Los prejuicios son siempre peligrosos. Venimos de unos años en los que LaLiga ha perdido talento y no ha ofrecido, en términos generales, un juego demasiado vistoso ni entretenido. Mucho 4-4-2 con orden y mucho entrenador cuyo plan es minimizar riesgos y armar un equipo sólido en defensa. ¿Es esto una crítica? Ni mucho menos. El fútbol demanda resultados y es bien lícito que un entrenador piense que la mejor manera que tiene para competir es con un plan conservador.
Sin embargo, el aficionado al fútbol demanda espectáculo cuando dedica su tiempo a estar frente al televisor. Y no, esto tampoco es una crítica. Lo que sí es, cuanto menos, simplista es hacer valoraciones generales sobre una competición a partir de un cliché. Que tengas la mala suerte de tragarte un 0-0 con pocas ocasiones no significa que todos los partidos de LaLiga sean así. De hecho, esta queja no es vigente. Podremos venir de unos años con un juego en muchas ocasiones pastoso, la distancia económica y de talento respecto a la Premier League podrá haber crecido… Pero en este primer tramo de LaLiga nos estamos divirtiendo.
Sin ir más lejos, este fin de semana se han producido estos resultados: Athletic 4-0 Almería, Getafe 2-3 Real Valladolid y Girona 3-5 Real Sociedad. Es una gran noticia que el espectáculo esté yendo más allá de los grandes. Real Madrid y Barcelona parecen en otra ‘liga’, pero más por su contundencia en las áreas que por la brillantez de su fútbol. El Athletic Club está siendo el equipo más entretenido de ver. Dani García o Vesga están siendo el sostén de un sistema muy atrevido con la verticalidad de los hermanos Williams y Berenguer, el dinamismo de Sancet, la magia de Muniain… Este Athletic de Valverde, además de estar logrando unos grandes resultados, mola mucho.
¿Quién habría pronosticado hace dos años que un Getafe-Real Valladolid terminaría 2-3? Poca gente porque el contexto era distinto. Sin embargo, en el duelo que hemos vivido este fin de semana coincidían peloteros como Kike Pérez, Plata, Aleñá, Ünal, Aguado, Mayoral… Y en consecuencia, hemos tenido dos propuestas atrevidas. Y qué decir del Girona. ¿Quién no está enamorado de Rodrigo Riquelme? O de Miguel Gutiérrez, Aleix García, Oriol Romeu… Jugadores de mucha calidad que propician partidos abiertos en los que gana el equipo que marca un gol más, no el que encaja uno menos. No pudieron los de Míchel contra una Real Sociedad que es capaz de bajar las revoluciones a los partidos pero también de reinar en la locura, especialmente ante equipos, sobre el papel, inferiores. En su banquillo está un Alguacil que, como Pellegrini, Arrasate, Iraola o el mencionado Valverde, quiere llevar la iniciativa de los partidos. Y esto, por supuesto, fomenta el espectáculo. Hace dos años era entendible tildar de aburrido el fútbol de LaLiga, pero ahora no. Ya no hay que usar un Crystal Palace 3-3 Brighton para criticarla.
Foto de cabecera: @RealSociedad
