

Para empezar, el fútbol en china tomó otra dimensión cuando Xi Jinping se convirtió en presidente de la República Popular de China. Entre otras medidas, se elaboró un proyecto social para que el fútbol se empezara a practicar en las escuelas. A que el fútbol se postule como un elemento de riqueza y motor para el país ha ayudado el contrato televisivo firmado con China Sports Media por un valor de 1.150 millones de euros. Silencio. Con una cantidad así, además de convertirlo en gran pasatiempo para el pueblo, también se ha conseguido que cada vez más empresas se decidan a adquirir e invertir en un equipo de fútbol. Tobao, empresa china líder en la venta por Internet adquirió el 40% de las acciones del Guangzhou Evergrande por más de 160 millones de euros. Desde entonces se denomina Guangzhou Evergrande Tobao.

En segundo lugar, la protección al jugador nacional empieza desde la portería y se extiende al resto del campo. Una de las grandes características es que el meta del equipo debe ser de nacionalidad China, por lo que el portero chino no tiene competencia con otras nacionalidades. Siguiendo, cada club chino dispone de cuatro plazas para jugadores extracomunitarios y una para un jugador asiático (además de tres plazas reservadas para canteranos). Ya en el terreno de juego, sólo pueden coincidir en el terreno de juego tres jugadores no asiáticos más el asiático, por lo que habrá, mínimo, siete jugadores chinos sobre el césped.

Por lo tanto, los futbolistas extranjeros en un equipo no pasan de cinco, pero estos juegan un papel fundamental. Con ellos el jugador nacional absorbe profesionalidad y ve comportamientos más allá del fútbol chino. Además, a estos jugadores se les suma el técnico, que puede ser de cualquier nacionalidad, por lo que la mejora en los aspectos técnicos y tácticos va en aumento. Gao Lin, delantero del Guangzhou Evergrande, es una delicia con el balón en los pies, se desmarca, juega al espacio, combina con rapidez, etc. Estas excelentementes característica se las debe, en buena parte, al haber compartido vestuario con jugadores como Muriqui, Darío Conca o Elkeson.

Como se puede observar, el fútbol profesional en China está alcanzando un gran nivel, pero ni mucho menos se olvidan de la cantera. Actualmente, los clubes invierten buenas cantidades de dinero en la formación, pero por ahora el interés mediático es bajo. Pudiendo firmar a grandes futbolistas ¿porque se preocupan tanto de la cantera? La selección nacional es la clave. Si volteamos la cabeza en dirección a otros países de asiáticos como Corea del Sur o Japón veremos, que a parte de poseer selecciones que nunca faltan a la cita del Mundial, sus ligas han ido reduciendo paulatinamente a los jugadores extracomunitarios (aunque hay) para dar paso a los jugadores del país. Buena formación nacional igual a buena selección.


Super Liga 2016, un paso más

Si la Super Liga China estaba evolucionando favorablemente año tras año, después de los movimientos en el último mercado de fichajes se presenta una de las mejores temporadas para el fútbol chino.

Si en las dos últimas campañas el título se decidió en la última jornada, en esta se espera que el Guangzhou Evergrande, campeón en las últimas cinco temporadas, tenga mucha más competencia.


Candidatos al título

El Guangzhou Evergrande verá incrementada la presión que ha sufrido en las dos últimas temporadas, en las que se coronó campeón en la última jornada. Aún así, sería una falta de respeto no considerarle como principal candidato al título. Estando acostumbrado a que ningún otro club le hiciera sombra, ha visto como su delantero estrella, Elkeson, dejaba el club tras tres años de éxitos para firmar por el Shanghai SIPG (que pagó 18’5 millones de euros), un rival directo. La reacción del club de Cantón no se hizo esperar y pocos días después anunció el fichaje del colombiano Jackson Martínez, procedente del Atlético de Madrid y por el que se pagaron 42 millones de euros (récord que fue superado dos días después).

Con este cambio se une a las demás líneas excelentemente cubiertas, desde la portería con Zheng Cheng hasta la delantera con Gao Lin o Ricardo Goulart (MVP 2015 en liga y champions), pasando por un centro del campo comandado por Zheng Zhi y bien escudado por Paulinho. La gran baza del Guangzhou Evergrande es que mientras los otros están llegando, él ya estaba allí.

Pero todo héroe tiene su punto débil y ahí aparece el Shanghai SIPG, que sorprendió a propios y extraños con una impensable contratación, la de Elkeson. El equipo de Shanghai se fundó en 2005 y en tan sólo once años de vida ha pasado de jugar en tercera división a ser subcampeón de liga en 2015 y a disputar por vez primera la AFC Champions League.

Este enorme crecimiento se debe mayoritariamente a que la empresa propietaria del club, Shanghai International Port Group, ha invertido, con cabeza, tanto en el primer equipo como en su academia con el propósito de materializar lo que se está consiguiendo en estas últimas temporadas.

Tras dos años de adaptación en primera división (2013 y 2014), en la temporada 2015 se apostó aún más fuerte contratando al técnico Sven-Göran Erikson (que acababa de clasificar al Guangzhou R&F para la champions), “repatriando” a Darío Conca y fichando jugadores como Asamoah Gyan o Yu Hai, hasta la fecha el traspaso más caro por un jugador chino (5’6 millones de euros).

Esto, complementado con la experiencia de Sun Xiang (llegado del Guangzhou Evergrande) y las ganas de jovenes canteranos como Wu Lei, provocó que el Shanghai SIPG, en su tercera año en primera división le peleara el título al todopoderoso Guangzhou Evergrande.


