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La mirada asesina de Djokovic

¿Ha vuelto Novak Djokovic? Estoy seguro. Con un partido puede sonar a prematuro para lanzar las campanas al vuelo pero todo hace indicar que el serbio está de vuelta y no, precisamente, de paso.

El Foro Itálico, sitio donde ha levantado cuatro copas, ha sido el escenario elegido para realizar su encuentro más completo en los algo más de cinco meses de competición. Jugando con una profundidad y efectividad dignas de mención logró imponerse 6-1, 6-0. El rival era alguien que venía de ganar en dos sets a Nadal y de rozar la matrícula de honor en sus partidos en tierra. Thiem fue muy poco rival para la versión de número 1 del balcánico.

Analizando lo que dio de sí el partido de semifinales de Roma conviene resaltar algo. La gran fuerza del austríaco se quedó sin argumentos desde el inicio y no se vio capaz de encontrar una salida a tiempo. Quizá una de las pocas cosas que le falten a Dominic Thiem para afianzarse arriba es tener la capacidad de buscar alternativas a su marcado estilo de juego de dominador en todo momento. Hay fases de partido que requieren de cierta pausa y es algo que irá puliendo con total seguridad.

Es cierto que las derrotas que ha sufrido Djokovic este año, quitando la del Open de Australia frente a Istomin, han sido ante rivales de entidad. Kyrgios en dos ocasiones, Nadal, Goffin y Murray salieron victoriosos. No se trata de la estadística en sí sino de las sensaciones que daba en la pista. Djokovic ha caminado en el alambre frente a Simon, Carreño y Almagro en la gira de tierra batida, en alguno de ellos con break abajo en el set definitivo.

La de hoy será la segunda final del serbio en lo que va de 2017. Su nivel competitivo nos había acostumbrado a verle por norma en el último partido de casi todos los torneos. El duelo por el trofeo que disputará contra Alexander Zverev es un nuevo desafío para ir recobrando la forma. A buen seguro que el joven alemán de 20 años no querrá ni hablar de Novak y su mejoría, tratando de hacerse dueño del partido con su inagotable talento.

No se trata de haber ganado a Thiem y a Del Potro de forma seguida. El análisis es mucho más profundo. Djokovic ha dado muestras de recuperar su carácter. Desde que logró su Grand Slam venciendo a Murray en la última edición de Roland Garros, el aroma de invencibilidad que le caracterizaba había desaparecido por completo. Era una sombra del jugador que había dominado con tiranía en el circuito. Una época en la que no buscaba el triunfo sino que trataba de arrollar a su oponente, sin importar la superficie o la ronda.

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Roland Garros es el próximo evento en el calendario. Con esta versión de Nole cualquiera se atreve a dejarle fuera de las quinielas, siendo, eso sí, Nadal el máximo favorito. A día de hoy, los dos son, junto a Thiem, los máximos candidatos para levantar la Copa de los Mosqueteros en la Phillipe Chatrier.

No descarten a Novak Djokovic. Y sobre todo, no descarten a Novak Djokovic si juega con su mirada asesina y desafiante.

Estudiante de Derecho. Colaborador en Sphera Sports, Superdeporte y Sin Balón. https://jorgefarresblog.wordpress.com

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