A tener en cuenta

Si un equipo trabaja bien y escapa a fichajes de “bombo y platillo” ese es el Shandong Luneng Taishan. El club de la provincia de Jinan, propiedad de la empresa Shandong Electric Power Group Corporation, disputará por tercer año consecutivo la Champions Asia y eso se debe a su buen hacer en la Super Liga. Se trata de un equipo que en estos dos últimos años ha mantenido una base de jugadores que ha ido complementando con la experiencia de fichajes temporales, pero que esta temporada parece haber encontrado, definitivamente, su estilo de juego.

Con una plantilla formada por jugadores nacionales destacados como el meta Wang Dalei, Wang Yongpo, Yang Xu o Liu Binbin y extracomunitarios de la talla de Walter Montillo, Diego Tardelli o Aloísio (máximo goleador de la liga 2015), se genera una combinación perfecta que Mano Menezes, el nuevo técnico, puede llevar a lo más alto.

Un juego alegre y sin complejos convierten al Shandong Luneng en uno de los equipos más atractivos del campeonato y en un firme candidato a pelear por el título.


Dos equipos interesantes

Tal vez sea precipitado ubicarlos en el grupo de los de arriba, pero no cabe duda que tanto el Jiangsu Suning (antiguo Jiangsu Sainty) como el Hebei China Fortune darán mucho que hablar, para bien o para mal, a causa de los fichajes realizados y lo pagado por ellos.

El Jiangsu Suning, recientemente comprado por la empresa de electrodomésticos que da nombre al club, ha querido aprovechar el ser campeón de la Chinese FA Cup, y por tanto disputar la AFC Champions League, para armar un equipo que pueda aspirar a todo.

Tras la espantada del delantero del Milan, Luiz Adriano, llegó Ramires, procedente del Chelsea a cambio de 28 millones de euros, y se le unió la de Alex Teixeira, futbolista por el que se pagaron 50 millones de euros al Shakhtar Donetsk. De este modo, el Jiangsu Suning fundió en dos días el traspaso récord de 42 millones que el Guangzhou Evergrande pagó por Jackson.

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Por otro lado es interesante el caso del recién ascendido Hebei China Fortune FC. Aún en segunda división los nuevos propietarios del club ya pensaron en un proyecto de cara a la próxima temporada en la Super Liga China. En ella destacó la contratación del delantero brasileño Edu a mitad de campaña (anotó 12 goles en 15 encuentros) procedente del Jeonbuk Hyundai Motors coreano con el que se encontraba disputando la AFC Champions League como uno de sus mejores jugadores. Toda una declaración de intenciones.

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Para el que será su debut en la Super Liga China, el equipo de la ciudad de Qinhuangdao ha realizado contrataciones muy notables tanto a nivel extracomunitario como a nivel nacional, destacando en el primero Ezequiel Lavezzi o Gervinho, adquiridos por 5’5 y 18 millones de euros respectivamente. A ellos se le suman Stephane Mbia (6 millones), Gaël Kakuta (5 millones) y Ersan Gülüm (7 millones). A la inversión de jugadores foráneos se le unen las contrataciones de Ding Haifeng, por el que pagó 7’10 millones de euros al Liaoning Whowin, y de Jiang Ning, por el que el Guangzhou R&F aceptó 8’35 millones.

La combinación de equipo recién ascendido y de cero especulaciones dan como resultado un proyecto a tener en cuenta pero que puede deslumbrar o fracasar a partes iguales.


La incógnita

Corría el año 2012 cuando el Shanghai Shenhua se hizo con el foco principal de los medios deportivos al contratar a Didier Drogba y a Nicolas Anelka, ambos procedentes del vigente campeón de la UEFA Champions League, el Chelsea. Se trató de unos fichajes más mediáticos que de inversión (llegaron a coste cero) y lamentablemente quedaron en eso.

Siendo uno de los equipo más conocidos e incluidos en las quinielas para hacerse hacerse con el título, la realidad es que su último campeonato data de la temporada 2003 (el cual se le revocó por estar implicado en un delito de amaño de partidos) y cuenta con el subcampeonato del 2008 como su mejor clasificación en los últimos doce años.

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Sin embargo, esta temporada el Shanghai Shenhua cuenta con una plantilla y un cuerpo técnico aptos para mejorar el sexto puesto en liga y el subcampeonato de copa conseguidos la pasada temporada.

La contratación del fichaje del técnico español Gregorio Manzano da fe de que el club, propiedad de la empresa inmobiliaria Greenland, apuesta por un cambio que le permita asentarse en un sistema de juego más profesionalizado. Sus dos años en el banquillo del Beijing Guoan (con un segundo puesto incluido) sirvieron para que china viera un fútbol diferente en el que unos entrenamientos encarados a mejorar tanto el físico como la organización táctica podían hacer frente a los millones invertidos por los demás.

Consciente de ello, el Shanghai Shenhua a apostado fuerte por el producto nacional, invirtiendo en jugadores como Bi Jinhao (traspaso más caro por un jugador chino con 11’5 millones de euros), Wang Lin, Qin Sheng o Li Shuai. A ellos se les suma la apuesta por un extranjero de primer nivel como el colombiano Fredy Guarín, por el que pagaron 13 millones de euros al Inter de Milán.

La sabía nueva, unida a la base de la temporada anterior en la que aparecen nombres como Demba Ba, Gio Moreno, Gao Di o Wang Yun, hacen que el Shanghai Shenhua afronte esta nueva temporada con mejores sensaciones que la anterior. Sin duda, era un equipo que necesitaba un cambio de mentalidad y por el trabajo realizado en este mercado de fichajes va por buen camino.

 

La contextualización ya está hecha, ahora ya solo nos queda esperar. Como alguien dijo en su día: “el fútbol ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”, y en China los están viviendo de primera persona.

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